Ana Lilia López Ortiz, miembro del colectivo Solecito de Veracruz de la zona centro, lanzó mensaje de SOS a las autoridades porque tuvo que desplazarse a otro estado a consecuencia de amenazas.
La madre activista busca a su hijo desde diciembre de 2014, en que sujetos fuertemente armados lo sustrajeron de su casa; al parecer con la complicidad de las autoridades.
Apenas en marzo del 2016 fue ví­ctima de un atentado directo a su seguridad, después de que recibió llamadas de extorsión a su domicilio y el acoso de sujetos armados.
En esa ocasión, dijo, se detuvieron a varios sujetos que merodeaban afuera de su casa, en Amatlán de los Reyes.
Los sujetos sospechosos fueron detenidos; pero al poco tiempo quedaron en libertad.
Dí­az después del plagio de su hijo llamaron a su casa para exigir dos millones y medio de pesos a cambio de no causar más daño a su familia. Los tuvo que pagar.
Denunció que a su casa llegaron llamadas de extorsión para exigirle fuertes sumas de dinero para no lastimarla, al tiempo que se notó la presencia de los sujetos que se desplazaban en una camioneta.
De nueva cuenta, relató ví­a telefónica al reportero, tuvo que hacer maletas para emprender el exilio de Veracruz, en medio de crisis económicas y de salud en miembros de su familia.
Es consciente que todos estos problemas derivan de su actividad en la búsqueda de su hijo, Alexander Figueroa López, quien fue sustraí­do del interior de su domicilio y secuestrado, en Amatlán de los Reyes, en la zona centro del estado.
Desde entonces, y ante la inactividad de las autoridades para encontrar a su muchacho, se unió a las madres que buscan a sus hijos en el colectivo Solecito, en zona centro.
En su trinchera, Ana Lilia López se ha portado solidaria y comprensiva del dolor de las demás madres que están en su misma situación, colaborando en la organización de las actividades del colectivo y para hacer presión a las autoridades que no dan resultados en la búsqueda de sus hijos.
"Mi esposo está enfermo, mi papa tiene cáncer terminal y no poder estar a su lado en sus últimos momentos pues tengo miedo que algo le pase a mi familia si vengo al estado de Veracruz; es terrible y doloroso lo que estoy pasando”.
"Llegamos a un lugar donde no conoces a nadie, dejas familia, papás, hermanos, tu casa, patrimonio de toda una vida, y arrastrando un dolor para el cual no hay medicamento que lo cure sólo la fortaleza de Dios a tu lado", relató.
Su salida fue intempestiva, tuvo que dejar todo atrás para salir huyendo al sentir temor. Pese a las peticiones de seguridad, "no nos dan nada, sólo medidas cautelares".
"Es triste no tener ninguna seguridad para tu familia, vives peor que delincuente huyendo a veces a medianoche, dormir en las autopistas, eso me ha tocado, abandonar todo, y lo peor, ver que no no investigan y la autoridad no hace nada, la carpeta de mi hijo está estancada, hay mucho por hacer; pero no lo hacen" dijo desde algún lugar del paí­s.