Arantxa Arcos
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“Es un ejemplo de dignidad y moral, de entereza y valor humano, es una referencia ética en estos tiempos de canallas, de oscuridad, de noche”, refirió la rectora de la Universidad Veracruzana (UV), Sara Ladrón de Guevara, al iniciar el ambiente de reconocimiento para mujeres que buscan a sus hijos en fosas clandestinas.

Desde 1999, la Máxima Casa de Estudios en Veracruz entrega un galardón de excelencia a aquellos personajes que aporten en el arte, la ciencia y el humanismo.

Mexicanos, españoles, canadienses, portugueses, ingleses, belgas, japoneses y una variedad de personajes que a consideración de la UV, aportan a la sociedad mexicana y veracruzana.

El Colectivo Solecito recibió esta condecoración entre lágrimas, dolor y esperanza de encontrar a sus hijos desaparecidos en los últimos diez años. La ineficiencia gubernamental las motivó a rascar tierras repletas de osamentas, fragmentos de ropa que semanas atrás ocuparon hombres y mujeres reportados como desaparecidos.

Tres de las integrantes recibieron la medalla al Mérito de la UV; Rosalí­a Castro Toss, Marcela Zurita Rosas y Basilia Bonastre Contreras, ella busca desde el 2012 a su hijo Arturo Figueroa Bonastre, desaparecido el primero de diciembre en Cardel, municipio de La Antigua.

Cinco años han pasado y no cuenta con rastro alguno de su hijo, estudiante de enfermerí­a que estaba a punto de titularse. El joven de 22 años desapareció junto a otros jóvenes durante la noche del 30 de noviembre y el amanecer del 1 de diciembre del 2012.

Los meses corren y sólo escuchan promesas. La más reciente se emitió del gobernador panista Miguel íngel Yunes Linares, que creó la Fiscalí­a Especializada para la Búsqueda de Personas No Localizadas en Veracruz.

“La fiscalí­a especializada no funciona como tal, siguen teniendo casos de Frutsis y Pingí¼inos, nuestros desaparecidos dónde quedan. Nuestros casos pasan a ser de último término. No se vale porque una vida vale mucho”.

Durante la búsqueda se anexan las crí­ticas de algunos ciudadanos, paisanos de tierras que esquivan la realidad de violencia en la entidad costera compuesta por 212 municipios.

Basilia Bonastre, madre buscando a Arturo Figueroa Bonastre, lamentó esta situación y pidió a aquellos que exclaman estas opiniones a cesar con ellas, pues el dolor de no conocer el paradero de un hijo es inmenso en la espera de conocer si vive, murió o aún existen sus restos óseos.

“Nos están atacando sin sentido, somos un grupo de madres, éramos un grupo pequeño ahora somos muchos. Antes que nada somos seres humanos y también quienes los buscamos somos madres, no sólo a los delincuentes les sucede eso, ha sucedido con muchas personas que están dedicadas a su trabajo, a su estudio, a hacer el bien”.

“Nosotros sabemos quiénes son nuestros hijos, sabemos a quién buscamos, le pedimos a la sociedad que se fije en nuestro trabajo. No pedimos dinero para nosotros, que nos manden reactivos, queremos que se estudien los ADN, que se tengan resultados pero para eso se necesita dinero y es dinero que no hay”.

El dinero para las pruebas de ADN que presumió contar el Fiscal General del Estado, Jorge Wí­nckler Ortiz es insuficiente para la cantidad de cuerpos y restos que aparecen en cada fosa ubicada por las madres de desaparecidos, por colectivos en busca de sus familiares.

La actitud y función pública de Wí­nckler Ortiz no coincide con la imagen que demuestra. La madre de Arturo Figueroa Bonastre e integrante del Colectivo Solecito en Cardel etiquetó al fiscal como una persona prepotente, sin intención de solucionar la herencia priista; miles de desaparecidos en Veracruz.

“Es una persona prepotente, falta de sentimientos porque si en su caso lo hemos visto, es porque lo citan personas del fuero federal. Pero dentro del estado también tenemos que ver las necesidades como ví­ctima, se tiene que dignar a recibirnos, solo deslinda responsabilidades, quienes nos atienden no tienen facultad para tomar decisiones por ellos mismos”.

“Las cosas no son sencillas como pareces, las mayores pistas que tenemos es por nosotras, no por ellos. Los cuerpos que estamos encontrando tienen familia, que vayan a las pruebas para que se localicen y puedan descansar”.

