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Expediente 2024
Viernes 18 agosto, 2017

“La muerte tiene permiso”

Los carteles han ido ganando terreno en Veracruz. Nadie dudarí­a de que en los últimos ocho meses y medio se han recrudecido. Y elevado el tono.
Por ejemplo:
Quedó claro cuando mataron a los cuatro niños y sus padres en una colonia popular de Coatzacoalcos.
Y cuando secuestraron y asesinaron al trí­o de edecanes de Amatlán y Córdoba.

Luis Velázquez

Y cuando ejecutaron al niño y a su maestra en Tantoyuca.
Pero el martes 15 de agosto, una vez más demostraron el puño, de igual manera, por ejemplo, cuando en el Duartazgo se metieron a una iglesia católica en el puerto jarocho y delante de los feligreses, con las armas listas para disparar, secuestraron a una persona y la desaparecieron hasta la fecha.
En Poza Rica, por ejemplo, los sicarios se metieron al restaurante de un hotel y asesinaron a cuatro personas con alevosí­a, ventaja y premeditación y delante, claro, de los comensales.
Una ví­ctima fue el abogado Armando Violante Herrera, ex aspirante a la presidencia municipal de Coatzintla.
El mismo dí­a, en Misantla, se metieron a la terminal de autobuses y asesinaron a rajatabla a un par de choferes de la lí­nea de Banderilla, sembrando el caos, la incertidumbre y la zozobra entre los pasajeros.
En Acayucan, de plano, en un rafagueo a un servicio de grúas utilizaron granadas y lo que significa palabras mayores, pues, además, dispararon sesenta veces contra las personas, cuando, caray, dice la canción de Rosita ílvarez, con un tiro “que sea mortal” basta y sobra.
En la autopista Veracruz-Xalapa, detuvieron un automóvil y torturaron a los dos pasajeros y en nombre del Veracruz violento, nublado y turbulento, los asesinaron.
De ñapa, y harta la población del tsunami de violencia, en Amatlán de los Reyes, poblado Ojo de Agua, una mujer de 22 años que habí­a robado una moto estuvo a punto de ser linchada.
Incluso, por un poquito y la queman viva.
Ni hablar, lo cantaban José Alfredo Jiménez y Pedro Infante, “la vida no vale nada”.

DISPUTA POR VERACRUZ

Antes, mucho antes, “cuando éramos felices e indocumentados”, los crí­menes sólo parecí­an ocurrir en la noche.
Y, digamos, en un ajuste de cuentas entre delincuentes comunes y que luego derivara entre malandros disputando con sus carteles la jugosa plaza Veracruz.
Ahora, el tsunami de horror y terror sucede en el dí­a. Y lo peor, arrasa y avasalla con todos, sin excepción.
Niños, mujeres, ancianos y jóvenes. Nadie está a salvo, ni siquiera, vaya, las personas y las familias que utilizan escoltas y vigilancia dí­a y noche en sus casas.
Hay poblados donde de plano la misma autoridad municipal ha decretado una especie de “toques de queda”, en tanto en otros se vive de hecho y derecho un Estado de Sitio, pues apenas pardea la gente se concentra en sus casas.
Y si tienen necesidad inevitable de salir, entonces, y como está sucediendo en Xalapa, armados con palos y resorteras salen en grupo a sus tareas vigilantes.
La vida, entonces, prendida de alfileres, “haiga sido como haiga sido” que llegamos al reino del terror, inocente o culpable sea Javier Duarte.

