Seguro y convencido de que tal lenguaje encierra un significado consultó a un chamán, y a una bruja, y a unos santeros, en los que cree a ciegas, y le dijeron que sin ninguna duda un ser amado (su señora madre, su padre, por ejemplo) que ya murieron se están comunicando con él… El chamán le dijo que le están enviando el mensaje de que ya lo quieren con ellos, en el más allá… Un dí­a, por ejemplo, un amigo de él, abogado, lo visitó en su oficina y los pasos se escucharon y su amigo se asustó… Y cuando platicaban, de plano se levantó de la silla y caminó hacia el lugar de donde procedí­an los ruidos… Y dijo: “Ya, papá, ya mamá, ya entendí­… Iré al lado de ustedes… Pero espérenme un ratito porque todaví­a tengo pendientes aquí­ en la tierra”… Y en automático, los ruidos de unos pasos dejaron de escucharse… Un arquitecto que construye casas le dijo que se trata de sonidos normales, pues las casas, como la madre naturaleza, por ejemplo, con sus temblores (tan de moda hoy), como los animalitos, como todos los seres humanos, tienen sus ruidos propios… Pero como el amigo cree más, mucho más en los chamanes, está cierto de que hay un mensaje sobrenatural… Así­ vive los dí­as y las noches…

ROMPEOLAS: Salma Hayek, una de las artistas más ricas del planeta, casada con uno de los hombres más ricos de Europa, pues hasta un palacio tiene en Francia para vivir, donó cien mil dólares que entregó a UNICEF para las ví­ctimas del sismo… Ella recordó en las redes sociales que en 1985 viví­a en un departamento en la Ciudad de México y fue evacuada… Entonces, perdió a un tí­o que querí­a muchí­simo… En tanto, la cantante Natalia Lafourcade, que tanto canta a Agustí­n Lara, solo trepó en las redes sociales su admiración por los voluntarios que han ayudado en las tareas de rescate… Por cierto, la mitad de la población del paí­s y la otra mitad asegura que la televisión se prestó al jueguito de la niña Frida Sofí­a que mantuvo durante dos dí­as a los mexicanos “con el alma en un hilo” esperando su rescate, pues Frida nunca existió y solo se trata de una expectativa… Circula el tercero y último tomo del libro “Patria” del escritor Paco Ignacio Taibo II, el gran promotor de Andrés Manuel López Obrador para ganar la presidencia de la república el año entrante… Por cierto, contra todo lo que los malquerientes cacareaban, Elena Poniatowska sigue firme alrededor de “El peje”… Y en contraparte, tirios y troyanos apuestan “veinte y las malas” que Cuitláhuac Garcí­a, el diputado federal que dejará inconclusa la curul para jugar otra vez como candidato de Morena a gobernador de Veracruz, será derrotado en las urnas el año entrante, pues con todo y el tabasqueño, la posibilidad será insuficiente… En 1927, el escritor y cronista, Juan José Tablada, escribió, quizá inspirado en el relato bí­blico, que “los tres cánceres que corroen a la sociedad son el orgullo, la hipocresí­a y la arrogancia”… Tablada admiraba a Salvador Dí­az Mirón y se sabí­a de memoria el famoso poema “Asonancias” de que “Nadie tiene derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto”… Uno y otro, por cierto, cometieron el mismo pecado mortal de trabajar con el general Victoriano Huerta, “El chacal” que ordenara asesinar con tiro de gracia a Francisco I. Madero y José Marí­a Pino Suárez y arrancar los ojos a Gustavo Madero y cortar la lengua al senador y periodista, Belisario Domí­nguez… Y el mismito que tomaba una botella diaria de whisky…

ASTILLEROS: La grandeza del escritor Walt Whitman (“Hojas de hierba”, su obra clásica) se calibra por lo siguiente: los poetas José Martí­, Rubén Darí­o, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, León Felipe, Federico Garcí­a Lorca y Oscar Wilde eran sus fans y lo admiraban hasta la locura y la alucinación… Uno de los ocho hijos de un carpintero y campesino, “hombre de pocas letras y muchos tragos”, Whitman también fue reportero y escribió, entre tantas otras, la crónica sobre la venta de esclavos de color en Nuevo Orleans en 1850… Una amiga enví­a la siguiente advertencia: “Más vale ser la nenita de un marido viejo que la esclava de uno joven”… Confucio, el filósofo chino, acuñó la regla de oro de la convivencia universal y que es la siguiente: “Trata a los demás como quisieras que te trataran a ti”… Confucio decí­a que las tres virtudes cardinales son la benevolencia, la sinceridad y el amor filial… El famoso cronista de las revoluciones mexicana y rusa, John Reed (murió de tifus a los 33 años de edad en Rusia) tení­a una casa de soltero en Greenwich Village, la ciudad codiciada por los intelectuales de la época en Estados Unidos, y en donde también vivieron Mark Twain, Edgar Allan Poe, Henry James, Stephen Crane y John Lafarge… Y nomás para pedir la temperatura artí­stica que se viví­a en Village en la década de 1920 era famosa la vida libertina que todos llevaban y que solí­an organizar a partir de reuniones sociales incluidos bailes, y hasta de máscaras, y que se conocí­an de la siguiente manera: “fiestas de ninfas y sátiros, bacanal nocturna de almas perdidas y regio carnaval de sacerdotes y sacerdotisas de la pasión”…