Los dos hermanos fueron llevados entre insultos y humillaciones delante de su familia. Aydee Ochoa Zarate, madre de ambos chicos, acusa que los delincuentes eran protegidos por elementos de la policí­a estatal con base en Cardel.
Y está plenamente segura que estos dos chicos, al igual que docenas de muchachos de Cardel, terminaron en manos de la delincuencia con el apoyo de la policí­a.
La madre acusa que la ausencia de sus muchachos no puede ser explicada si no se investigan los antecedentes que en Cardel dejaron exmandos de la SSP que trabajaron bajo las órdenes de Arturo Bermúdez, uno en especial que le tení­a coraje a su hijo y constantemente le mandaba detener.
Son numerosos los casos donde padres y madres acusan a ex servidores públicos que trabajaron en Cardel durante la administración pasada y se dedicaron a desaparecer personas, especialmente jovencitos entre los 16 y 25 años.
"Yo estoy segura que tuvieron algo que ver en todo esto, la policí­a detuvo muchas veces sin motivo a Jocksan, no sé porque le agarraron odio, no más de verlo en la calle se lo llevaban a los separos" cuenta la madre.
La mujer relata la primera vez que Jocksan desapareció a principios del 2015. Pasaron horas para que llegara a su casa después del trabajo en una pizzerí­a en Cardel.
Ella salió a buscarlo por hospitales y la cárcel.
Le encontró en los separos de la comandancia de Cardel que era manejada por la Secretarí­a de Seguridad Pública (SSP), al frente de ella, un jefe de la SSP le dijo que si se lo querí­a llevar debí­a pagar 2 mil pesos.
El oficial jamás le comentó el delito el cual habí­a sido detenido, únicamente le acusaba que era un muchacho mal portado que necesitaba disciplina.
La madre pagó el dinero solicitado y jamás recibió algún comprobante.
Lo mismo ocurrió con las cuatro veces más en que tuvo que ir a los separos a buscarle, siempre debí­a pagar y nunca le informaban cuál era el ilí­cito cometido por su vástago.
"Si Jocksan no llegaba a la casa después del trabajo, ya lo sabí­a. Tení­a que ir a la cárcel, ahí­ lo tení­an detenido. Pagaba y me lo llevaba" relata.
Dice que fueron muchas las veces en que injustificadamente le detuvieron, hasta el 14 de septiembre de 2015 cuando el comando de sujetos llegó en su domicilio en la colonia Centro y tras empujar la puerta por la fuerza se llevaron Jordán y Jocksan, dos chicos de 19 y 18 años de edad, respectivamente.
Aydee Ochoa Zarate dice que ingresó al colectivo Solecito de Veracruz en busca de ayuda y ha conocido muchos demás casos de Cardel donde los policí­as son acusados de perpetradores, por lo que no le queda la duda de que los ex jefes policiales son los responsables.
Aydee Ochoa Zarate acusa que las autoridades no han hecho nada respecto a sus dos muchachos. Con la aparición de las últimas ví­ctimas en Colinas de Santa Fe, a diario hace oración para que no le llegue la mala noticia de que han sido encontrados ahí­. Aún alberga la esperanza de encontrarles con vida.