en la trompa de Falopio.

En pocos minutos el segundo diagnóstico cambió, la maestra fue ingresada a cirugí­a con la presencia de un médico y un ginecólogo, atendiendo la “noticia” del embarazo.

Con sólo abrir el abdomen de la mujer, el ginecólogo abandonó la sala de operación, el apéndice de Ana Marí­a habí­a reventado y no estaba embarazada.

Desde este lunes 24 de abril y por 46 dí­as, el vientre de la maestra permaneció abierto, sin atención médica y con las deficiencias del nosocomio que la atendió desde su primera valoración.

Los primeros 20 dí­as, Ana Marí­a permaneció en terapia intensiva, complicando su salud y esperando atenciones por médicos del ISSSTE que repetí­an a sus familiares; no hay materiales, no hay medicamentos, no hay dinero.

“Mi esposa estuvo 20 dí­as en terapia intensiva, por lo mismo, nos daban un trato de lo peor como familiares, no podí­amos entrar a verla, pero si salí­an a gritarnos”, recordó el esposo.

En esas tres semanas buscó opciones para mejorar la deficiencia de materiales en hospitales de Xalapa. Un traslado a la ciudad de Veracruz, Puebla o México eran las alternativas de urgencias.

Llenó formatos, buscó sellos y entregó en la dirección del ISSSTE. Pronto, señor, pronto le respondí­an cada que regresaba a cuestionar el avance del traslado a otro nosocomio del paí­s.

“La doctora Socorro Acosta Flores, el director del ISSSTE, nos decí­an que todo el papeleo estaba en camino, que se iba a hacer, pero no era cierto, en el hospital de México no habí­an mandado nada. Cuando se da el traslado fallece, se dio muy tarde”, señaló el esposo de la paciente.

El viernes 9 de junio falleció la maestra Ana Marí­a Ramí­rez Colorado a las 12:40 de la noche. Su cuerpo no soportó nueve operaciones y la herida abierta desde el 20 de abril.

En cada intervención quirúrgica, los médicos le extraí­an un pedazo de intestino. La presunta colitis nerviosa y embarazo ectópico terminó en peritonitis nivel cuatro.

Roberto Montes, esposo de la paciente, memorizó: “Por mi experiencia esto no es apéndice, es colitis nerviosa” del primer doctor que revisó a Ana Marí­a, frase que comparte con un abogado y plasmó en una denuncia por negligencia médica.

La querella describe la atención a la maestra, los argumentos médicos de las carencias en los hospitales y la inasistencia de la delegada del ISSSTE, Elizabeth Morales Garcí­a en sus oficinas.
Roberto la buscó en más de una ocasión, pero nunca estuvo, la secretaria de la funcionaria y priista respondí­a que se encontraba de viaje, a dí­as de tomar protesta al cargo.

Morales Garcí­a ocupó cargos como delegada de la Procuradurí­a Federal del Consumidor (Profeco), la presidencia municipal de Xalapa 2011-2013, diputación federal 2006-2013 y al siguiente año, 2014, la presidencia del Comité Directivo del PRI.

También compitió para la diputación federal pero perdió contra el aspirante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Cuitláhuac Garcí­a Jiménez.

Su protesta como delegada del ISSSTE se debió a la renuncia que presentó Renato Alarcón Guevara, ya que Alarcón decidió ser el presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cargo que ocupó Morales Garcí­a en 2014.

Los primeros dos meses de estos cambios al frente del ISSSTE la familia de la paciente Ana Marí­a Ramí­rez Colorado promovió una denuncia por negligencia médica en instancias federales.

Promover citada acusación en el estado no les genera confianza, desconfí­an de los entes de Veracruz por anteriores situaciones de apatí­a hacia enfermos.

Con la muerte de la maestra, de 42 años, su marido, el arquitecto y ex director de Obras del ayuntamiento de Coatepec, deberá atender a dos menores; una niña de 16 años y un varón de cuatro.