En la mira
Igual que sus homólogos, Pablo Anaya Rivera siempre se clamó inocente de los (presuntos) delitos en el duartazgo. Incluso, decía que en corto puso un alto a Javier Duarte para evitar el desvío de recursos federales en la secretaría de Salud. Es más, quedó para la historia que prefirió renunciar, bajarse del barco, llevar la vida en paz y dedicarse a la vida privada. Ahora, la yunicidad lo tiene en la mira. Y el doctor, frustrado candidato del Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Poza Rica, se amparó. Y el juez le negó el amparo. Sicosis canija la que viven y padecen un montón de duartistas. Tiempo huracado que parece interminable.