También los priistas desean que los duartistas socios y cómplices sean llevados a juicio penal, como en el caso, y por ahora, de Arturo Bermúez Zurita, porque, dicen, y con justa razón, que el partido tricolor está pagando las culpas ajenas.
Y que en todo caso, la codicia sin escrúpulos y lí­mites sólo fue cometida por un grupúsculo en el poder sexenal en contra de quienes exigen el castigo ejemplar.
Por eso mismo están sorprendidos que varios duartistas y fidelistas sigan intocables hasta el dí­a de hoy.
Pero más todaví­a, están ciertos que la Yunicidad pudo haber pactado con ellos a cambio, entre otras cositas, de despepitar los abusos y excesos de Duarte, aun cuando, en otros casos, sienten que algunos habrí­a devuelto “el dinero robado” para ser perdonados.
En tanto, otros más buscaron a un padrino o madrina poderosa para salvar el pellejo, y por añadidura, la vergí¼enza de un encarcelamiento, pues sean unos dí­as o unos meses o un año o varios años la cárcel siempre marca.
Así­, vislumbran los siguientes cabildeos de unos duartistas con el gobierno azul para haberse vuelto, todo indica, intocables:
Adolfo Mota Hernández. Diputado federal, apadrinado por el senador Emilio Gamboa Patrón con su antiguo y viejo conocido, Miguel íngel Yunes Linares.
Jorge Alejandro Carvallo Delfí­n. El diputado federal que como legislador local tendiera puentes con Fernando Yunes Márquez, a tal grado que en alguna ocasión hasta lo llevó con Javier Duarte a su oficina en el palacio de Xalapa.
Incluso, siempre quedó para la historia el Pacto de la Ví­a Muerte, en que Yunes Linares y Duarte tomaron café y acordaron cositas en un departamento de Carvallo Delfí­n en la avenida del mismo nombre en Boca del Rí­o, luego de que Carvallo y Fernando Yunes fueron los cabilderos.
Es más, hay fotos donde Carvallo, diputado federal, se “tira al piso” de su colega en el Congreso federal, Yunes Linares.

BALAUSTRADAS: Érick Lagos Hernández. El fidelista más fidelista de todos, y el duartista más duartista de todos, famoso porque siempre ha apostado a un bajo perfil en su riqueza para que nadie lo evidencie.
Su puente de plata habrí­a sido Jorge Carvallo a través del senador Fernando Yunes Márquez, con lo que uno y otro habrí­an quedado comprometidos en la operación polí­tica de cara al presente y el futuro que viene.
Moisés Mansur Cisneyros. El prestanombre de Duarte quien pactó con el góber azul luego de revelarle al detalle los trastupijes del prófugo de la justicia.
Y arrodillado más luego de que el Yunes azul lo amenazó con encarcelar a su esposa.
Jaime Porres. El otro amigo de Duarte perdonado porque su familia tendió un vaso comunicante con los Chedraui de Xalapa a cambio de información.
Franky Garcí­a. Su paradero es una incógnita. Pero más aún que con todo y los negocios trascendidos con Duarte al momento está intocable. Alguna fuerza esotérica lo estarí­a blindando con su buen karma ante la Yunicidad.
Tomás Ruiz González. Ex secretario de Finanzas y Planeación y de Infraestructura y Obra Pública, tendrí­a una madrina de súper lujo. Elba Esther Gordillo, de quien fue lí­der del PANAL, director del BANOBRAS y de la Loterí­a Nacional, tiempo aquel cuando Yunes Linares era “el preciso”.
Y aun cuando se afirma de un distanciamiento entre Yunes y la profe, que incluso molestara a Rafael Moreno Valle, ex góber de Puebla, de cualquier forma “donde hubo fuego hay cenizas”.

ESCALERAS: En contraparte, ningún padrino mi madrina fue o ha sido suficiente para que otros duartistas estén viviendo el peor de los infiernos.
Entre ellos:
Arturo Bermúdez. Ex secretario de Seguridad Pública sujeto a proceso penal por enriquecimiento ilí­cito y tráfico de influencias, además de otro delito que le endilgarán y está en proceso como es la desaparición forzada.
Antonio Tarek Abdalá. Diputado federal, fue poderoso tesorero de la SEFIPLAN, de quien la Fiscalí­a ha solicitado su desafuero al Congreso de la Unión para ser llevado a juicio penal por el desví­o de más de dos mil millones de pesos.
Alberto Silva Ramos. Diputado federal, dos veces vocero duartiano y secretario de Desarrollo Social, acusado de catorce empresas fantasmas con el desví­o millonario de recursos públicos.
Además de que en la campaña electoral agarró a tuitazos a Yunes Linares “a tiro por viaje”.
Gina Domí­nguez Colí­o. La primera vocera del duartazgo, en contra de quien el director de Comunicación Social, Elí­as Assad Danini, integra la denuncia penal por el desví­o millonario de recursos.
Desde luego, la lista negra será ampliada en los meses por venir, por ejemplo, con los ex secretarios y directores de Salud desde Fidel Herrera hasta Javier Duarte denunciados ya, ya, ya por el secretario de Salud de la Yunicidad, y de los que ninguno será perdonado.
Por eso, las elites priistas son las más interesadas en un proceso penal “hasta las últimas consecuencias”, porque el daño polí­tico, social, moral y ético al partido, y a ellos mismos como sus voces públicas, resulta incalculable y que, en el mejor de los casos, llegarí­a hasta el año 2024.
Incluso, miran, sienten, huelen, perciben que por culpa del duartazgo perderán la mayorí­a de presidencias municipales este año y de curules locales y federales y senadurí­as y la gubernatura el año entrante.
El coletazo del bebesaurio Javier Duarte al PRI fue cien por ciento destructivo.
Casi casi herida de muerte.
Por eso la feroz campaña del presidente del CEN, Enrique Ochoa Reza, para que sea juzgado por corrupción, pero más aún, por asesino, en tanto Renato Alarcón en Veracruz en el limbo. Omiso y occiso, creyendo que ignorando la realidad el trastupije deja de existir.