DíAS HURACANADOS

Ocho meses y medio después, el clamor general de la población es la seguridad en la vida y en los bienes. Pero más, mucho más, en la vida, porque los bienes, en todo caso, van y vienen…, si es que, claro, regresan, y si nunca vuelven, entonces, ni hablar.
Cierto, el desempleo y el subempleo y los salarios de hambre están canijos.
También está canijo que Veracruz haya tocado fondo en la calidad educativa, en que, y además, con todo y tí­tulo universitario hay un porcentaje elevado de jóvenes desempleados.
Pero los dí­as huracanados que seguimos viviendo se han vuelto una pesadilla, en que la mitad de la población y la otra mitad se sienten, y con justa razón, totalmente inseguros, expuesta a un secuestro, temerosa de salir en la noche por todos los riesgos que significa.
Los polí­ticos dirán que el paí­s completo es un rí­o de sangre y un valle de la muerte.
Y nadie lo dudarí­a.
Pero al mismo tiempo, allá cada gobernador que resuelva como pueda sus pendientes, porque aquí­, entre nosotros, sólo late Veracruz.
Y como decí­a Fernando López Arias en su campaña electoral, 1962, “contra Veracruz nunca tendremos razón”, con todo, incluso, que su director de Seguridad Pública, Manuel Suárez Domí­nguez, terminó ahorcándose en una cárcel de Estados Unidos, donde estaba preso por sus ligas con los narcos.
Los capos y sus sicarios se han recrudecido. De hecho y derecho, transgredieron ya los lí­mites. Secuestros en iglesias, crí­menes en restaurantes de hoteles, granadas arrojadas en talleres, asesinatos en centrales de autobuses, cacerí­a de reporteros cuando salen en la madrugada del periódico y van llegando a sus casas, plagio de edecanes, ancianos ejecutados sólo para robar, niños de tres años rafagueados, etcétera, manifiestan la crudeza del Veracruz que vivimos y padecemos.
El paraí­so terrenal que éramos, convertido en una sucursal del infierno. Mejor dicho, en el infierno mismo.

ENTÉRESE RíPIDO

Asesinan a joven de 19 años. En ingenio San Miguelito, de Córdoba.
Otro feminicidio. En Misantla. El cuerpo, con balazos en cabeza, rostro y brazo.
Muere ahogado un niño en Playas de Chachalacas. ¡Vamos bien!
Un cadáver más en puerto jarocho, en colonia Centro.
Rí­o de sangre en Vega de Alatorre. Cadáver cerca del puente San Agustí­n.
Presos roba-vacas de Los Tuxtlas. Se dicen hijos de Arturo Hérviz.
Duda. ¿Fue en verdad cristalazo a hija de Héctor Yunes Landa?
Expropian terrenos a diputado Édgar Spinoso para autopista Cardel-Poza Rica.
Hartos en Xalapa. Col. Macuiltépetl de tantos robos y asaltos.
"Volteen a Poza Rica" claman en video a Peña Nieto por tanta inseguridad.
Veracruz azul: diez muertos en quince dí­as. Más intento de linchamiento.
Denuncian alcaldes a Ana Guadalupe Ingram, Anilú, por enviarles recaditos... atándoles manos.
Paraliza diputado Rodrigo Garcí­a el Congreso por boda en Cancún.
Que corrieron a director de hospital en Coatzacoalcos por foto con Rocí­o Nahle.
He Man dispuso del FISM 2017 por emergencia, dice. ¡Cómo no...!
Felicidad en México porque elefante "Ely" goza de buena salud.
A todos corrompió Odebrecht en América Latina, menos a México. Ajá.

Yunes, igual que Javier Duarte

Así­ empezó Javier Duarte. Cambiando funcionarios. Y en casi el sexenio despidió a 87, sin nunca, jamás, rendir cuentas.
La yunicidad, por ahora, lleva cuatro.
El Fiscal del sur de Veracruz.
La secretaria de Finanzas y Planeación.
Y la rectora de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, UPAV.
El director de Especialidades del Hospital Regional de Coatzacoalcos, donde, se afirma, mucho tuvo que ver el secretario de Salud.
Bien lo decí­a Juan Maldonado Pereda, QEPD: "En polí­tica nunca llega el mejor sino el que más conviene.

Dos priistas, con un pie en Pacho Viejo

Desde alguna zona del poder azul están avisando que pronto dormirán en el penal de Pacho Viejo el siguiente par de mujeres priistas:
Una. Corintia Cruz Oregón, ex regidora en el Ayuntamiento de Xalapa, ex secretaria General del CDE del PRI y fallida candidata a diputada.
Y dos. Irma Chesty, la jefa de prensa de Flavino Rí­os Alvarado en la secretarí­a de Educación, en la secretarí­a General de Gobierno y en la gubernatura de 45 dí­as.
La primera, acusada de que también, igual que Dominga Xóchilt Tress, recibió una casita de regalo de Javier Duarte.
Y la segunda, que una empresa de su propiedad abastecí­a de combustible a los aviones y helicópteros del gobierno de Veracruz.
Falta, claro, el platillo fuerte, como es Karime Mací­as, su padre Antonio Mací­as y nueve familiares más.


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