El periodista Gil Cruz denunció que sujetos armados ingresaron al domicilio de sus papás para exigirles 100 mil pesos, de lo contrario, "amenazaron con matar a uno de sus hijos, y me mencionaron a mí­, el periodista". De inmediato buscó el apoyo de la CEAP y del mecanismo de protección a periodistas del gobierno federal, y se desilusionó por la falta capacidad para brindarle seguridad a quienes están a su alrededor.
El reportero del diario digital PeriódicoMX, señaló que la agresión se dio a las 8:30 PM en el ejido Citlaltepec, de ílamo Temapache, a unas seis horas del puerto de Veracruz. Ahí­ arribaron cuatro sujetos armados que irrumpieron en la casa "de mis papás, pues aún se encontraban haciendo actividades y comenzaron a lanzar agresiones y a decir que querí­an 100 mil pesos a cambio de no causar daños a sus hijos".
Explicó que sus padres afirmaron no contar con dicha cantidad de dinero, por lo que los agresores se marcharon no sin antes amenazar con regresar el fin de semana por el dinero, de lo contrario, "le causarí­an daño a sus hijos", y se marcharon, incluso, se llevaron el coche de la familia, que horas después apareció abandonado cerca de la carretera federal.
Gil Cruz dijo que teme por su vida, pero más, por la de sus padres y demás hermanos, por lo que hace un llamado a las autoridades para que le den protección.
Recordó que desde hace dos años está bajo medidas cautelares del mecanismo de protección a periodistas del gobierno federal, y eso a raí­z de amenazas en su contra que derivaron por publicar información polí­tica de la región de ílamo.
Comentó que apenas esta semana estuvo personal del Mecanismo federal en su domicilio para supervisar las medidas cautelares a las que está sujeto y renovar el convenio que tiene con ellas para vigilarlo.
"Yo puedo aguantar una amenaza en mi contra, ya anda uno acostumbrado, pero mi familia no, no sabe de eso" dijo en entrevista telefónica para Blogexpediente.
Expuso que por ahora no sabe de donde le viene esta nueva agresión, "no quiero creer que sea por mi trabajo, pero tampoco lo quiero descartar".
Comentó que no es la primera vez que resulta intimidado a consecuencia de su trabajo y de la inseguridad que priva en esa zona. "Ya tengo denuncias presentadas, pero no han prosperado, ni han hecho nada. Por ahora mis papás están renuentes a poner la nueva denuncia", indicó.
"Hablé esta mañana con gente de la Comisión de Atención y Protección a Periodistas y del Mecanismo, los dos me dicen lo mismo, que no pueden hacer mucho porque no se trata de agresión directa a mí­, sino a familiares", explicó.
El reportero, y también colaborador eventual del diario Notiver, lamentó: "Necesito tener un plomazo en el pie o en la panza para que ahora sí­ esas instancias de protección y las autoridades digan que si fue una amenaza contra mí­".
Explicó que bajo este contexto, los perpetradores de violencia al periodismo encontrarán muy fácil "meterse con la familia de uno al ver que no son sujetos de la protección del gobierno en caso de amenazas por nuestro trabajo".
Cuestionada al respecto, Ana Laura Pérez, presidenta de la Comisión Estatal de Protección y Atención a los Periodistas, reconoció que tienen conocimiento del caso de Gil Cruz, y aseguró que "estamos coordinándonos con la SSP", pero "realmente es poco lo que podemos hacer".
"No es que no queramos, es que no podemos, el periodista es el", asentó al preguntare sobre la posibilidad de extender las medidas de vigilancia especial a la familia del comunicador.
Contextualizó que la CEAP y cualquier otra instancia se ve acotada cuando "la familia no quiere denunciar, así­ tampoco puede intervenir la Policí­a Ministerial", aunque aseguró que están haciendo todo lo necesario para apoyarlo.
Gil Cruz realiza su labor informativo en una de las regiones de silencio del estado de Veracruz, la zona de la huasteca Veracruzana, en donde hay amplia presencia de cártel del Golfo y Los Zetas.
Desde hace unos diez años, esa región está en disputa constante por ser uno de los pasos obligados de todo tipo de mercancí­as a la frontera con Estados Unidos.
Además, ha sido escenario de cruentos enfrentamientos entre sicarios de ambos bandos que se disputan el control territorial delimitado por la carretera federal 180 Matamoros-puerto Juárez.