A una semana de que se cumplan los primeros 100 dí­as de su desaparición, los rostros de los tres policí­as y el paramédico de Mariano Escobedo, ya no recubren las columnas y muros del palacio municipal. Las mujeres que mantení­an su protesta silenciosa para que fueran encontrados, se marcharon a continuar su búsqueda. A otras partes. De otras maneras.
Fue el 19 de enero de 2017 que los policí­as municipales Juan Bernabé Santiago, Andrés Garcí­a Notario y Marcelino Rosas Márquez, acompañaron al paramédico Antonio de Jesús Martí­nez Mora a un auxilio en la comunidad de Loma Grande. No han vuelto a ser vistos.
La cuenta de los dí­as sin noticias de ellos, fue escrita por sus esposas, hermana y madre, en cartulinas que adhirieron en el Ayuntamiento de Mariano Escobedo, los primeros dos meses de su ausencia.
Otros mensajes fueron desplegados. Como aquél en que pedí­an al gobernador de Veracruz, Miguel íngel Yunes Linares, “que no quede el caso cerrado”; o el que cuestionaba al presidente municipal, Ramiro Páez Muñoz “¿Qué está haciendo por ellos?”.
Las cuatro mujeres renovaban los mensajes, al tiempo que no dejaban de acudir a las sedes de la Fiscalí­a General del Estado (FGE) en Córdoba y en Orizaba, a exigir a las autoridades una mayor diligencia en la búsqueda.
Su plantón, aunque incansable, no fue escuchado. Peor aún. Fue censurado y en varias ocasiones encontraron que desconocidos habí­an vaciado las paredes del edificio municipal de cualquiera de sus reclamos.
“Por ahora no estamos, ya que nada más éramos dos. Las demás ya no podí­an seguir ahí­”, expresa Érika González Salvador, esposa del policí­a Andrés. Agrega que en la investigación “no hay novedad de nada, todo sigue igual”, pues las autoridades no han realizado más acciones de búsqueda en el caso.

SÓLO DOS QUEDABAN EN MARIANO ESCOBEDO

Una cabalgata por la calle principal del pueblo el dí­a en que las esposas de Andrés y Juan, la hermana de Marcelino y la madre de Antonio de Jesús, se manifestaron por última vez.
Era domingo, el dí­a más importante en la fiesta en honor al patrono San José. Muchas familias del pueblo y sus 51 localidades, aguardaban la elección de la Reina de la celebración, la apertura de los juegos mecánicos y una carrera de caballos.
Sin embargo, ese 19 de marzo también se cumplió el segundo mes de búsqueda para las cuatro mujeres.
La madre del paramédico, la señora Carmen Mora, por su avanzada edad no podí­a acudir siempre al palacio municipal; la hermana de Marcelino, Minerva, tení­a que cuidar a su mamá aquejada por una grave enfermedad.
Eso recuerda Érika, quien menciona que solo Marí­a del Rocí­o Garcí­a, esposa de Juan, y ella, continuaban en protesta.
“El domingo estuvimos en el palacio las cuatro y el lunes agarramos camino”, dice Érika.
La madre de una adolescente de 14 años y un niño de cuatro años de edad, de quienes se separó un tiempo para permanecer en el municipio de Mariano Escobedo, afirma que continúan su búsqueda aun sin el esmero de las autoridades.
Tal y como ocurre con las familias de tantos otros desaparecidos, un total de dos mil 600 personas en todo el estado, según cifras del fiscal Jorge Winckler Ortiz ofrecidas el 21 de marzo. Ese dí­a el funcionario habí­a recorrido las 125 fosas clandestinas al norte de la ciudad de Veracruz, enterramientos hallados por la voluntad y esfuerzo de los propios seres queridos en búsqueda de la zona.
Lo mismo ocurrió con Érika y sus compañeras quienes, a base de sus propios recursos e iniciativa, recorrieron los pueblos y comunidades a la redonda de Mariano Escobedo para difundir volantes de búsqueda.
Desde Ixhuatlancillo hasta La Perla, pasando por la Fiscalí­a Regional en Orizaba, en donde dejaron colocados los rostros de sus familiares, junto a los de otras fotografí­as de las ví­ctimas de la violencia en la región centro de la entidad.

LA VERSIÓN OFICIAL

El crimen organizado es el responsable de la desaparición de los tres policí­as y el paramédico.
Tal fue la versión emitida por el secretario de Seguridad Pública del estado, Jaime Téllez Marié, el 20 de febrero en entrevista con medios de comunicación.
Reconoció que el llamado de emergencia que recibieron los elementos de seguridad municipales y el encargado de los primeros auxilios y emergencias en el lugar, era para atender a dos delincuentes que se dedicaban al robo de combustible.
Los sujetos habí­an sido heridos en un enfrentamiento con una banda delictiva y luego detenidos por la gente de Loma Grande. Luego, otro grupo criminal arribó al sitio para llevarse a los dos lesionados y con ellos a los policí­as y al paramédico.
“No tengo conocimiento de que haya habido denuncia”, declaró el secretario a los periodistas, pese a que la carpeta de investigación está asentada en la Fiscalí­a Primera de la FGE en Orizaba, la 137/2017.
La versión de Téllez Marié concuerda con lo que indica Érika sobre lo último que las autoridades municipales supieron de su marido.
Que a bordo de la patrulla 03 ascendieron hacia la zona serrana tras un llamado de emergencia que llegó por la mañana del 19 de enero. Para las once de la mañana del vehí­culo oficial llegó un reporte hasta la comandancia de policí­a en el que se indicaba que habí­a dos personas heridas de bala.
Aunque se perdió la comunicación en el momento, el municipio mandó refuerzos solo hasta las cinco de la tarde. No encontró a nadie en el lugar y los vecinos solo compartieron la versión de que los culpables fueron bandas de “chupaductos”.
Durante el primer mes de búsqueda las autoridades de la FGE solo ascendieron a la zona de Loma Grande y lugares aledaños en dos ocasiones, en búsqueda de quienes integraron parte de la cifra de 79 desaparecidos del mes de enero de este año.
Sin revelar su ubicación o la de sus compañeras, Érika expresa que pese al panorama desesperanzador, “seguimos buscando ya nada más nos queda esperar, porque ya son tres meses y no hay nada”.