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8 Columnas
Viernes 20 octubre, 2017

Informe Rojo


Por Mussio Cárdenas

Entre copa y trago, Emilio solí­a reí­r. Y joder. Ya no. Gozaba del poder y la insolencia que le da ser azul, del agravio a los de enfrente y la sorna con los que pudo aplastar. Solí­a reí­r, ya no. Hoy llora.
Fan de Baco, el dios que aturde, del dios del vino, la vendimia y el éxtasis, José Emilio León Villa juró ser feliz cuando les pasara encima...

a sus guí­as y mentores, los que le alumbraron el camino y creyeron en él, combinando su vida pública con el desenfreno, el exceso y la desmesura.

Eso cuando Baco le hablaba y él le hablaba a Baco.

Ya en su juicio era peor. Entonces cavilaba el ataque y la intriga, los delirios del que murmura en las sombras y teje ideas perversas sin otro fin que embestir a sus adversarios, la insidia en sus labios, la intención malsana, el afán por destruir.

Despeñado, destituido de la CAEV en Nanchital, Emilio León cosecha hoy lo que por años sembró. Degusta el veneno que inoculó a otros. Dirí­ase, pues, que la desgracia llega cuando los odios mueven al hombre, al que infama y ofende, al que urde la desgracia de los demás.

Así­ fue ””y es”” la vida pública de Emilio León.

Sabiendo lo que traí­a dentro, su infinita capacidad para destruir, nadie apostó por él. Ni en su casa polí­tica, la Sección 11 del sindicato petrolero, el feudo de Ramón Hernández Toledo, ni en el PRI, advirtiendo sus alcances y el potencial para malograr el poder.

Lo repudió su lí­der sindical. Lo bloqueó Marcelo Montiel, cabeza del grupo priista que controla aún, pese a derrotas y fracasos, los enclaves del tricolor.

Fue un priista del montón.

Fue tenaz y osado.

Fue un tipo sin futuro en el PRI.

Y un dí­a se ligó al Grupo Integra, a las huestes del ex alcalde Ivan Hillman Chapoy, aquel que pasó por el ayuntamiento de Coatzacoalcos con el antifaz en el rostro, ejerció 2 mil millones de pesos y se fue sin una sola obra por la que se le pueda reconocer.

Atado a vicios y rencores, supo Emilio León, alias el Cachorro, que ahí­ no podrí­a crecer.

Y entonces brincó al PAN.

Cuentan los insiders de su llegada al ayuntamiento, no por popularidad ni por oficio polí­tico. Adquirió ””sí­, tácitamente adquirió”” junto con Luis Rendón Martí­n la regidurí­a en la planilla del PAN, en 2013. Pese a la derrota panista, Emilio León se convirtió en regidor suplente.

Entonces se potenció su maldad.

Con un timo, la organización Llave Ciudadana, un proyecto construido con retazos de papel y litros de saliva, Luis Rendón y Emilio León se erigieron lí­deres de la corriente yunista azul a falta de un yunismo real, siendo el neopanismo tricolor ””o el priismo azul”” que riñe con los seguidores de Julen Rementerí­a, de Cambranis, de Bueno Torio. Y los Yunes los hicieron soñar.

Operativamente son un fracaso. De tres elecciones entre 2015 y 2017, Rendón y León las han perdido todas: la diputación federal ante Rocí­o Nahle, la diputación local ante Amado Cruz Malpica, la alcaldí­a de Coatzacoalcos ante Ví­ctor Manuel Carranza Rosaldo, barridos siempre por Morena.

Electoralmente, Llave Ciudadana no existe. O existe en la imaginación del que encubre sus miserias con el alarde y supone que el engaño dura por siempre. Es el embuste con el que prometen votos y pescan desgracias, alientan esperanza y cosechan desilusión.

Y allá si Miguel íngel Yunes se las quiso comprar.

Un cargo público, la CAEV de Nanchital, mostró que lo que no sirve, no sirve. Y Emilio León se reveló como es.

Con ese perfil apuntaba a ser el yunista más cool del sur hasta que el abuso lo mató.

Dejó CAEV ””Comisión de Aguas del Estado de Veracruz”” por la puerta de atrás, imputado de anomalí­as y despilfarro, violando normas y controles internos, exhibiendo que el yunismo azul se nutre con los desechos que ni el PRI quiere cargar.

