La gente, pues, elegirá a la persona, más que a un instituto polí­tico y más que a sus padrinos… Por ejemplo, en Cosamaloapan, visto, digamos, como una radiografí­a estatal la competencia está así­, considerando que todos son ya precandidatos… Juan René Chiunti, que irá por tercera ocasión por la alcaldí­a, ahora por el Panal, es un polí­tico apasionado y frenético, intenso y convulso… José Tomás Carrillo Sánchez, PRI, es un hombre reposado y cerebral, sin que nunca, jamás, se altere ni se encabrite… Incluso, hasta le apodan “El Capulina del Papaloapan” porque ante los embates suele sonreí­r, diplomático como es… El precandidato de MORENA, un desconocido, espera, resignado, que el choque entre Carrillo y Chiunti los descarrile y en automático se beneficie… En el PAN, apenas, apenitas, están definiendo, pues las tribus se reparten las posiciones… Tomás Carrillo, por ejemplo, trabaja como el topo de Carlos Marx por debajo de la tierra los acuerdos y los pactos, sin hacer olas, listo para el zarpazo… Según versiones, ha tendido vasos comunicantes hacia el PAN, a través de Diego Palmeros, una figura icónica y simbólica del partido azul… Además, cabildea un puente, que ya logró, con MORENA, a través de Genaro Villegas, hermano del candidato de Andrés Manuel López Obrador a la alcaldí­a… Incluso, el politólogo Ramón Bení­tez dice que hasta un cruce polí­tico puede lograr y asestar una gran sorpresa en la ruta de la conciliación… En tanto, Chiunti suele caminar y caminar, como las hormiguitas y las tortuguitas, y aun cuando está en el sótano de la preferencia electoral, combativo y aguerrido como es, sea quien sea el candidato ganador en las urnas, habrá de negociar con él para llevar la fiesta en paz…

ROMPEOLAS: Dos veces alcalde de Cosamaloapan, dos veces diputado local, Chiunti prefiere caminar a litigar en los medios… Y en contraparte, Carrillo, ex subsecretario
General de Gobierno y secretario de Desarrollo Agropecuario en el duartazgo, alterna su cabildeo con la prensa… Y así­, en el tiempo de las redes sociales, que también opera, se proyecta como el ganador antes de la elección… Chiunti pertenece a las elites familiares de Cosamaloapan, mientras Carrillo pertenece, digamos, a las clases medias, aun cuando sus orí­genes estuvieron ligadas a las clases bajas… Chiunti representa la dinastí­a burguesa, con todo y que ahora apenas, apenitas tiene un changarro que antes tení­a en Cosamaloapan y ahora trasladó a su nuevo domicilio, en el puerto jarocho… Carrillo se fue levantando con su familia y es hijo de la cultura del esfuerzo… Desde antes de nacer, Chiunti tení­a un rancho y Carrillo apenas ahora, recién adquirido en el fidelato… Con todo, las elites polí­ticas están bajo el ojo del huracán, porque desde 450 años antes de Cristo arrastran rencores y odios… Según un cronista, los odios entre los ricos se traslaparon a las clases medias y bajas, alrededor, digamos, de los apellidos ilustres del pueblo… Los rencores anidados y fermentados se traduce en lo siguiente: nadie amarra, nadie concilia, todos están enfrentados…

ASTILLEROS: Chiunti trae su saliva ofreciendo un mundo imposible y Carrillo trae, como dice un cuenqueño, “el varo”… Y aun cuando de entrada Chiunti hace más escándalo polí­tico hacia el final del dí­a se reduce a fuegos artificiales… Claro, tiene amplias facultades para armar shows, como cuando lanzó, sin éxito, a su esposa de candidata a la alcaldí­a y solí­a impresionar tanto a Javier Duarte como a Fidel Herrera Beltrán con mí­tines imponentes... Chiunti arrastra una denuncia penal en la Procuradurí­a General de la República, PGR, por desví­o de recursos oficiales cuando fue alcalde por segunda ocasión, mientras Carrillo tiene una hoja de servicios limpia… Además, los malandros le han tirado cadáveres en su rancho, se ignora si como una secuencia de la desaparición de su hermano… Chiunti y Carrillo tienen enlaces con los grupos polí­ticos en Xalapa y la capacidad operativa de cada uno está en juego… Y más ahora cuando sus partidos son oposición… El PRI de Carrillo, lanzado de la gubernatura y de la mayorí­a en el Congreso por la alianza PAN y PRD, y el Panal de Chiunti con su lideresa fundadora, la profe Elba Esther Gordillo, como la primera y única presa polí­tica del presidente Enrique Peña Nieto… Chiunti odia a morir a Carrillo, pero Carrillo sólo sonrí­e, porque ni sus genes ni sus ví­sceras están construidas para el rencor y el odio… La vida de Chiunti ligada al escándalo y la de Carrillo, limpia hasta el dí­a de hoy… Si por un milagro ganara Chiunti ganarí­a, digamos, la alcurnia, cuando menos, en el apellido… Y si Carrillo gana la justa electoral, entonces, ganarí­an los plebeyos…