Y ha “lanzado su espada en prenda”, peleador callejero, fajador de cantina, más que para rebotar en el territorio jarocho, para replicar en el altiplano.

Y en el altiplano, respondiendo a los intereses polí­ticos tanto del PAN (el rijoso y petulante Ricardo Anaya) y del PRI (Miguel íngel Osorio Chong, el secretario de Gobernación presidenciable).

Pero además, resonando en la parcela de Felipe Calderón Hinojosa, su antiguo jefe que lo ungiera candidato a gobernador por encima de Gerardo Buganza Salmerón (que por eso mismo renunciara al PAN) y de Margarita Zavala, obsesionada con Los Pinos.

Jugando, digamos, a las grandes ligas, polí­tico boqueño con perfil federal.

El año anterior, levantó excesivas y demasiadas posibilidades con el anuncio que cimbrarí­a a México.

Primero, en el carril polí­tico y mediático local. Después, en el centro de los grandes poderes federales.

Y a la hora de tomar posesión como gobernador, en que, cacareaba, revelarí­a su gran secreto, la octava maravilla del mundo, ni fu ni fa.

Después por ahí­ deslizaron que, en efecto, habí­a estremecido la entraña nacional, pero hablando en corto con el presidente de la república, a quien, se dijo, habí­a demostró las pruebas de la liga de corrupción Enrique Peña Nieto y Javier Duarte.

Secretos, pues, y digamos, de Estado, como les llaman.

Pero en el imaginario popular, en la percepción ciudadana, en el ánimo social, quedó como un lenguaraz.

Ahora, otra vez repite su show estelar anunciando “El expediente negro” de AMLO, quien una y otra y otra vez (la última apenas el jueves 25 en Huatusco, Boca del Rí­o y Veracruz) dijera que ante Yunes Linares, la diputada federal, Rocí­o Nahle, coordinadora de los 33 legisladores federales de Morena en el Congreso de la Unión y futura candidata a senadora por Veracruz, es más, mucho más, muchí­simo más honesta.

BALAUSTRADAS: El calambre polí­tico es una constante en la identidad del gobernador.

Por ejemplo, desde el primero de diciembre 2016, tiene azorrillados, sumidos y sumisos, enloquecidos, a varios duartistas, con la advertencia discursiva de que en la Fiscalí­a hay 67 denuncias penales en contra de ellos, además de trescientas carpetas de investigación y en proceso.

El terror y el temor de los empleados que fueron de Javier Duarte se multiplicó a partir del encarcelamiento de Arturo Bermúdez, Mauricio Audirac, Francisco Valencia, Flavino Rí­os y Marí­a Georgina Domí­nguez, además del par (Carlos Aguirre Morales y Leonel Bustos) que están prófugos.

Además, de la captura de César del íngel, el lí­der de los 400 Pueblos, y de Pascual Lagunes Ochoa, el dirigente sindical de TAMSA.

El calambre, pues, tiene fundamento, pues, además, está claro, los duartistas, con Duarte al frente, se “le pusieron de pechito” en la corrupción, además de que el góber azul vive obsesionado con encarcelar a Fidel Herrera Beltrán, quien desde hace más de veinte años le ayudó a que el rencor, el odio y la venganza crecieran en su corazón y en sus neuronas como en tierra fértil.

Por eso, en medio de tal rasgo sicológico, el Yunes azul se ha puesto (una vez más) los guantes contra “El peje”, creyendo que al tabasqueño lo intimidará con su “expediente negro”.

Pero como el tabasqueño es igual de rijoso, habituado como está a pelear con “la mafia en el poder”, enfrentado a la elite priista de Enrique González Pedrero como gobernador de Tabasco, fogueado en las marchas de Tabasco a la Ciudad de México, uno y otro serán, son mejor dicho, “piedra y coyol”.

ESCALERAS: El anuncio de Yunes es una respuesta al aviso de “El peje” de que interpondrá denuncia penal por enriquecimiento ilí­cito en su contra en la Procuradurí­a General de la República.

Por lo pronto, en Huatusco le lanzó una estocada más el jueves 23, además de los llamados videos de la corrupción (van cuatro) en que según AMLO el góber azul es el autor.

Una militante, al parecer priista, apodada con nombre aguerrido, "La diabla" y/o "La demonia", lanzó a AMLO una botella con agua, primero, y luego enseguida un par de huevos y sus fans y ayudantes lo sacaron custodiado del mitin, treparon a la camioneta y salieron de huida.

Quiso el Yunes azul reproducir aquella embestida (operada por el filósofo Enrique Ampudia Mello y uno que otro alumno de la UV en el Chirinismo) en contra de Cuauhtémoc Cárdenas en Xalapa y en el puerto de Veracruz cuando como candidato presidencial ante Carlos Salinas le enviara a un montón de homosexuales declarándole su amor polí­tico.

Embriagado y envalentonado con el poder, viviendo cada dí­a con el acelerador a mil por hora y con el tanque lleno de gasolina, el góber lanza un nuevo show estelar para la felicidad de “la mafia en el poder”, creyendo, de paso, que así­ pudiera, además, quedarse con la candidatura presidencial del PAN el año entrante, como se lo cacarean sus huestes juveniles.