Siempre juega con las circunstancias como ha de ser en un polí­tico con vocación de estadista.
Por eso resulta indicativa y significativa su declaración el jueves 16 de marzo de que “no vamos a bajar ni un solo momento el trabajo hasta dar con el paradero” de Javier Duarte, prófugo de la justicia desde hace 153 dí­as.
Y más porque, y únicamente como referencia, Andrés Granier fue encarcelado un año y medio después de dejar la gubernatura de Tabasco.
Y Guillermo Padrés fue detenido cuatro meses después de abandonar la silla embrujada del palacio de Sonora.
Y Rodrigo Medina fue detenido tres meses y medio después de entregar el poder estatal a Jaime Rodrí­guez, “El bronco” de Nuevo León y sólo estuvo preso 16 horas.
Y nada ha logrado Javier Corral en Chihuahua con su guerra contra la corrupción de su antecesor, César Duarte.
Alardeó Osorio Chong:
“Hemos dado con muchos criminales, complejos, difí­ciles, con los lí­deres de prácticamente todos los carteles. Y Obviamente tenemos que dar con el paradero de Duarte”, cuyo sucesor, el góber interino, Flavino Rí­os Alvarado, está preso en el penal de Pacho Viejo, y sabrán los carceleros si intercambia barajitas jurí­dicas con Arturo Bermúdez
Zurita, el ex secretario de Seguridad Pública, a quien consideraban de hecho y derecho el segundo en el duartazgo.
Antes, unas seis, siete semanas, el secretario de Gobernación dijo que pronto, pronto, pronto, lo detendrí­an.
Y antes, Renato Sales, el Comisionado de Seguridad, anunció que “en breve” serí­a capturado.
Se ignora, claro, el concepto de la brevedad y la premura en uno y otro Peñista, pero Osorio Chong se habrí­a ocupado del tema luego de que en rueda de prensa defeña se lo preguntaran, pues el caso Duarte se ha vuelto, como dice el presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, el sí­mbolo de la corrupción polí­tica, en México, pero también en el continente, pues la PGR, por ejemplo, lo investiga ya por los tentáculos de Odebrecht con la concesión del servicio del agua en el puerto jarocho, ni más ni menos, que por 35 años.

BALAUSTRADAS: Quizá MAO se ocupó de Duarte, porque es antiguo conocido y amigo y compañero de cruzadas polí­ticas de Miguel íngel Yunes Linares.
Fue en el tiempo de Elba Esther Gordillo en el Congreso de la Unión, en que otros más (Roberto Campa Cifrián, Tomás Ruiz González y Baltazar Hinojosa) giraban alrededor de la maestra (primera y única presa polí­tica de Enrique Peña Nieto).
Entonces (oh tiempos aquellos en que Reforma publicó una foto cariñosa entre Elba Esther y Yunes, con la risa sandí­a de Rafael Moreno Valle), el Yunes azul se habí­a adueñado de las neuronas y el corazón de la profe y los demás, incluido Osorio Chong, lo miraban y distinguí­an como el jefe máximo.
Tan es así­ que en algunos cargos públicos federales que a partir de entonces desempeñara Yunes y ascendí­a a otros siempre dejaba de sucesor a Campa Cifrián, como por ejemplo, en el Consejo Nacional de Seguridad.
Por eso, ahora cuando de nuevo los caminos entre MAO y Yunes se cruzaron (Yunes gobernador y Osorio Chong secretario de Gobernación), aliados son y serán de cara a la sucesión presidencial.
El Veracruz azul y perredista…, al servicio de Mao, y si los vientos son favorables el año entrante, Mao abriendo el gabinete federal a Yunes.
La bandera de Yunes ante Javier Duarte ha de ser la misma cruzada polí­tica de Mao, y más en medio de tanta revoltura, Osorio Chong ocupándose del tema.
Con todo, incluso, de lo que se habla en el pasillo de que si Duarte está prófugo desde hace 153 dí­as se debe a la complicidad del peñismo en pago a los favores cubiertos, de tal forma que los marinos le han caí­do de sorpresa en su escondite en dos, tres ocasiones, con la mala suerte de que alguien le dio “el pitazo” y huyó.

ESCALERAS: En contraparte, el góber azul empeña la razón de su vida en la guerra y en la venganza en contra del duartazgo.
Se trata, digamos, de un ajuste de cuentas, cierto, administrativas, pero también emocionales y que incluyen un terrorismo policiaco (300 exfuncionarios son investigados dice la Fiscalí­a) hasta terrorismo sicológico, porque el alma y el corazón de todos ellos se está desmoronando en cachitos y varios acaso quedarí­an lisiados de las neuronas y el alma.
Nada fácil serí­a que luego de esta guerra atroz y despiadada, el duartismo quedarí­a exterminado y el priismo noqueado en el centro del ring, casi casi en estado agónico.
Si Hitler paseó su espí­ritu torturados entre los judí­os, el Yunes azul lo trae fermentado desde el chirinismo, cuando en 1997 las elites priistas regionales, entre ellas, los caciques rurales y urbanos, lo descarrilaran con la derrota de 107 alcaldí­as y desplomaran en automático su legí­tima aspiración a la gubernatura.
Por eso, veinte años después se está vengando, destripando a los priistas como si fuera el cazador de cabezas de la Gestapo.
Incluso, cacareando la canción alemana del siglo XIX que tanto gustaba a Hitler: “Ahora tenemos Austria. En unos meses, Praga. Y el resto del mundo, ya se verᔝ.
Yunes Linares, padre apapachador, operando para heredar el poder polí­tico a sus hijos.
Y si ha de pasar por los cadáveres de los enemigos, ningún sobreviviente dejará.