Incluso comenzó a acompañarlo a las marchas de la comunidad Lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual (LGBTTTI), hasta llegar a convertirse en la presidenta de la organización Colectivo Orgullo Veracruzano.

Dulce tiene dos hijas menores. Luis tiene 22 años, es el mayor, y recuerda que como toda madre que hubiese estado en su situación vio algo diferente en su hijo cuando preferí­a jugar con las muñecas de sus hermanas o se peleaban por la ropa.

Aunque ella siempre le preguntó si le gustaban las niñas o niños y trataba de darle confianza asegurándole que además de ser madre también era su amiga, fue hasta que Luis tuvo 13 años cuando decidió aceptar que era gay.

Esa vez el joven le pidió charlar en un café. Ya estando ahí­ le reveló sus preferencias y le pidió lo aceptara tal y como era, que no lo viera como alguien raro pues seguí­a siendo la misma persona. Dulce Marí­a ya estaba preparada para esta confesión y afirma que le reiteró su apoyo.

Hace más de tres años, Luis le pidió que lo acompañara a una marcha para exigir respeto a la comunidad LGBTTTI, misma a la que asistió.

Fue de esta manera como se hizo miembro del colectivo Orgullo Veracruzano, fundado por Leonardo Ruiz, donde observó con tristeza la indiferencia por parte de las autoridades para hacer valer los derechos de este grupo, así­ como los señalamientos de la sociedad.

Asegura que desde el inicio se comprometió con la comunidad y nunca ha faltado a una marcha de esa organización.

Su respaldo le valió la confianza de Leonardo Ruiz, quien no pensó dos veces en nombrarla presidenta de Orgullo Veracruzano cuando él tuvo que separarse del grupo al emprender nuevos proyectos.

Desde hace dos años está al frente del colectivo. Dulce ha luchado porque el gobierno apruebe temas como el matrimonio igualitario. Critica que los avances sean lentos y pobres en Veracruz.

Igualmente, lamenta que pese a que la inquietud de las parejas homosexuales no cesa, la realidad de la entidad y los escasos Derechos del sector los lleva a aventurarse para casarse en otro estado.

La presidenta de Orgullo Veracruzano insiste en que no deben politizarse estos temas pues avances como el matrimonio igualitario son un derecho.

Pese a que es una madre de mente abierta, tiene un carácter fuerte. No deja de ser estricta en la educación y asegura que busca estar al pendiente de quienes se rodean sus hijas.

El haber sido la única madre que acompañaba a la comunidad en las marchas motivó a más familiares a unirse al colectivo.

Incluso, Dulce dice que a la fecha otras mujeres se le acercan para preguntarle acerca de cómo saber si sus hijos son homosexuales o lesbianas. Ella les aconseja y comenta que es así­ como las marchas se han llenado de familias en apoyo de la comunidad.

Orgullosa, Dulce comenta que Luis Enrique al terminar el bachillerato se dedicó a trabajar como coreógrafo, profesión en la que le va bien.

Es amiguero, seguro de sí­ mismo y con una meta. Quiere estudiar en la facultad de Artes para reforzar su habilidad en la danza. Sostiene que ella siempre estará para apoyarlo como hasta ahora.