Impune asesinato de joven gay en Rinconada
•Francisco, víctima del primer crimen de odio de este 2017, según la comunidad LGBT
•Fue atacado con un picahielo, arrastrado y arrojado junto a una escuela
•Homofobia impera en este pueblo y agresiones son comunes
Yerania Rolón
Rinconada es un foco rojo en cuestión de inseguridad. La violencia repercute en todos los sectores, pero los crímenes de odio y agresiones contra personas homosexuales de esta localidad preocupan a la comunidad LGBT.
Francisco Didier Ronzón conocía de esta situación y por eso siempre salía acompañado de amigos cuando tenía que ir a algún lugar.
El único día que no tomó esa precaución fue asesinado y su cuerpo apareció con múltiples heridas ocasionadas presuntamente por un picahielo y con huellas de haber sido arrastrado hasta las inmediaciones de la escuela primaria Ricardo Flores Magón.
Fue el primer homicidio de una persona gay registrado en 2017, según la Asociación Civil “Soy Humano”. Sin embargo, desde entonces las personas con diferentes tipos de orientación sexual continúan siendo víctimas de todo tipo de agresiones físicas, psicológicas y verbales.
Así lo cuenta Gustavo Rodríguez, familiar de Francisco, quien lamenta que el crimen ocurrido a inicios de 2017 parece haber sido olvidado por la Fiscalía General del Estado, a cargo de Jorge Wínckler Ortiz.
"Tavo", cómo le gusta que le llamen, cuenta que vivir en Rinconada y ser homosexual se ha vuelto cada vez más peligroso.
"En el Día de la Garnacha, comida por la que este pueblo es reconocido en la región, la comunidad LGBT participó en el paseo de carros alegóricos, pero algunos lugareños estuvieron a punto de agredirlos, incluso mi vecina cada vez que puede me insulta y grita que los homosexuales son una aberración de Dios", comenta.
Situaciones como esta se repite todos los días, las personas gay viven atemorizadas, víctimas de la intolerancia y la homofobia.
De acuerdo a la información recabada, el pasado 4 de enero Francisco le comentó a un amigo que tenía una cita con una persona desconocida hasta la fecha, pero dijo que iría solo porque así se lo pidió, rompiendo su costumbre de ir acompañado a todos lados.
Apenas unas horas después, unos vecinos de la colonia hallaron su motocicleta sospechosamente estacionada en las inmediaciones de dicha escuela primaria. Con el temor de que se tratara de un robo al plantel, que recientemente había adquirido equipo de cómputo para sus estudiantes, llamaron a las autoridades de Seguridad Pública.
Cuando los policías se presentaron encontraron el cuerpo de Francisco, de 31 años, quien había sido víctima de un homicidio con arma blanca.
"Tenía cara de terror. Creemos que se quiso defender, pero su cuerpo estaba lleno de puñaladas y sus brazos tenían raspones" relata Gustavo.
Presuponen que además de ser agredido con un picahielo, el cuerpo de Francisco fue arrastrado varios metros y abandonado en el lugar de los hechos.
Pese el ensañamiento que se registró en la agresión, la mayoría de sus allegados tienen miedo a exigir justicia por temor a represalias, pues creen que el asesino es un habitante de Rinconada, en donde ya son comunes los levantones, asesinatos y enfrentamientos entre bandas delincuenciales.
De acuerdo con Gustavo aunque existen testigos de un posible responsable, así como del vehículo que habría utilizado para escapar, estos prefieren no contar lo que vieron para no meterse en problemas.
Francisco Didier era una persona humilde y salía adelante vendiendo miel en su motocicleta, negocio familiar que aprendió desde niño.
Contrastando con el pensamiento de los habitantes de Rinconada, sus padres siempre lo aceptaron y por eso era reconocido como un joven alegre y libre de mostrarse tal y como era, pero esto le habría costado la vida.
Incluso en sus redes donde publicaba la mayor parte de las cosas que hacía fue víctima de acoso y criticado por algunos usuarios de quienes también se sospecha, las investigaciones de la FGE no muestran avances o apuntan hacia un presunto culpable.
Para poder darle sepultura, la familia de Francisco tuvo que pedir dinero prestado, por eso les fue imposible conseguir los 80 mil pesos que solicitaba la compañía telefónica que le ofrecía el servicio de comunicación y con ello obtener el registro de las llamadas que realizó antes de su muerte.
Han pasado más de tres meses de este asesinato que indigna a la comunidad LGBT, pero continúa olvidado por la sociedad en general y sobre todo por las autoridades de la Fiscalía General del Estado.
Por eso Gustavo exige justicia y piensa organizar una marcha para que este, que está considerado como el primer crimen de odio del año en curso, no se quede sin castigo.