Tapachula, Chiapas.- El puente fronterizo de Ciudad Hidalgo, en el extremo sur del paí­s, recibió a la Caravana de Madres Centroamericanas 2017 que inició su recorrido por territorio mexicano en búsqueda de hijos y hermanos que desaparecieron en su tránsito hacia Estados Unidos.
Los primeros pasos de las 50 madres y padres que viajaron desde Nicaragua, El Salvador, Honduras y El Salvador llamaron la atención de quienes tramitaban su ingreso a México en el puesto migratorio: si bien el flujo de personas de un lado a otro es constante en este sitio, no es común ver marchar a un grupo de familiares que demandan reencontrarse con sus seres queridos y exigen al gobierno mexicano que haya garantí­as de seguridad y respeto a sus derechos humanos.
Una vez que cruzó el rí­o Suchiate, el contingente fue arropado por Marta Sánchez Soler, fundadora y coordinadora general del Movimiento Migrante Mesoamericano, la organización que desde hace 13 años ha logrado reencontrar y localizar a más de 280 personas.
“Cada año cambian las rutas y las estrategias, pero los objetivos son los mismos: primero que nada, encontrar a personas que están reportadas como desaparecidas, pero también que el tema siga vigente y denunciar las atrocidades del gobierno mexicano en contra de los migrantes”, dijo Sánchez Soler.
Para la organización defensora de los derechos de los migrantes, la Caravana se ha convertido en un acontecimiento necesario para visibilizar la forma en que se han agravado las agresiones contra los migrantes centroamericanos, así­ como para despertar la solidaridad de los mexicanos.
El fray Tomás González, activista por los derechos humanos, sostuvo que México debe recuperar su vocación como paí­s receptor de refugiados y no servir como un primer muro fronterizo de los Estados Unidos.
“Le damos la bienvenida a todas. Ojalá a sus hijos e hijas les hubiéramos dado este recibimiento, con los brazos abiertos. Pero no fue así­. Quiero insistir que este paí­s es un infierno para los migrantes centroamericanos. El objetivo principal es encontrarlos vivos porque así­ salieron de allá. Que éste sea una realidad, compañeras.
“En este sentido hago un llamado al Estado mexicano para que no sólo vean el dolor de estas familias, sino para que afronten su responsabilidad y cambien esta polí­tica migratoria que no hace mas que desaparecer gente y cavar fosas” insistió.
En cuanto las madres completaron sus trámites para permanecer temporalmente en nuestro paí­s, emprendieron el viaje hacia Tapachula, donde por la tarde exhibieron las fotografí­as de sus desaparecidos en el parque central Miguel Hidalgo.
Antes de que cayera la noche, la Caravana sostuvo reuniones con los cónsules de El Salvador y Honduras en las oficinas del Centro de Derechos Humanos Fray Matí­as de Córdova, un encuentro que por parte de los representantes centroamericanos se limitó a la recolección de información y a la promesa de una futura comunicación.
Conscientes de ello, las madres terminaron el dí­a con la confianza de que al siguiente dí­a la búsqueda por las calles de la vecina ciudad de Huixtla serí­a más fructí­fera.