para abandonar sin concluir su periodo de gobierno de la Ciudad de México. La frustración de Mancera, por no haber llegado a la final para ser candidato presidencial, no la puede esconder ni disimular; puesto que los temblores impredecibles y de graves proporciones, ocurridos los dí­as 7 y 19 de septiembre, dejaron graves daños en el centro de la Ciudad de México, con la afectación a miles de familias capitalinas, que desde entonces duermen en la ví­a pública, donde preparan y consumen los alimentos producto de las dádivas oficiales y particulares, en espera del cumplimento de promesas de funcionarios federales y colaboradores del doctor Mancera y del propio presidente Enrique Peña Nieto, incumplidas todas por la falta de recursos económicos disponibles para resarcir los daños a viviendas y las indemnizaciones que el mismo dí­a de los temblores, les fueron ofrecidas a los damnificados se convirtieron en ilusiones y sueños guajiros, que en la efervescencia del proceso electoral se irán diluyendo.

Los sismos como se recordará, dañaron más de 3 mil inmuebles, muchos de ellos ya demolidos y otros pendientes de demolición para su traslado de todo el cascajo y material de construcción, fuera del casco urbano de la Ciudad de México, ya que los inmuebles servirán para construir nuevas edificaciones y acabar con las rentas congeladas de las que se quejaban los arrendadores, argumentando las pérdidas económicas generadas por la falta de plusvalí­a de casas y edificios viejos y en mal estado. Se insiste por colaboradores del doctor Mancera, que faltan por dictaminar, aproximadamente 800 inmuebles, cuyo destino, lo más seguro es que sea la demolición y por consiguiente con el paso de los dí­as, los quejosos desatendidos por las autoridades de la Ciudad de México, tendrán que buscar alternativas de solución a su problema de vivienda y de trabajo . Los vivos mercaderes de la construcción, han sacado jugosas ganancias de la desgracia ajena e insisten en el otorgamiento de créditos del gobierno, instituciones de seguridad social y bancos, para que con esos recursos se construyan nuevas viviendas, que tendrán que pagar los beneficiarios de los departamentos que la industria de la construcción tendrá como garantí­a, mediante hipotecas que impedirán que los nuevos adquirentes de esos inmuebles, puedan vender o comercializar en su beneficio.

El mismo dí­a de los temblores, el Presidente Enrique Peña Nieto y funcionarios de su gobierno, ofrecieron el pago de subsidios para la reconstrucción, y por su parte, el doctor Miguel íngel Mancera, desapareció de la Ciudad de México por espacio de 48 horas (2 dias), para hacer presencia y solidarizarse con la población damnificada, y seguramente, preparar desde su búnker, alguna estrategia que le permitiera mantener vivas sus aspiraciones a la candidatura por el PRD o por el Frente Amplio Democrático (PAN, PRD, MC) a los Pinos, donde por ahora en la elección de 2018, no tendrá ninguna posibilidad, ni siquiera como candidato sin partido, para cumplir esa aspiración. Ahora

se dice entre los cercanos a Mancera, que buscará ser el primer Fiscal Anticorrupción, para que su plataforma polí­tica se mantenga más fuerte que nunca y en 2024, pueda volver a enlistarse como aspirante a presidente de la república, por cualquier partido que represente a las izquierdas forjadas en el PRD y en MORENA, en donde por ahora Mancera y su equipo polí­tico, tienen vetado el acceso, reservado por AMLO, para él y su gente.

Si las izquierdas no pudieron lograr la unidad para contender el 1º de julio del próximo año por los más de 3600 cargos públicos en disputa, menos podrán lograr con Juan Zepeda, alcanzar la presidencia del PRD y sumar a su proyecto, militantes de MORENA, quienes parecen endiosados con la figura del mesí­as Andrés Manuel López Obrador; pues serí­a más fácil una desbandada del PRD para sumarse a MORENA, que viceversa. Con la carta de presentación que exhibe por todas partes el ex candidato a gobernador del Estado de México, Juan Zepeda, no es suficiente y tendrá que conformarse con una candidatura al Senado o a una Diputación Federal, pues en estos tiempos para el candidato del PRD que fue derrotado por Alfredo del Mazo Maza y que no tuvo más remedio que callarse y retirarse a meditar sobre sus errores para no llegar al gobierno del Estado de México, no hay más posibilidad que la de alcanzar un escaño o una curul plurinominal en el próximo Congreso de la Unión.

Lo peor para Juan Zepeda, es tener que atender las demandas sociales que tanto ha pregonado y cuidar el territorio que en otros procesos electorales, conquistó el PRD, sin recursos económicos y sin la ilusión de conquistar un puesto público que le pueda proporcionar poder y dinero para tener algo que repartir entre su clientela polí­tica, que por muy de izquierda que pueda ser, no les bastará con una palmada en la espalda y un fuerte apretón de manos. Zepeda debe aprender la recomendación de su paisano el profesor Carlos Hank González, quien afirmaba que “Un polí­tico pobre, no pasará de ser un pobre polí­tico”.