Anilú Ingram Vallines: candidata, desde ahora, de MAO al Senado de la República del año entrante.
Indira de Jesús Rosales San Román; candidata, desde ahora, de MIYULI al Senado de la República el año entrante.
Las dos, en un activismo polí­tico y mediático fuera de control, usufructuando los programas sociales para, digamos, posicionarse en el corazón y las neuronas de la población.
Anilú, abrazando ancianitas en zonas indí­genas y campesinas, con la sonrisa tipo sandí­a de Diego Rivera posando para el fotógrafo y el camarógrafo.
Indira, vestida como el 12 de diciembre, con pestañas postizas y huipil, claro, floreado, echando tortillas en la montaña negra de Zongolica (Soledad Atzompa), pero además, dando clases de tortillas a las indí­genas para demostrarles que pueden cocinar en estufas SEDESOL en vez del tradicional y legendario e histórico brasero, y de igual manera que Anilú, posando para el fotógrafo y el camarógrafo.
Ambas, publicando sus fotos en las redes sociales, el Periscope, el Face Live, y en la prensa escrita y digital.
Y si Parí­s bien vale una misa, también usar a los pobres entre los pobres, a los jodidos entre los jodidos, para construir su carrera polí­tica ascendente.
Así­, y con los vientos favorables de MAO y MIYULI llegarí­an al Senado soñando, apenas se sienten en la curul, con la candidata a gobernadora en el año 2024.
Hosanna, hosanna...