Sin tregua para nadie, así­ fue la violencia que la lucha de poder en el sindicato de la empresa Tenaris TAMSA, desplegó la madrugada de este viernes en calles de Boca del Rí­o.
Arrebató dos vidas, dejó 21 heridos de ambos bandos en pugna y lesionó a un periodista.
La trifulca se desató cuando simpatizantes del enraizado lí­der del Sindicato de Trabajadores “Unidad y Progreso” de TAMSA, Pascual Lagunes Ochoa, disputaron el control de la sede de la agrupación con los disidentes, seguidores de José Carlos Guevara Moreno “El Profe”.
Las bombas molotov volando por los aires, pedradas, la sangre y los disparos, aunque ocultos en la pesada oscuridad de la colonia Casas TAMSA, fueron develados a la sociedad en tiempo real por dos periodistas.
Uno de ellos, el reportero Israel Hernández, minutos después de ser herido por una bala perdida reanuda su transmisión a través de Facebook. Esta vez, para documentar la atención de Bomberos Conurbados y Cruz Roja a los trabajadores heridos.
Horas después, en recuperación desde una habitación en un hospital particular en la ciudad, Israel comparte con sus colegas “Yo sabí­a que podí­a haber un enfrentamiento pero no pensamos que esto fuera a escalar hasta disparos, y hoy tristemente haya personas muertas y una decena de heridos, entre ellos su servidor”.

EL ORIGEN DE LA PUGNA

Ni Pascual Lagunes ni José Carlos Guevara, observaron el trágico desenlace de la contienda.
El primero de ellos, la personificación del charrismo sindical en Veracruz, se mantuvo alejado de la zona del conflicto. El segundo, dirigente de la disidencia “Libertad por la Democracia”, se marchó.
Poco lamentarí­an la sangre que se derramó frente a la sede sindical, que desde hace décadas sobresale por entre los tejados de la colonia que alberga a las familias de trabajadores de la compañí­a de tubos de acero.
Al interior de ese auditorio, se desató el conflicto entre ambas agrupaciones el 19 de agosto de 2012. Ese dí­a, Lagunes Ochoa con 22 años como secretario general del sindicato, se habí­a reelegido por cuatro años más.
José Carlos Guevara Moreno “El Profe”, dirigente de “Libertad por la Democracia” y Enrique Ruiz Saavedra, creador del grupo “Democracia con Transparencia Unida”, pusieron en duda la legalidad de esas votaciones.
Las protestas comenzaron en contra de quien asumiera el poder en 1992, tras liderar un movimiento de oposición en contra del titular del sindicato de 1991 a 1992, Aquilino Jácome Moreno. Los amparos y juicios promovidos por José Carlos Guevara desde 2012 hasta la fecha, simplemente se acumularon en el largo historial de Pascual Lagunes.
El licenciado en Derecho por la Universidad Veracruzana, dueño de caballos de carreras y numerosos ranchos en Veracruz, ha pisado tres veces la cárcel.
Primero, entre 1971 y 1979, por el asesinato en el homicidio de un empleado de la compañí­a; luego, durante tres meses en la década de los 80 por un delito de fraude; y en 1990 por sedición, motí­n y daños a la fábrica, tras las agresiones que él y otros empleados emprendieron contra Aquilino para echarlo del lugar.
Además, entre los años 2000 y 2002, fue denunciado por el robo de un millón 800 mil pesos de seguro de vida de trabajadores de TAMSA y desviar 300 millones de pesos de jubilados y pensionados.
Pese a la entrega en marzo de este año de la toma de nota de la Secretarí­a del Trabajo a “El Profe”, la compañí­a Tenaris TAMSA ha afirmado soóo reconocer a Pascual Lagunes como lí­der del sindicato.

