Insensible director
El director del Instituto de Cultura, el músico Enrique Manuel Márquez, armó un alboroto a la yunicidad. Incendió el fuego con el despido de un montón de trabajadores con muchos, muchísimos años en el servicio. Así lograría su objetivo mesiánico: unos, los que estaban en el duartazgo, para fuera; y otros, los suyos que llegan con él, para adentro. Entonces, ni modo, el góber azul entró como Salomón para establecer la justicia. Y los burócratas despedidos fueron reinstalados. El director, como dice Sandra Segura, "será muy Harvard, pero le falta el toque de sensibilidad con sus colaboradores". Yunes Linares lo salvó. ¡Vaya gabinetazo!