Un grupo de ciudadanos que, en su mayorí­a nunca habí­an militado en un partido polí­tico, decidieron impulsar la figura de un Foro Cí­vico para integrar una lucha por la democratización del paí­s.
Muchos recordarán aún esos dí­as gloriosos de discusión, libre y abierta, sobre las mejores alternativas y proyectos para apoyar el liderazgo de Cuauhtémoc Cárdenas.
Auditorios como los de la Facultad de Economí­a y Humanidades de la Universidad Veracruzana, UV, de la Normal Nueva y otros más, sesionaban con lleno total en esos dí­as de sueños y esperanza sobre la construcción de un paí­s sin PRI y una "patria para todos", más o menos replicando los dí­as frenéticos del movimiento estudiantil del 68 en la UNAM y el Politécnico.
Entre los miembros del Foro Cí­vico que ya tení­an una experiencia de militancia en algún partido o agrupación polí­tica estaban los que provení­an del Partido Comunista, PRT (trotskistas), del PSUM-PMS, MOPI (Uriel Flores Aguayo y otros más) y un grupúsculo de la Facultad de Sociologí­a de la UV, cuyos miembros aparecí­an como lí­deres e ideólogos de los movimientos populares urbanos (como el mismo MOPI y otros).
A esta tribu pertenecí­a Manuel Huerta, coordinador hoy de MORENA, Movimiento de Reconstrucción Nacional de Andrés Manuel López Obrador, ex presidente del CDE del PRI en Tabasco en tiempo del gobernador Enrique González Pedrero, ex lí­der nacional del PRD y ex jefe de Gobierno en la Ciudad de México nominado por el PRD.
Los ciudadanos que pertenecí­an al Foro Cí­vico debieron tomar una decisión trascendental después del histórico fraude electoral del 6 de julio de 1988 para asumir la decisión del movimiento cardenista nacional: desintegrarse y contribuir a la formación del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Durante el proceso de construcción de este partido tuvo lugar el punto álgido de ese enfrentamiento entre todas facciones de izquierda.
Entonces habí­a dos bandos: los auténticos ciudadanos que nunca habí­an militado y los que militaban profesionalmente en diversas agrupaciones polí­ticas.
Los primeros tení­an que trabajar para ganarse el sustento cotidiano, y el resto tení­a tiempo completo para dedicarse a la grilla.
Esto explica el resultado del naciente partido en Veracruz, pues como ocurrió también en la mayor parte del paí­s, el PRD fue cooptado por los grupos profesionales de la polí­tica de izquierda.
La idea de tener un partido de la sociedad civil, un auténtico partido de masas, habí­a fracasado.
En Xalapa el desenlace ocurrió en las elecciones de precandidato para la elección de diputados federales en 1991.
El Foro Cí­vico decidió apoyar la precandidatura de Raúl Arias Lovillo y el resto de grupos a Manuel Huerta.
Aquí­ aparecen las malas mañas de este último.
Manuel Huerta y sus aliados decidieron "negociar en lo oscurito", como siempre, los apoyos del gobierno priista estatal en turno (con Dante Delgado Rannauro a la cabeza) para tener acarreados suficientes.
Estas elecciones de Xalapa fueron una de las elecciones más concurridas y disputadas en el paí­s al interior del naciente PRD.
Hacia el final del proceso electoral interno, con todo el apoyo gubernamental..., Manuel Huerta ganó por menos de 150 votos a Raúl Arias.
Y a raí­z de estos resultados, el verdadero movimiento cí­vico desapareció como fuerza polí­tica en Xalapa y el candidato Raúl Arias retomó su proyecto académico para convertirse en rector de la UV con el paso de los años.
Manuel Huerta se convirtió en diputado federal, avanzando con la cultura polí­tica heredada del PRI para "construir y consolidar" el PRD.
La década de los años noventa fue la constatación de la lucha interna en el PRD por controlar las ganancias del partido, olvidando el proyecto de construcción de "una patria para todos".