Literalmente le metió la mano al cajón. A diario disponí­a de 20 mil pesos promedio, dizque para cubrir pagos y saldar adeudo a proveedores, que para las tareas propias de CAEV.

Cuando se trasladaba a Xalapa, a la sede de CAEV estatal, el ramalazo era de 40 mil.

Tuvo una subdirectora administrativa afí­n, Flor González, novia de su compadre Luis Rendón, la que mí­nimo debió controlar tanto gasto, y peor pues le podrí­a resultar responsabilidad porque los comprobantes no pudieron soportar el daño patrimonial. Algo así­ como 2 millones 178 mil pesos.

Por las mañanas se vestí­a de servidor público, con fotos en las redes abriendo válvulas, paleando arena, con la cuadrilla de CAEV, junto a la pipa.

Por las tardes y noches volví­a a ser Emilio León, el de las comidas en restaurantes de lujo, la pachanga en bares y antros, como si fuera sultán.

Ya se verá en un año más, cuando el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz audite los recursos manejados por CAEV, si Emilio León paga con cárcel o se apega a la impunidad.

Lo revienta la subdirectora administrativa en CAEV estatal, Mónica Elizabeth Villa. Y lo deja a su suerte el titular, Ví­ctor Manuel Esparza Pérez, que fuera su conecte con el yunismo azul.

Cayó el miércoles 11. Aquel que solí­a reí­r, lloró. Acudió a amigos y tocó puertas. Estrujaban sus palabras, conmoví­an sus argumentos. “No sé qué me pasó”, admití­a. “No volverá a suceder”. Y lo echaron.

Su vocero, Federico Lagunes ””mismo vocero de Roberto Chagra, el amigo del Comandante H”” arguye que Emilio León dejó CAEV por tener que reasumir su plaza en Pemex. Pura paja. Tampoco se va porque sea candidato potencial a la diputación local. Se fue por el despilfarro, la metida de mano al cajón.

Paga hoy la cuota insalvable, la factura de sus excesos, con el derrumbe y la exclusión, depuesto por los Yunes que erróneamente le dieron margaritas al injusto que no las debí­a comer.

Nueve meses de infame gestión, el alarde, la mofa, la soberbia, alegando Rendón y León liderar en el sur el equipo del Fernando Yunes Márquez, alcalde electo de Veracruz, y el sueño terminó en pesadilla.

Son de Fernando, pregonan. Son de Chiquiyunes, cuentan. Simulaban ser de Abreu. Y lo que no expresan es que hoy tienen el repudio del gobernador de Veracruz.

Bastó enfilarlo a la gloria y el Cachorro se perdió.


