Ví­ctor Manuel Garcí­a Herrera, del Colectivo de Desaparecidos Justicia A.C. de Querétaro, expuso que, aunque agradecen la disculpa del Fiscal General de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, eso “no compone absolutamente nada porque el daño ya está hecho”, luego de que el funcionario asegurara hace unos dí­as que la familia Sánchez se encontraba dentro de los cuerpos hallados en una fosa en Arbolillo, Alvarado.

Esto se realizó a partir de que entre los 47 cráneos y numerosos restos óseos encontrados en el lugar, también aparecieran identificaciones oficiales de Dolores Pérez Reséndiz, su esposo Javier Sánchez y su hija Karen Sánchez Pérez.

De acuerdo con Ví­ctor Garcí­a, la familia Sánchez compró desde hace años un terreno en la playa de Salinas, cerca de Alvarado, en Veracruz, en donde construyeron una cabaña y utilizaban el lugar para ir a vacacionar y descansa una vez al año.

“Cuando se llevó a cabo su desaparición, en septiembre, ellos salieron de la playa de ahí­ de Salinas, de su casa, hacia el puerto de Veracruz, porque iban a pasar el fin de semana en el puerto por motivo del festival de la cerveza que se realiza cada año, pero fueron privados de su libertad al parecer en el camino”, relató el miembro del Colectivo.

Cuando ocurrió el descubrimiento de la fosa, Jorge Winckler Ortiz se adelantó en afirmar que los tres queretanos se encontraban dentro de las ví­ctimas, sin que previamente se realizara una identificación genética.

“Esa incertidumbre que de por sí­ ya tení­an los familiares con motivo de la desaparición de sus familiares propiamente, con las declaraciones irresponsables y sin conocimiento alguno del tema por parte del fiscal, pues obviamente acrecentaron este dolor, esta agoní­a y esta incertidumbre”.

Para el Colectivo de Desaparecidos Justicia A.C, las acciones adelantadas del Fiscal de Veracruz tuvieron que ver con dos factores: el primero, la situación que se vive en Veracruz, calificada como “terrible por el tema de desapariciones, especialmente a partir de que tomara mayor relevancia el caso de Colinas de Santa Fe”; el segundo, una estrategia polí­tica.

“Yo creo que básicamente fue una decisión desesperada a fin de legitimar un poco su Gobierno, un poco su actuar en el tema, yo creo que ese fue el motivo que orilló al Fiscal a dar una declaración de esta í­ndole; no creo que haya sido por ignorancia o porque el Fiscal no sepa que existen protocolos que marcan precisamente cómo se deben hacer las cosas”.

El miércoles 22 de marzo, Winckler Oritz ofreció una disculpa pública a los familiares de la familia queretana desaparecida. Durante la tarde, sobre la tensa situación entre los colectivos veracruzanos y ahora el Colectivo de Querétaro, el Gobernador del estado, Miguel íngel Yunes Linares exclamó: “Ya supérenlo”.

Ví­ctor Garcí­a expuso que lo que esperan, a partir de ahora, es un trabajo pericial y de investigación profesional y eficiente, además del tiempo para que la Fiscalí­a de Veracruz les pueda dar certeza jurí­dica.

El Colectivo de Desaparecidos Justicia A.C agrupa 48 familias organizadas, todas ellas con personas desaparecidas. Hasta el momento, cuentan con 229 casos documentados, de los cuales 17 han sido localizados, algunos con vida y otros no o “en situaciones muy similares a las de las familias de Veracruz.”

Para los queretanos, Veracruz significa un foco rojo a nivel nacional: en el 2012, dos jóvenes de su estado fueron secuestrados en Veracruz por grupos criminales cuando acudieron al Carnaval. Los encontraron sin vida hasta el 2015 en un panteón clandestino dentro del municipio de Xalapa.

Más tarde, en mayo de 2014, en el municipio de Boca del Rí­o, Laura Rossete González Hermosillo, de entonces 20 años, junto con Edgar Abdul Villarreal Rodrí­guez, fueron secuestrados cuando se encontraban de vacaciones. Hasta el momento, no han sido encontrados.

Sobre la criminalización de las ví­ctimas de desaparición, acción que en la que incurren las mismas autoridades, Ví­ctor Garcí­a, quien emprendió el movimiento con motivo de la búsqueda de su cuñado, Héctor Rangel Ortiz, privado de su libertad por policí­as en Coahuila en el 2009, comenta con claridad que “cualquiera, uno o sus familiares, puede ser ví­ctima de una situación de este tipo, nadie está exento”. La conclusión del entrevistado es reflexiva, pero certera: “La situación que se vive en Veracruz es terrible”.