Exfiscal es investigado, pero pide a los medios "no hacer chisme"
•Luis íngel Bravo Contreras, en el desamparo
•Acudió a la Fiscalía de Jorge Wínckler para aclarar un “nombramiento” de su periodo
•La dependencia reveló que cuatro de sus exfuncionarios están en la mira por caso Gibrán Mártiz
Por YERANIA ROLÓN
En su momento se aseguró que Luis Ãngel Bravo Contreras negoció impunidad con el actual gobierno del Estado a cambio de dejar la FiscalÃa General del Estado (FGE), organismo que ocupó desde febrero de 2014 hasta noviembre de 2016.
Cuando renunció oficialmente al cargo el 29 de noviembre, Bravo Contreras desapareció del ámbito público, de ahà que resultó sorpresiva su reaparición de este miércoles.
Cabe recordar que un dÃa antes de su salida tuvo que designar a Jorge WÃnckler Ortiz, allegado al gobernador, Miguel Ãngel Yunes Linares, como Visitador General de la FGE, preparando el camino para que a finales de diciembre la LXIV Legislatura estatal ratificara al nuevo titular en el cargo hasta por nueve años.
Inicialmente se especuló que tras dejar la FGE Luis Ãngel ocuparÃa un cargo en la ProcuradurÃa General de la República (continúa -->)
(PGR), lo que nunca se consumó.
Así comenzaron a pasar los meses, aunque pese a su actitud discreta cada vez es más evidente que su sucesor Jorge Wínckler procederá legalmente en su contra.
Por ahora, el caso del asesinato del cantante de La Voz México, Gibrán Mártiz, que incluye la desaparición del joven José Eduardo de la Cruz y el homicidio de un menor de identidad resguardada, posiblemente a manos de policías estatales, es el que deja peor parado a Bravo Contreras.
El pasado 26 de junio, durante la audiencia de imputación tras la aprehensión de los tres ex elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, Iván Cortés, Mauricio Ramírez y José Luis Pérez, los primeros detenidos de los siete expolicías imputados por ese crimen, se reveló que hay otros ex funcionarios investigados.
De acuerdo con la Fiscalía en la mira hay cuatro exintegrantes de la PGJE y de la FGE que están siendo investigados, aunque el titular de la Fiscalía Especializada en Atención por Denuncias de Personas Desaparecidas, Luis Eduardo Coronel Gamboa, fue cauto y no reveló nombres ante el juez.
Así, apenas se confirmó la presencia del exfiscal este 12 de julio en las oficinas de la Fiscalía rápidamente se filtró en los medios el siguiente mensaje:
“En estos momentos, Luis íngel Bravo Contreras, ex Fiscal General del Estado, se presenta a rendir su declaración en la FGE de Xalapa en una de las carpetas que se siguen en su contra por los desfalcos cometidos en esa institución (…).
“Lo acompañan como sus abogados ”˜defensores”™ Rosario Zamora y Enoc Maldonado, de lo más nefasto y terrible que había en la Fiscalía y a quienes se les atribuyen muchos casos de corrupción”.
En realidad Bravo Contreras solo acudió a realizar una diligencia con motivo de un nombramiento, acompañado de sus ex colaboradores en el organismo, quienes lo escoltaron ante el asedio de los medios de comunicación al salir del inmueble.
“Fue una diligencia personal, no tengo comentarios, no es ningún tema de desvíos como ya lo dice en alguna nota”, aseveró huyendo de las preguntas de los reporteros.
Se le vio con menos cabello y sin su característico tono de piel bronceado, pero con la misma actitud que lo distinguió durante los años que estuvo encargado de la Procuración de Justicia de Veracruz.
Son memorables los gestos y memes que surgieron con Bravo Contreras en la extinta Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), dependencia estatal que desapareció durante el gobierno de Javier Duarte para dar paso a la creación de la Fiscalía, con supuesta autonomía frente al Ejecutivo.
Tras ser presidente del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, en febrero de 2014 Bravo Contreras tuvo que llegar a la PGJE como encargado de despacho tras la renuncia de Felipe Amadeo Flores Espinosa, en donde fue ratificado gracias a su cercanía con el ex gobernador.
