Ignora yunicidad huelga de hambre
•Exempleados del ICATVER exigen atender despidos injustificados
•Comenzaron manifestación desde el lunes, pero nadie los ha atendido
•Pernoctan en plaza Lerdo y piden que al menos los liquiden conforme a Derecho/Texto y fotografía de Yerania Rolón
Bajo una carpa instalada en la plaza Lerdo de la cuida de Xalapa se encuentra María Elena Alonso y sus cuatro compañeros, quienes desde hace dos días están en huelga de hambre como protesta por los despidos injustificados en el Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Veracruz (ICATVER).
"Desde el martes decidimos ponernos en huelga de hambre, a ver si así el gobernador Miguel íngel Yunes Linares nos hace caso. Desde el lunes estamos reclamando nuestra reinstalación y nadie nos voltea a ver" exclamó María Elena.
A pesar de tener el cabello amarrado se le nota alborotado, evidenciando el mal dormir, el hambre y la falta de una ducha, misma que ha postergado para pelear por su trabajo que, después de cinco años, le arrebataron.
"Ya nos tocó sol, agua, viento y hasta un temblor que sentimos en la madrugada, pero aquí seguimos. Ha sido difícil pero seguimos en la lucha porque solo estamos pidiendo lo justo"
"Respeto a los derechos laborales de los trabajadores del ICATVER" se lee en una de las cartulinas colgadas alrededor de la carpa.
Ya han pasado dos días sin que estas personas prueben comida. Tienen paquetes de botellas con agua que es lo único que toman en el día.
"Ahorita sólo tomamos agua y más tarde tomaremos suero. Nos sentimos un poco débiles, pero estamos en la lucha porque queremos que nos escuchen".
La horas más difíciles, asegura María Elena, son en la madrugada pues al no haber baños cerca, tienen que aguantarse hasta que abra algún centro comercial.
La mujer cuenta que además de la falta de comida, a ella y sus compañeros les pega el cansancio porque sólo duermen dos o tres horas para cuidarse entre ellos.
"Me he sentido débil, con sueño y cansada porque en la noche dormimos poco. Nos turnamos para cuidar la carpa".
Para María Elena la visita inesperada de su padre este miércoles le dio ánimos de seguir a pesar del apetito del mediodía, pues les recordó que es por ellos que necesita recuperar su empleo.
"Hoy vino mi papá junto con mi esposo, aunque somos nosotros los despedidos, las afectadas también son las familias. Mi madre es ama de casa y mi papá jubilado, aunque recibe su pensión, nos apoyábamos con parte de mi sueldo para su despensa".
Aunque María ha buscado otros trabajos, continuará con la esperanza de que la reinstalen en el ICATVER o que al menos le paguen los años trabajados.