Con cada nota que se publica, sobre la corrupción en que incurren los diversos actores polí­ticos, se pierde la capacidad de asombro y la vergí¼enza de quienes al ser descubiertos en sus trastupijes, con toda desfachatez recurren a la justificación inaceptable, de que: “me pusieron una trampa”; o como si estuvieran imitando al chavo del ocho, pretenden justificar su desfachatez, con un: “es que fue sin querer queriendo”. Nada justifica la corrupción que por medio de un soborno de quinientos mil pesos, aceptó con toda incredulidad, la diputada local con licencia Eva Felicitas Cadena Sandoval.

La remembranza inmediata que surge, nos hace recordar al profesor Bejarano, cuando convertido en un señor de las ligas, contó y volvió a contar el dinero que le proporcionó el empresario constructor Carlos Ahumada, vinculado sentimentalmente a la ex presidenta nacional del PRD; hoy flamante colaboradora del presidente Enrique Peña Nieto, como titular de la SEDATU; responsable de acabar con la pobreza extrema de los marginados sociales de este paí­s, que suman según cifras del INEGI, sesenta millones de mexicanos.

Si se trata según Eva Felicitas de una “treta ruin y cobarde”, la diputada debió poner más cuidado en la recolección de fondos para la campaña presidencial de AMLO; sobre todo porque siendo el presidente de MORENA el puntero entre los aspirantes a la presidencia de la república para el próximo año, hasta el más incauto aprendiz de polí­tica, debí­a sospechar de la dudosa aportación económica de “ciertos constructores ” de Coatzacoalcos.

Sobre todo, si se trata de los constructores, muchos de ellos quebrados por la falta de pago a sus finiquitos de obra ejecutada durante la administración del doctor en economí­a Javier Duarte de Ochoa, quien desde la cárcel de Guatemala donde actualmente se encuentra, ha de estar más preocupado por su extradición a México, que por las deudas que dejó a todos los sectores productivos de la entidad y todaví­a menos preocupado, por las aportaciones para la campaña presidencial de AMLO.

Pero además, ningún millonario, ni grupo de amigos constructores, se reúnen en el anonimato, para hacer una aportación a una tercera persona, que resulta ser una “oficiosa” recaudadora de fondos para la campaña de AMLO; como si la diputada no tuviera la mí­nima suspicacia para evitar una “actuación inocente”, como aduce la diputada Cadena Sandoval, para esgrimir un: “me equivoqué como cualquier ser humano, ofrezco una disculpa pública a mi gente, a mi familia y a mi equipo”; qué desfachatez de legisladora local.

Y como siempre que la perra es brava “ hasta a los de casa muerde”; ahora resulta que los despechados y abandonados dirigentes nacionales del PRD, exigen al presidente nacional de MORENA, “ no deslindarse”, de la diputada Eva Cadena. Los del PAN también exigen a la FEPADE, abrir una investigación contra el partido MORENA y su presidente. Los del PRI, VERDE,

PT, MC, PES, PANAL y demás satélites, también quieren sepultar las aspiraciones presidenciales de AMLO, por el “error de abril” cometido por la correligionaria del Peje.

Por lo visto, a nadie le importa la gobernabilidad democrática y el estado de derecho; y mucho menos le interesa a la clase polí­tica mexicana, el fortalecimiento de las instituciones públicas; porque ya no se lucha por la limpieza en los procesos electorales, discutiendo las ideas y proyectos polí­ticos, para ver cuál es el que más conviene a la nación; sino que la confrontación se da, para ver qué partido o candidato está más lleno de lodo; para pedir al electorado, el voto en favor no de los mejores candidatos, sino de los menos malos.