Pierde a su padre en servicios periciales
•Denunció, le tomaron muestras de ADN y las perdieron
•Su padre fue encontrado muerto y se perdió en la morgue
•Cuatro años el cuerpo... sin entregar a familiares
Arantxa Arcos
Una joven presentó denuncia por la desaparición de su padre, en los meses de espera de la investigación apareció un cuerpo con las características de su padre, pero se perdió en las morgues de Veracruz.
La chica tramitó la denuncia de desaparición de su padre el 29 de junio del 2013, en las oficinas de la Procuraduría General de Justicia, en el municipio de Tihuatlán.
La querella quedó detallada y reforzada con la toma de muestras de su sangre, saliva y cabello de la joven, para poder contar con el perfil genético, en caso de llegar un cuerpo con las características de su progenitor.
Casi al año del reporte de desaparición, el 27 de marzo del 2014, la joven denunciante se comunicó con un agente investigador de la Agencia del Ministerio Público de Tihuatlán que le notificó la posibilidad de localizar a su padre.
Una nota periodística de la región detallaba el hallazgo inerte de un varón, describiendo características similares al hombre en busca y dando luz verde a la joven de posiblemente ubicar a su familiar.
Esperó hasta el 7 de abril del 2014 para acudir a las oficinas de la procuraduría, allí, fue atendida por el agente del ministerio público, este le mostró las imágenes de la nota informativa. Al verlas, reconoció a su padre, por lo que la enviaron a la procuraduría de Poza Rica, donde la atendió el encargado del área de periciales.
De igual forma, le mostraron fotografías de la autopsia de la persona fallecida en relación a la nota periodística. La joven cuestionó si realizaron pruebas de ADN al cuerpo inerte, respuesta que fue negativa bajo el argumento de ser responsable la procuraduría con sede en Xalapa.
Al tercer día de mostrar la autopsia, el 10 de abril del mismo año, se realizó la primera exhumación del supuesto cuerpo de su padre, para realizar pruebas de ADN.
Los días corrieron y se cumplieron cinco meses sin realizar las pruebas, siendo septiembre del 2014, la joven regresó a la procuraduría de Poza Rica, donde le informaron que no hicieron la prueba de ADN por carecer de material que investigar.
Con la negativa, personal de la extinta Procuraduría General del Estado prometió a familiares una segunda exhumación del cuerpo, con fecha del 23 de septiembre del 2014.
En el lapso del hallazgo del cuerpo y la segunda exhumación pasaron semanas, sin avances de comprobar la veracidad del parentesco familiar entre la denunciante y el cuerpo localizado.
Siendo ya 16 de enero del 2016, las pruebas de ADN no se efectuaron, sin excusa alguna y postergando más la agonía de una familia en busca de un integrante varón.
Fue hasta el 25 de abril del 2016 cuando se realizó una tercera exhumación del supuesto cuerpo de su padre. Los resultados se obtuvieron, pero no por cuenta de la autoridad estatal, sino del área de Genética de la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León.
"Se me informó de los resultados de la prueba de ADN de la tercera exhumación, pero esa información me la proporcionó la encargada del área de Genética de la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, quien me dijo que los resultados salieron negativos, ya que esa prueba fue practicada en Nuevo León, por motivo de que la Procuraduría General de Justicia de Poza Rica, Veracruz, solicitó la colaboración de la Procuraduría de Nuevo León, para poder realizar dicha prueba", describió la joven en una relatoría ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
La lentitud de indagar en el caso quedó desglosado en el expediente CEDH/2VG/DAM-1039/2016 creado por una inconformidad de los familiares del hombre desaparecido.
La ineficiencia de la ahora llamada Fiscalía General del Estado (FGE) se exhibió a través de la recomendación 19/2017.
Con ella, la CEDH comprobó que la FGE lleva cuatro años y tres meses sin dar con el paradero de un padre.
La joven solicitó el apoyo de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Nuevo León para realizar el estudio comparativo de la muestra de ADN, mismo que nunca realizó la FGE.
De esta prueba, se ocupó el fémur y tibia del cuerpo exhumado.
Finalmente, el 5 de agosto de 2016, el Laboratorio de Genética Forense del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales del Estado de Nuevo León, informaron que “…se observó discordancia alélica en 10 de los 15 marcadores genéticos analizados entre el perfil genético de los restos óseos con la clave 16-1440 (supuesto padre) y el ADN de la C. MMMA y SMA (HIJAS), por lo que SE EXCLUYE EL PARENTESCO PATERNO entre estas personas.”
Las acciones de una procuraría, ajena a la veracruzana, causaron en familiares del varón desaparecido mayor presión al estado y agotar líneas de investigación de los restos mortales que la joven reconoció como los de su padre.