Empresario duartiano
Ahora, y como siempre, "el hilo se está rompiendo por lo más débil". En el caso de Javier Duarte, el peine apareció en restaurante "El barlovento Grill", de Boca del Río, allí donde el político preso del Reclusorio Oriente en la Ciudad de México solía llegar con su familia y sus amigos y sus barbies a disfrutar de la mejor comida del Golfo de México, como solía decir. De pronto, zas, quedó al desnudo que el restaurante, propiedad de José Roberto García Kuri, funcionaba sin permisos. Pero también, se afirma, que habrían colaborado o participado en empresas fantasmas. Nada está dejando la yunicidad al garete.