LA ESCALADA DE VIOLENCIA

Cuando el enfrentamiento entre los grupos de Pascual y “El Profe” iniciaron cerca de las tres y media de la mañana, los periodistas Israel Hernández y Sergio Aldazaba, se encontraban en medio de las agresiones.
Israel, corresponsal de Aristegui Noticias y periodista de Imagen del Golfo, cuenta que horas antes habí­an recibido la noticia de que seguidores de José Carlos Guevara Moreno habí­an tomado posesión del sindicato desde la medianoche.
“Recuerdo que habí­a una barricada ahí­ por el acceso de la Manuel Nieto, nos dejan ingresar, éramos prensa, éramos los únicos que estábamos ahí­, entramos platiqué con el lí­der de los disidentes que ahora se dicen del sindicato”, recuerda.
De repente, los obreros comenzaron a separarse. Sobresaltados anunciaron que la gente de Lagunes Ochoa llegaba por la calle principal, tras parar las operaciones de la planta.
Los periodistas movilizaron su automóvil al extremo izquierdo de la edificación para no quedar entre las partes del enfrentamiento; sin embargo, la lucha comenzó justo donde se habí­a estacionado.
Corrieron a metros del lugar y se refugiaron tras una caseta, desde la que Israel comenzó la transmisión en vivo a través de Facebook. En el video, con una duración de 14 minutos y medio, pide a la audiencia compartir los hechos, por seguridad de él y Sergio, los dos únicos periodistas que dieron cobertura a la pelea.
De un lado y del otro de la caseta, 100 personas. El comunicador señala que la violencia aumentó con el paso de los minutos. De los palos pasaron a las piedras. Él alcanzó a esquivar dos. Después, se encendieron en la noche las bombas molotov. Una camioneta fue alcanzada por el fuego.
Luego, los disparos de armas cortas. Con desesperación, Israel busca reunirse con Sergio. A gritos le pide que se retiren.
“La idea era ya dejar el lugar, ya tení­amos los datos, la información, pero nos dicen que del otro lado también habí­a tamseros, entonces estábamos como que encerrados”.
De testigo a ví­ctima
Sin posibilidad de huir regresan sobre sus pasos buscando documentar a los primeros heridos, resultado de la pugna. Mientras Sergio llama a la Cruz Roja y pide auxilio a la Policí­a Estatal y a la Marina, Israel advierte que ninguna corporación de seguridad se encuentra en el sitio.
Para el minuto 11 de la transmisión, Israel es impactado por un proyectil. La transmisión la continuarí­a Sergio. Ambos alcanzarí­an a escuchar a uno de los trabajadores decir “Arrástrate viejo, es más ¡pélate a la verga!”.
“Me resguardo, me incorporo y le digo a Sergio en ese momento “¿Sabes qué? ¡Vámonos!” Salimos caminando y en el transcurso de donde salimos, vimos por lo menos cuatro, cinco personas heridas, dos muy graves y hasta que llegamos al punto donde posteriormente llegó la Policí­a, llegó bomberos, llegó Cruz Roja a resguardar a los heridos”.
Echando disparos al aire y dispersando la pelea, llegó una patrulla de la Policí­a Estatal. Acaba la primera transmisión en ese momento. La segunda inició momentos después.
Con todo y la dificultad para caminar, Israel continúa reportando en vivo a través de redes sociales. Ahora, sobre el resultado de la pugna. En las imágenes, hombres con sus ropas ensangrentadas, en el pavimento, tratando de conciliar el dolor de las balas en sus cuerpos.
“Yo no me percaté que tení­a impacto de bala hasta que llegué a casa de un vecino, de un compañero que vive en esa zona, también periodista, y me veo a la luz y veo que mi playera tiene un hoyo”.

ESTABLE, PERIODISTA HERIDO EN LUCHA SINDICAL

La bala quedó entre el fémur y el hueso de la cadera. El diagnóstico del médico para Israel indicó que ligamentos fueron dañados por el proyectil, pero ningún vaso o arteria vital resultaron lesionados.
“Estoy bien, de salud estable”, comenta en un audio enviado por celular, en el que agradece el apoyo de sus amigos, otros periodistas, la empresa para la que labora, el gobierno estatal y la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP).
A horas del conflicto, considera haber cometido equivocaciones durante la cobertura del hecho. “Creo que fue un error de nosotros no salir ya cuando le habí­a dicho a Sergio que tení­amos que salir. Esperamos un par de minutos más y sucede esto”.
“También, la verdad, medimos el riesgo de una forma minimizamos lo que podí­a pasar”, comenta Israel Hernández, de 26 años de edad.
Es egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, aulas a las que llegó con el sueño de ser periodista. Una inquietud que habí­a comenzado desde sus primeros años en Misantla, lugar del que es originario.
Su interés en la cobertura de movimientos sociales, violaciones a los derechos humanos y las cruentas desapariciones por la violencia en Veracruz, le permitió ser uno de los dos únicos mexicanos en ganar una de las becas que la Fundación de la Universidad Complutense de Madrid, España, otorgó en junio de 2015.