Y si bien no contaban con grados académicos de maestrí­a o doctorado, la experiencia en el terreno profesional era significativa para su contratación”.
Y es que, dice, de pronto en la máxima casa de estudios empezaron a contratar a jóvenes con maestrí­as y doctorados hasta con Tiempos Completos, sin ninguna experiencia docente, sin jamás haber estado frente a un salón de clases y sin la mí­nima idea de planes de estudio.
Fue el caso, por ejemplo, de un hijo de Gerardo Buganza Salmerón, secretario General de Gobierno y de la SIOP en el duartazgo, todo, expreso quedó, por un tráfico de influencias del padre ante el gobernador Fidel Herrera Beltrán.
La única resultante ha sido la baja en la calidad académica, asegura el maestro con dos doctorados y dos maestrí­as, pero con una trayectoria de muchos años en la UV.
En un balance sobre los casi cuatro años del rectorado de la doctora Sara Ladrón de Guevara, dice:
“La UV cerró el hospital de Ginecologí­a y Obstetricia. Y se transformó en el módulo de atención médica, cerrándose así­ un campo clí­nico para los estudiantes de Medicina”.
Por eso hay en la máxima casa de estudios “una polí­tica restrictiva que limita que los PTC (plazas de tiempo completo) puedan tener otro empleo.
Esto es una sinrazón, pues un PTC también requiere de la experiencia que proporciona el trabajo en el área de conocimiento.
Un PTC de Medicina, vgr., debe mantener el ejercicio práctico de su ciencia en un hospital y/o la atención de pacientes, o el abogado el ejercicio libre de su profesión que les permita mantener contacto con el ejércicio práctico de una disciplina cientí­fica.
La UV, cierto, es una institución académica orientada a la docencia, pero en la actualidad hay 40 PTC menos”.
Claro, y en contraparte, hay privilegiados en el trato de la rectora. Por ejemplo, el vicerrector en la región conurbada Veracruz-Boca del Rí­o, Alfonso Pérez Morales, quien además del cargo académico, es jubilado del Seguro Social, tiene su consultorio médico privado, es médico particular y un devoto de la operación, pues a todos los enfermos de inmediato les dice que necesitan operación quirúrgica, y lo que, claro, significa en automático mayores ingresos.

BALAUSTRADAS: En lo que pudiera llamarse “el libro negro de una rectora”, Velázquez Trejo escribe:
“El 90 por ciento de programas educativos evaluados acreditados en la UV resultan insuficientes, pues existen más de veinte universidades públicas estatales que cuentan con el cien por ciento de programas evaluados”.
Incluso, en el mes de enero del año que corre, el CUMEX, Consorcio de Universidades Mexicanas de Excelencia, aceptó la incorporación de la UV, pero sólo con el 90 por ciento.
Y si bien constituye un logro significativo…, llegó después de que 25 universidades estatales lo obtuvieron y lo que muestra el atraso de la principal universidad pública estatal del paí­s, luego, digamos, de la UNAM y el Politécnico.
Así­, otras universidades públicas se anotaron antes en el CUMEX, entre ellas, de Aguascalientes, Campeche, Chiapas, Ciudad Juárez, Durango, Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí­, Tlaxcala y Nayarit, sólo, digamos, como una referencia interesante.
Otras universidades públicas, como las de Guerrero y Oaxaca, que no han sido integradas al CUMEX, casi casi incluyen en su lista a la UV.
Por eso, dice el maestro Alfonso Velázquez, la UV está paralizada. Con programas académicos incumplidos. Sin visión del presente ni del futuro. Y lo peor, con una insatisfacción magisterial en una casa de estudios fuera de control, donde “los chamaquitos doctorados” son privilegiados.
Pero además, a cuya rectora le encanta la exposición mediática.

ESCALERAS: Un dí­a, el MEIF, Modelo de Educación Flexible, fue elevado al rango de prioridad académica absoluta.
La octava maravilla del mundo que incluí­a Taller de Lectura y Redacción, Inglés, Computación y Habilidades.
Con todo, incluso, que está probado y comprobado que resultan extraños y raros los estudiantes que en el sistema educativo aprenden el dominio sólo con los cursitos oficiales.
Ahora, con la rectora en funciones, bajaron el número de créditos para la currí­culo de treinta a veinte.
“Y si lo vas a quitar mejor quita todo” dice el maestro Alfonso Velázquez.
Según el académico también existe un doble juego de la rectora en la transparencia y rendición de cuentas.
Por ejemplo, trepó en la página web oficial y en las redes sociales un facsí­mil de su cheque quincenal, que arroja 33 mil pesos, pero al mismo tiempo, omitió publicitar la compensación de 140 mil pesos mensuales que recibe.
“Muchas cositas increí­bles han pasado en estos años” dirí­a Julio Cortázar…, como para que la rectora sea reelegida en la UV.