UNA “MAFIA” LA POLICíA DUARTISTA

La primera semana de reclusión del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, recibió la primera visita en sus afueras, eran integrantes del Colectivo Solecito.

De acuerdo con Rosalí­a Castro Toss, integrante del Colectivo, algunas madres de la agrupación viajaron hasta Guatemala para recibir capacitación de un curso de Antropologí­a Forense.

En el lapso de la capacitación, Duarte de Ochoa fue ubicado y detenido en el mismo paí­s en donde recibieron la capacitación para continuar con su búsqueda en la entidad veracruzana.

“No perdieron oportunidad de ir y manifestarse”, recalcó Rosalí­a Castro, quien busca a Roberto Carlos Casso Castro, desaparecido el 25 de diciembre del 2011.

El joven era profesor y dueño de tiendas de deportes, disfrutaba de su periodo vacacional y planeaba cenar con su madre Rosalí­a y otros familiares, pero presuntamente un comando armado lo interceptó sobre el tramo Xalapa-Tamarindo.

“El caso de Duarte ya es nacional, nada les quitaba con ir y manifestarse ahí­. Ya está Javier, ya está Bermúdez, que se cumplan las leyes, que se extraditen y que tengamos justicia”, insistió Rosalí­a.

Las denuncias contra funcionarios se tramitaron, ya sea por omisiones o por mal función pública, por el momento se desconoce cuántas han iniciado en la Fiscalí­a General del Estado (FGE).

La única investigación que conocen es contra el ex director de Servicios Periciales, Gilberto Aguirre Garza, por el hallazgo del cuerpo inerte de una joven desaparecida en Xalapa, Gemma Mávil Hernández.

“El director de periciales (en el sexenio de Duarte) llegó a Córdoba como fiscal, tiene una denuncia por un caso, todos los que tuvieron que ver con esa pérdida de muestras, están sujetos a investigación”, señaló Marcela Zurita Rosas, coordinadora del Colectivo Solecito en Córdoba.

El 11 de octubre del 2012 desapareció su hijo de 30 años, Dorian Javier Rivera Zurita, joven emprendedor de un negocio en bienes raí­ces en Córdoba.

Al igual que Basilia Bonastre con Arturo, Rosalí­a Castro con Roberto Carlos, Marcela Zurita busca por su cuenta la desaparición forzada de su hijo en Veracruz.

La investigación 1388/2012 exhibe deficiencias en la localización de Dorian Javier Rivera Zurita.

“Que la autoridad haga trabajo de investigar, que todos los delitos y desapariciones caen en policí­a estatal y funcionarios. La fiscalí­a debe hacer el trabajo, vemos avances, ya hay consignados y esperamos que sean resueltos algunos de los casos de nuestros desaparecidos. Tiene mucho que ver que el gobierno, la policí­a anterior, era la mafia”.

Otros casos como la desaparición forzada de Nallely Saldaña Hernández y Jesús Alberto Estrada Martí­nez, sin dejar rastro desde el 29 de noviembre del 2011 cuando ambos salieron de un antro, señalan a elementos de la Policí­a Intermunicipal de Veracruz.

Las denuncias se presentaron en las instancias correspondientes, sin avances, sin buscar, sancionar o detener a los presuntos culpables del delito.

La acción en curso se reduce en pruebas de ADN y recoger la “dignidad” de Veracruz escarbando fosas clandestinas.

“Hay muchos restos, que ya tienen la prueba, no se ha hecho la confronta porque no hay ADN para el comparativo. Si no hay familiar se va a la fosa común. Aunque no tengan denuncia que vayan a las pruebas de ADN, no cuenta nada”, dijo Marcela Zurita.

Del 8 al 12 de mayo, a las 10 de la mañana, iniciará la recolección de pruebas de ADN para todos aquellos veracruzanos que tengan uno o varios familiares desaparecidos.

Las tres madres exhortaron a todos aquellos que vivan en Xalapa, Veracruz, Córdoba, Poza Rica, Tantoyuca y Cardel acudir a los centros que se activarán para tomar una muestra de su ADN y esperar la confrontación con los cuerpos localizados en las últimas fosas.

Estas pruebas serán tomadas por la FGE y Policí­a Cientí­fica, quienes posteriormente harán una confronta y posiblemente entreguen restos de personas en calidad de desaparecidas.