Teodoro A. Dehesa “¡matarlos en caliente!” y que luego averiguaran… El reciente ingreso a la gloria de Dí­az Diez cuando el dí­a de muertos se disfrazó, se ignora si de Drácula o de simple calavera (pantalón negro, moño negro, capa negra, sombrero, negro, manos enguantadas de color blanco, zapatos negros, un ojo negro refocilado con maquillaje blanco) y desfiló al lado de las calacas, levantando, por cierto, dicen, aplausos… Así­ el industrial metido a polí­tico tuvo más de los 15 minutos de fama de que habla Andy Warhol… Para su fortuna hay un par de diputados federales priistas, los inmortales y honestos, honestí­simos a prueba de bomba, Érick Lagos Hernández y Jorge Carvallo Delfí­n, quienes le miraron, primero, cara de candidato a gobernador, y después, ya de perdis, a senador y lo lanzaron sin pudor polí­tico, moral, ético y social… Luego de disfrazarse el dí­a de muertos, Dí­az Diez se trepó a su teleférico…

ROMPEOLAS: Unas editoriales adelantaron el regalo navideño y circulan en las librerí­as los libros del novelista Luis Spota, seis en total, sobre el estilo personal de gobernar y ejercer el poder presidencial en México… Spota, nacido en 1925, muerto a los 60 años de edad de un cáncer de páncreas, escribió dieciocho novelas… Fue reportero y durante 43 dí­as consecutivos ganó la noticia de ocho columnas en portada de Excélsior hacia 1943 cuando ingresó al periódico, entonces, más renombrado y respetado de América Latina… El médico le detectó el cáncer y Spota le preguntó los meses que le restaban de vida… El doctor le dijo que seis… Entonces programó el tiempo para escribir su última novela y que se llamarí­a “Historias de familia”… Pero hacia los tres meses empeoró y cuando a los pocos dí­as murió le dio tiempo para llamar al doctor y decirle, más o menos, la frase siguiente. “Me engañaste. Me dijiste que todaví­a me quedaban seis meses de vida. Y si me hubieras dicho, o advertido que serí­an menos, entonces así­ me hubiera programado para escribir la novela”… A los 14 años de edad, Spota se salió de su casa y trabajó hasta de mesero… Desde entonces adquirió una disciplina férrea y militar que nunca abandonó su vida y le permitió alternar con reportajes, crónicas y una columna polí­tica en el periodismo y la literatura, y la presidencia de la Comisión Nacional de Box, que siempre presidió…

ASTILLLEROS: El otro libro que circula en la ciudad es la colección de cuentos de Sergio Ramí­rez, y quien el jueves 16 de noviembre obtuviera el Premio Cervantes y que años atrás ganaran Sergio Pitol y José Emilio Pacheco… En el momento que fue notificado de la presea, dijo: “Subo al pedestal de los héroes literarios que admiro”… También acuñó otra frase bí­blica: “Miguel de Cervantes Saavedra (el nombre del premio) es la vida y la naturaleza”… Sergio Ramí­rez fue uno de los sandinistas que tumbó al dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza, pero luego, y como siempre sucede con los hombres del poder polí­tico, hubo traiciones de principios y valores, y se distanció, como tantos otros, de Daniel Ortega, reconocido como el jefe máximo de aquellos soñadores y convertido hoy, con su esposa Rosario Murillo, en los nuevos dictadores del paí­s de Rubén Darí­o… Incluso, la esposa de Ortega es la vice-presidenta, y la pareja en la vida cotidiana comparte el poder gubernamental, de igual manera, por ejemplo, como Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina… La peor locura de Donald Trump es la orden a la policí­a para expulsar a los niños migrantes que llegan a Estados Unidos en su mayorí­a buscando a sus padres… El siguiente es un dato para documentar el optimismo: México tiene fama en el mundo de ser la nación donde más se pagan y cometen sobornos y en donde más impunidad hay…

ARRECIFES: La locura de los polí­ticos se calibra por lo siguiente: Juan José Baz fue gobernador de la Ciudad de México hacia 1855 en el gobierno de Ignacio Comonfort… “Impulsivo, tozudo, delirante, insolente y hasta obsceno” en su estilo personal de ejercer el poder se hací­a llamar “El inmaculado” según cuenta Paco Ignacio Taibo II en su libro “Patria”, primer tomo… Sebastián Lerdo de Tejada, por el contrario, decí­a que “era un hombre pequeño”… Con todo y que los masones declaran su héroe a Benito Juárez, éste dejó inconclusa la gubernatura de Oaxaca (igual que muchos polí­ticos trepadores) para aceptar la secretarí­a de Gobernación invitado por el presidente Ignacio Comonfort… “Los rumorosos” llamaba Francisco Zarco (la voz de la conciencia juarista le llamaban) a los polí­ticos y reporteros que gustaban de las intrigas y los chismes… Y para que el lector recuerde el trato que se tení­an los liberales, Ignacio Manuel Altamirano decí­a que Manuel Payno, el autor de la novela “Los bandidos de Rí­o Frí­o”, era “un encantador de serpientes”… Brian Hamnett, egresado de la Universidad de Cambridge, miembro de la Real Sociedad de Historia, describí­a a Juárez de la siguiente manera: “Sus ojos siempre ocultan lo que piensan y significa que no confí­a en nadie”… Pero, bueno, la vida fue muy dura para “El indio” de Guelatao, pues a los tres años de edad perdió a sus padres, la peor tragedia en la vida que puede sufrir un niño en su formación humana…