pesada caja con 18 mil firmas ciudadanas, que le entregaban mamás de diversos colectivos en búsqueda del paí­s.
Era el 10 de noviembre de 2016 y el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México le exigí­a a él, como presidente de la Comisión de Justicia en el Senado de la República, impulsar una ley contra las desapariciones de la mano con las familias en búsqueda.
Sentado a la mesa con Araceli Salcedo del colectivo de Familiares de Desaparecidos Córdoba-Orizaba y Lucí­a Dí­az del colectivo Solecito de Veracruz, el polí­tico del Partido Acción Nacional (PAN) se comprometió a aprobar una ley que respondiera a sus necesidades.
Sin embargo, el compromiso cayó en el olvido. Aunque Yunes Márquez afirmó que serí­a la voz en el Senado por todos ellos, para cuando la iniciativa de ley fue sometida al voto del pleno, el 23 de abril, el panista ya no estaba.
Habí­a pedido licencia al cargo el 22 de febrero para ser candidato a la alcaldí­a de Veracruz.
En una década desempeñándose como servidor público, Fernando Yunes nunca ha terminado un perí­odo completo. Sus movimientos se han visto favorecidos con el peso de su apellido y de su padre, Miguel íngel Yunes Linares, gobernador de Veracruz.
La historia se repite sin importar los colores o el tamaño y la fama de los apellidos. Por lo menos siete aspirantes a alcaldí­as, sindicaturas y regidurí­as para las elecciones del 4 de junio en Veracruz, Boca del Rí­o, Medellí­n de Bravo y Alvarado, tienen lazos de sangre con visibles polí­ticos veracruzanos.
Aunque algunos niegan nepotismo, sus particulares trayectorias meteóricas, parecen ser obra de la herencia familiar.

EL OTRO YUNES MíRQUEZ

A los 25 años, el primer cargo público del abogado Fernando Yunes Márquez fue en la Procuradurí­a General de la República (PGR).
Un año después de que su padre fuera nombrado director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) a nivel nacional, en 2007 se desempeñó como subdirector de Asuntos Jurí­dicos e Internacionales.
Al siguiente año y hasta 2009, fue incluido entre los asesores del titular de la procuradurí­a, Eduardo Medina Mora. Después, buscó fincar su carrera polí­tica en Veracruz, donde Miguel íngel Yunes Linares tení­a su propia trayectoria, aliados y enemigos.
Un perfil que construyó como secretario de Gobierno en el sexenio de Patricio Chirinos Calero, entre 1992 y 1997 en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), mientras Fernando apenas surcaba el trance de la adolescencia.
En su primer proceso electoral, Fernando contendió por el PAN, partido al que su padre se afilió en 2008. Buscó ser diputado local para el perí­odo 2010-2012, por el distrito 22 Boca del Rí­o donde su hermano mayor, Miguel íngel Yunes Márquez, habí­a sido alcalde.
Ganó, a diferencia de su padre, que perdí­a la gubernatura contra el entonces priista Javier Duarte de Ochoa.
La licencia al cargo, procedimiento que este 2017 le permite contender por la presidencia municipal, le valió ser senador varios años antes. En su primer año como diputado en el Congreso de Veracruz, solicitó permiso para lanzarse a la cámara alta en la primera fórmula de su partido, junto a Julen Rementerí­a del Puerto.
Llegó a la curul federal en la que tuvo en sus manos las comisiones de Defensa Nacional y de Justicia, temas que atraviesan las leyes de Seguridad Interior y contra la Desaparición Forzada. Dos legislaciones que pese a ser claves en el escenario de violaciones a los derechos humanos en Veracruz y el paí­s, con dificultad se han abierto paso en el Congreso de la Unión.
Yunes Márquez solo algunas ocasiones se refirió a la Seguridad Interior.
De la ley contra las desapariciones, nunca dijo nada.

BAXZI DE VERACRUZ

Luz del Carmen Baxzi Garcí­a, inscrita como sí­ndica en la planilla del candidato por el PRI, Fidel Kuri Grajales, es licenciada en Psicologí­a. Sin embargo, sus ingresos y ascenso polí­tico, no han tenido relación con su tí­tulo universitario.
Cuando egresó en 2012 de la Universidad Villa Rica, al tiempo que comenzaba una maestrí­a en Psicoterapia Gestalt, cobraba un sueldo en el equipo de asesores de la alcaldesa priista Carolina Gudiño Corro, para el que laboraba su padre.
Una investigación del periodista Ignacio Carvajal, realizada en 2014, reveló que entre 2011 y 2013, Luz del Carmen apareció en la nómina del Ayuntamiento de Veracruz como “asesor especializado”.
Cobraba siete mil pesos de sueldo, mil 200 pesos por tiempo extra y 16 mil pesos por concepto de diversas prestaciones, hasta que se terminó Carolina y su perí­odo municipal.
El mismo año en que egresó de la maestrí­a, Baxzi Mata rindió protesta como Secretaria General del Comité Directivo Municipal del PRI en la ciudad de Veracruz, el 6 de septiembre de 2014. Junto a ella, Raúl Dí­az Diez rendí­a protesta como presidente del partido.
En las votaciones de 2016, fue designada suplente de la candidata a diputación local por el distrito 14, Araceli Baizabal Andrade. Perder, no le restó apariciones en eventos de la vida polí­tica del partido tricolor, en los que siguió apareciendo como presidenta de la agrupación polí­tica nacional “Ricardo Flores Magón”.
Su padre soñó con la alcaldí­a del primer puerto de México. No obstante, llegó la designación del orizabeño presidente del equipo Tiburones Rojos de Veracruz y diputado federal con licencia, Fidel Kuri.
Las aspiraciones de su apellido en el poder, sin embargo, no se acabaron. El apellido Baxzi aparece en la planilla del PRI.