El PRD inició, entonces, su caí­da histórica y cuando todos los vientos huracanados estaban en contra (el PRD controlado por las mafias), el oportunismo de Manuel Huerta lo llevó a integrarse al proyecto de MORENA de "El Peje".
Nada extraño resulta que la experiencia en la negociación en lo oscurito haya llevado a Javier Duarte, el preso número 27 en la cárcel militar de Guatemala, a encontrar el interlocutor que necesitaba para comprar los favores de López Obrador soñando con la derrota de Miguel íngel Yunes Linares en las urnas como candidato a gobernador.
Que nadie se sorprenda, pues, que MORENA es la renovación de un proyecto..., pero con la misma cultura polí­tica heredada del PRI.
El daño ya está hecho. Por eso AMLO ha querido curarse en salud.
Escritor de libros de historia, a López Obrador le falló la historia de vida de Manuel Huerta.

BALAUSTRADAS: El PRD en Veracruz fue rojo con Fidel Herrera Beltrán y rojo con Javier Duarte y es azul con Miguel íngel Yunes Linares.
Seis familias manejan ahora la franquicia, a saber: las cofradí­as de Rogelio Franco Castán...con sus negocios, sin olvidar que en el Fidelato y el Duartazgo solí­a llamar "jefe Lagos" a Érick Lagos, pues era el vaso comunicante con el par de ex gobernadores.
Arturo Hérviz, ex diputado local y federal, ex senador de la república, fallido candidato a gobernador y quien fue el primero en levantar la mano a su adversario Miguel Alemán Velasco, y candidato por segunda ocasión a la alcaldí­a de íngel R. Cabada.
Jazmí­n Copete, diputada local por segunda ocasión, y ex presidenta municipal de Santiago Tuxtla, donde su hijo es el candidato.
Freddy Ayala, el amigo de pensión estudiantil de Rogelio Franco Castán y el priista Érick Lagos Hernández, cuando cursaban la facultad de Leyes.
Y Condado Escamilla y Daniel Nava.
Y aun cuando Manuel Huerta pasó por el PRD, ahora también usufructúa su franquicia, como es MORENA, donde y por lo pronto impuso a su profesor en la facultad de Sociologí­a, el maestro Hipólito Rodrí­guez, una persona decente, inteligente, y lo más, mucho más importante, honrado, como candidato de "El peje" a la presidencia municipal de Xalapa.
Y de igual modo como sucede en todos los partidos polí­ticos, el mandamás de MORENA, el Odorico Cienfuegos, Manuel Huerta quiere imponer su cofradí­a de amigos a su maestro Hipólito.
Y aun cuando nadie duda del triunfo avasallante del académico de la UV en las urnas para suceder al priista Américo Zúñiga Martí­nez, la apuesta es que Hipólito terminará sucumbiendo a los intereses de Manuel Huerta.

ESCALERAS: De ñapa, las tribus en MORENA han aflorado.
La tribu de Manuel Huerta.
La tribu de Cuitláhuac Garcí­a, el diputado federal derrotado candidato a gobernador el año anterior, con todo y que según el senador Héctor Yunes Landa tení­a una rara y extraña relación con Javier Duarte, pues varias ocasiones, ha declarado, lo vieron salir de la Casa Veracruz, residencia oficial que era del gobernador en turno, con una malelita.
Y la tribu de la diputada federal, Rocí­o Nahle, coordinadora de los 36 legisladores federales de MORENA en el Congreso de la Unión, y quien igual que Cuitláhuac sueña con la candidatura a gobernadora en el año 2018, aun cuando, bueno, podrí­a, digamos, resignarse a la candidatura a Senadora.
En la lista de los diputados locales de MORENA en el Congreso local, uno de ellos, seducido, todo parece, por la Yunicidad, renunció a MORENA, argumentando que eran una horda peor que la priista y de paso asegurando que AMLO es el polí­tico más absorbente en la historia nacional.