Archivo muerto


Emily no se va, la fueron. Emily Páramo Garcí­a ya no está en las cajas de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento ””o CAEV”” de Coatzacoalcos. No se sabe si ahora será “gestora externa” para lograr descuentos a usuarios, como su novio o ex, Omar Aguirre, promociona en Facebook, o si seguirá operando a distancia, como los coyotes de banqueta, bajo las órdenes de su jechu, Félix López Ramón, el depuesto subdirector de Comercialización. Como sea, ahí­ ya no está. Quién aún sigue es Alfonso Muñoz Moreno, don Fonchito, padrastro del ex director, Rafael Jesús Ponce Abreu, al que hizo responsable de las cajas, de lo que ingresa, de lo que no, de lo que se desví­a, de lo que no llega a la contabilidad de CAEV. Sábese que el inefable Rafael Islas también chupó faros. Quizá por ex ivanista, quizá por ser pieza o recomendado del regidor Luis Rendón, burlón y pesado el tipo, pero dejó de ser subdirector técnico ””el operativo”” en CAEV. Lo releva Carlos Vallejos, de la vieja guardia de Tony Mací­as, adorado por los fans del Comandante Tony, lo que implica que el yunismo azul imita al pejismo en sus modos y en sus dí­ceres: a la mafia del poder con un conjuro se le redime. Como pocos, Vallejos sabe de factibilidades, de dictámenes técnicos, de lo que cumplen o no los usuarios, más aún los fraccionamientos y las plazas que evaden la normatividad y a la postre CAEV les concede las anuencias, así­ sea violando la ley. Cí­tese, por ejemplo, San Martí­n y Santa Marta, dos fraccionamientos del Grupo Roma al poniente de Coatzacoalcos en que el duartismo permitió hasta que se ahorraran un tanque elevado de agua para abastecer a los habitantes. Vallejos, como nadie más, sabe qué pasó ahí­. Cayó Abreu, cayó Félix, cayó Islas. No termina de caer Jorge Cuauhtémoc Ursúa Zenteno, subdirector de Administración, que con recursos de CAEV paga hasta los servicios que no le brindan a la institución, que tolera y convalida el peculado de Sandra Moreno, la operadora de las compras. Que no se irá porque Ursúa, entre todos, es el que mejor le cae al ex alcalde Rogelio Lemarroy. Limpia a medias serí­a simulación… Mejores aquellos carnavales en que Anilú saludaba a todos, engalanando el desfile, orgullosos los jarochos de ver a su reina. Hoy vive su Waterloo, la intriga de su adversarios y el precio de sus errores. Le imputan haber aportado las despensas que directivos del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas entregarí­an a damnificados del sismo del 19 de septiembre cuando la Fiscalí­a de Veracruz los aprehendió. Salieron, sí­, porque el abuso de autoridad fue descomunal, sus ministeriales sin orden de aprehensión, sin haber flagrancia, sin fuerza en sus acciones. Tres semanas después, el fiscal Winckler vuelve a galopar. Turna el caso a la Fiscalí­a Especializada Para la Atención de Delitos Electorales, implicando a la Sedesol de Anilú Ingram Vallines, tras cotejar los códigos de barras de las despensas decomisadas en el domicilio de Juan Antonio Pinilla Rodrí­guez y su esposa, la directora de Servicios Municipales del ayuntamiento de Veracruz, Fabiola Balmori, los que concordaron con los apoyos que entrega la dependencia federal. Más o menos como la nueva versión de Ladrones de Elecciones, aquel episodio en que los prií­stas fueron captados en un video en que describen cómo robarse los programas sociales y coaccionar con ellos a los beneficiarios. A la par, Anilú y el PRI son denunciados por el PAN por usar la Sedesol para realizar actos anticipados de campaña, promoviendo su imagen con cargo al erario, por las decenas o centenares de fotografí­as en que aparece la delegada estatal, so pretexto de su labor al frente de la Secretarí­a de Desarrollo Social federal. Eran mejores aquellos carnavales. Con estos va a enfrentar la ley… Gracias a Morena, Alfredo Phinder llega al Hospital Regional. Hará una semana se le vio con el alcalde electo de Coatzacoalcos, Ví­ctor Manuel Carranza Rosaldo o con su cí­rculo cercano, se filtró y aseguró su nombramiento. Morena le sirve y Morena lo salva. Igual el partido Nueva Alianza. En los dí­as previos a la nominación del candidato panista a la presidencia municipal, tuvo un encuentro con Carranza, se volvió a filtrar, encaró a sus dirigentes locales y se aplacó. Dí­as después, se reunió con el lí­der del Panal, Gersaí­n Hidalgo Cruz. Lo filtró, declinó ser el abanderado de Nueva Alianza y permaneció en el PAN. Para eso le sirve Morena a Phinder y el yunismo azul no lo sabe descifrar… Pues no es así­. Por enésima vez, Maryjose embiste a la CEAPP y usa mi renuncia al salario y a toda prestación ””del que salí­ desde febrero aunque oficialmente en abril, cuando se celebró la sesión ordinaria””, para evidenciar un presunto desví­o de recursos atribuibles quienes llevan el manejo financiero de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas. Es un asunto de normatividad, de partidas asignadas y de dinero bajo resguardo en el seno de la CEAPP, dinero no ejercido y que al final del ciclo presupuestal se reintegrará a la Secretarí­a de Finanzas y Planeación, como establece el procedimiento. Nadie cobró los cheques a los que alude la diputada panista, Maryjose Gamboa Torales, autora de la columna Al Aire. Mucha pólvora que habrá de quemarse en los tribunales y en el Congreso de Veracruz. La verdad, esto ya asquea… No es thriller, es real. Un saludo y un encargo: la vida de su adversario. Y 150 mil pesos para que el trabajo sea limpio: una gresca, un accidente, un resbalón. Atento a su celular, oye el H la petición y la oferta. “Así­ serᔝ, responde con una sonrisa. Atento escucha la voz de quien en ese momento era candidato a una alcaldí­a de Veracruz. ¿Quién es?…


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