LA BATALLA POR LAS REGIDURíAS EN EL PRI DE BOCA DEL RíO

Jorge Ví­ctor Flores Guerrero comparte con su tí­o nombre, apellidos y la afiliación polí­tica en el PRI.
Pero la riqueza y el poder aplastante de Ví­ctor Félix Flores Morales, lí­der del Sindicato Nacional de Ferrocarriles de México, hasta el momento, solo le habí­an valido una regidurí­a, la octava, durante la administración de Carolina Gudiño Corro en Veracruz.
Para este 2017, Jorge Ví­ctor fue asignado en la regidurí­a primera dentro de la planilla del candidato a alcalde de Boca del Rí­o, Sergio Javier Lara Montellano.
Su nombramiento, será realidad solo de ganar el PRI en el municipio conocido por la opinión pública como “El feudo de los Yunes”, un baluarte del PAN.
No obstante, la misma influencia que ha logrado ahogar las denuncias que se acumulan en contra de su tí­o Ví­ctor Flores desde 2001 en la PGR, le valió la posición.
Logró mover de los primeros sitios de la planilla a Carlos Nosti Piedra, joven que tras una década de militar en el PRI, finalmente aparecí­a en una planilla dentro de un proceso electoral. Prií­stas desplazados acusaron que su inclusión fue gracias a su noviazgo con Andrea Yunes, hija del senador Héctor Yunes Landa.
Mientras el excandidato a la gubernatura se deslindó de cualquier imposición de su parte en la planilla, el lí­der sindical realizó su movimiento.
El exregidor de Gudiño Corro, terminó en la primera posición. El exdirector de Servicios Municipales del exalcalde boqueño Salvador Manzur Dí­az y yerno de Yunes Landa, consiguió la quinta regidurí­a.

“POLO” Y EL PEDIGRí DE TRES GENERACIONES

El abolengo polí­tico es inseparable del apellido de Hipólito Deschamps Espino, candidato por el PAN a la alcaldí­a de Medellí­n de Bravo.
Su bisabuelo, Armando Deschamps López, fue gobernador interino de Veracruz en el perí­odo de 1919 a 1920; su padre, Hipólito Deschamps Falcón, fue diputado local.
Y su tí­o, íngel Deschamps Falcón, resultó electo primer alcalde panista de Boca del Rí­o entre 1998 al 2000, además de haber sido director general de la Secretarí­a de Desarrollo Social entre 2008 y 2009.
El antecedente familiar, tal vez, le valió al aspirante al ahora aspirante a alcalde de Medellí­n, su primer empleo en la función pública como colaborador en Gobernación del municipio de Boca del Rí­o. Al puesto llegó con la única experiencia de dos años en un despacho de abogados local.
Al estilo de Fernando Yunes, Hipólito Deschamps no ha terminado ningún perí­odo.
De la regidurí­a segunda pidió licencia para contender por la diputación local. Perdió. No obstante, regresó como director de Desarrollo Económico, cargo del que pidió licencia en 2016, para ser diputado local ví­a plurinominal.
A menos de seis meses de haber asumido su lugar en la legislatura, volvió a pedir licencia. Ahora, para la alcaldí­a de Medellí­n de Bravo.

UNA CUÑADA, EN DESGRACIA

En la planilla de Hipólito Deschamps, la cuñada del exalcalde prófugo de la justicia, Omar Cruz Reyes, aparece como sí­ndica.
Se trata de Hilda Nava Seseña, panista con conexiones sanguí­neas dentro de Acción Nacional.
Su tí­o, Maurilio Fernández Ovando, fue presidente municipal entre 2004 y 2007. Su gestión estuvo marcada por la tragedia del huracán “Stan”, y el hallazgo bajo tierra de picos, palas y carretillas destinadas en un principio para los damnificados.
A dicho panista y a su esposa Salustia Nava Seseña recurrió el esposo de su sobrina Maricela Nava Seseña, Omar Cruz Reyes, para conseguir impulso dentro del partido polí­tico.
El hombre finalmente fue designado como el rostro de la candidatura por el PAN a la alcaldí­a de Medellí­n y ganó.
Haciendo honor al dicho “Favor con favor se paga”, Hilda Nava fue nombrada secretaria del ayuntamiento. Tras el asesinato del periodista Moisés Sánchez Cerezo, el 2 de enero de 2015, su cuñado fue responsabilizado como el autor intelectual del homicidio.
Al tiempo que Omar Cruz era desaforado por el Congreso local, el polí­tico se escabullí­a e Hilda y el PAN caí­an en desgracia en Medellí­n de Bravo.
Hilda fue destituida por el Cabildo el 30 de marzo de 2015. En su lugar fue colocado un priista.