Frenética búsqueda de un cadáver
Familiares de Lourdes Patricia Herrera Martínez llevan 72 horas de predicamento, el mismo comenzó la madrugada del día 20 de julio, cuando la cabeza de la joven que estaba reportada como secuestrada, apareció en la vía pública.
Desde entonces, sus seres queridos se la han vivido en agencias de la Fiscalía General de Justicia y en las calles de municipios del sur de Veracruz buscando pistas que los lleven a dar con el resto del cuerpo.
La familia confirma que no le han dado sepultura, ni quieren saber nada aún de funerales, hasta que su cadáver no esté entero, cabeza y cuerpo, pues los captores, sólo dejaron la testa, sin que se sepa hasta ahora sobre el resto de las extremidades.
Quienes le buscan, incluso, no pueden dormir, ni descansar bien, ante el temor de que de un momento a otro aparezca el resto de su cuerpo, y se tenga que dar inicio al trámite de los funerales.
O peor aún, pensando en que nunca aparezca, y analizando qué posibilidades hay ante esta situación, pues se tiene la certeza de que ha sido asesinada, más no se puede comenzar a correr la etapa del duelo. Llorarle, sufrir y buscar la resignación.
Se trata de un sentimiento casi a la mitad del que sufren docenas de madres y padres que integran los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, quienes en algunos casos sienten que sus hijos han tenido destino trágico, pero no logran la resignación para dejar de buscarles, hasta no contar con la certeza de ver un hueso o una prueba de ADN que lo confirme.
La joven víctima de la violencia en el sur terminó en manos de sujetos de la delincuencia organizada hace una semana. Ella se divertía con amigas en un centro nocturno de la zona de bares de Minatitlán.
Hasta ahí llegaron sujetos desconocidos que le señalaron como "sobrina del H", y se la llevaron por la fuerza, abordo de un coche blanco.
Enrique Herrera Guillén, padre de la joven de 24 años, comenzó una campaña en redes sociales para que su hija fuera regresada, ya que la estaban confundiendo con otra persona, pues negó alguna parentela con el capo Hernán Martínez Zavaleta, "El H", detenido al comienzo del mes en Tabasco, acusado de haber mandado dar muerte a una familia, incluidos cinco menores de edad, en Coatzacoalcos.
El padre de la chica de hecho se entrevistó con el gobernador Miguel íngel Yunes, el domingo anterior, durante su visita al sur de Veracruz para la reunión del Grupo de Coordinación, y éste le prometió todo el apoyo para dar con la víctima, lo que no se concretó.
El día 20 del presente, en un parque de Oteapan, a unos 30 minutos de Coatzacoalcos, apareció la cabeza de la alumna de Gestión Empresarial de la Universidad Veracruzana, en una bolsa, con un mensaje firmado por el Cártel de Jalisco Nueva Generación, en el que se leía:
“Ciudadanía que ya estamos aquí, así como quedó la cabeza del cochino y esta perra (sic) van a quedar los demás perros mencionados. Fuerza Civil y Policías van a mamar (sic) no Andamos jugando Pablo Herrera esto les pasa por voltearse, siguen tus hijos y todos los perros que nos estorban”.
Pero del cuerpo nada se sabe.
Familiares de la joven relataron que ella no guardaba ningún parentesco con quien es ubicado como jefe de la plaza en Coatzacoalcos, Hernán Martínez. Incluso, comentaron anónimamente que esa noche de amigas sí se encontraban hablando de cuestiones de narcotráfico, armas y la vida de lujos que llevan los delincuentes, pero no por haber sido ellas protagonistas de tales situaciones, sino porque "son chamacas fanáticas de las series esas de narcos, de la Piloto, y del a Reyna del sur y todas esas cosas, y se pusieron a fanfarronear en el bar, y alguien que no debía las escuchó".
Lourdes Patricia Herrera Martínez, cuentan quienes le conocieron, contaba con aspiraciones firmes. A sus 24 años, ya tenía una empresa de publicidad que manejaba en la ciudad de Minatitlán, que comenzó como una tarea escolar.
Le faltaban unos meses para terminar la carrera de Gestión Empresarial, pero ya trabajaba en su ramo, la escuela era una mera formalidad que estaba por cumplir, cuentan sus seres queridos.
Incluso, ya la Universidad Veracruzana emitió una condena por su muerte, la que calificó como un "agravio" contra los universitarios.