Para enero de 2015, tras efectuar varias reformas en la materia la anterior Legislatura también le tomó protesta como titular de la FGE, supuestamente para un periodo de 9 años, de los cuales apenas y cumplió un año y casi 10 meses.
El declive de Javier Duarte terminó por repercutir directamente en su contra. Cuando el panista Miguel íngel Yunes Linares ganó la gubernatura, la permanencia de Duarte en el Ejecutivo se hizo insostenible y en octubre de 2016 tuvo que pedir licencia para darse a la fuga.
Luis íngel todavía permaneció como fiscal general tras el cambio de régimen del PRI al gobierno de coalición del PAN-PRD. Se le criticó por “ayudar” a Duarte de Ochoa a escapar al no investigar su paradero y tras unas semanas optó por dimitir de forma abrupta pero discreta.
El pasado mes de abril del año en curso Duarte fue capturado en Guatemala y está a unos días de su extradición a México para enfrentar los procesos legales que abrió en su contra la PGR y la Fiscalía General, que ya detuvo y encarceló a varios de sus ex colaboradores.
Pero Luis íngel no se puede sentir libre de culpas, ya que es sabido que Jorge Wínckler está juntando los elementos necesarios para encarcelarlo, sin importar que siempre se ha autocalificado como un hombre íntegro.
El exfiscal es recordado por su actitud ante los medios, que contrastó de inmediato con los anteriores procuradores, siendo calificado como metrosexual por la opinión pública debido a su afición por los trajes sastres, el “bronceado playero” y el peinado con gel.
Sus risas y ademanes amanerados y exagerados no tardaron en evidenciarse en las imágenes de los fotorreporteros, ganándose el mote de “fisculín” en los medios.
Más allá de eso su trabajo siempre fue cuestionado, sobre todo por su cercanía con Javier Duarte. También dejó críticas de los colectivos de búsqueda de desaparecidos y por los nulos avances en los homicidios y agresiones en contra de reporteros.
Esto además de su labor en casos como el de los cinco jóvenes de Tierra Blanca, quienes según la versión oficial fueron detenidos por policías estatales y entregados a elementos del crimen organizado.
Igualmente se le criticó por su labor negligente en las fosas clandestinas con decenas de cuerpos encontradas en lugares como el rancho El Diamante, en Tres Valles, sobre todo por pedir pruebas de ADN de familiares de desaparecidos que posteriormente “se perdieron”.
A la fecha ante las cámaras y reflectores Bravo Contreras mostró serenidad, lo que contrasta con versiones de reporteros que fueron sus incondicionales durante su paso en la Fiscalía. A ellos les ha confesado que ya se sabe investigado “a pesar de que peleó por la justicia hasta donde pudo”.
Aún se reúne en cafés de la ciudad de Xalapa con los comunicadores, a quienes comenta que son varias líneas de investigación por las que el actual gobierno lo quiere encarcelar. Pero en su reaparición evitó a toda costa tocar ese tema.
“No tengo nada qué decir, si hay alguna denuncia acudiré a responder a ella”, reiteró antes de subir a una camioneta negra y con cristales polarizados en la que se marchó a toda prisa de las oficinas ubicadas sobre la avenida Arco Sur.
Antes de ocupar la FGE Luis íngel ya tenía dos averiguaciones previas, una de 2011 cuando fue acusado penalmente por golpear al agente del Ministerio Público, Rodolfo Díaz, en un restaurante y por intentar, días después, sobornar al funcionario por la disputa de un terreno en la ciudad de Córdoba, según el expediente FESP/ 145/2011/I y 148E/2011.
Hasta ahora se desconoce cuál es la línea de investigación del Jorge Wínckler para proceder contra el ex fiscal, quien segundos antes de irse solo atinó a pedir a los medios que “no hicieran chisme”.
Todo indica que “el pacto de impunidad“ no se concretó para Luis íngel, quien optó por el silencio al ser cuestionado sobre si se dará a la fuga.