Agenda de los candidatos
•En Estados Unidos, primero Donald Trump, después Donald y por último Trump
Reynaldo Escobar
Como ya se esperaba, desde el día de su asunción al poder, Donald Trump definió el rumbo político del país más poderoso del mundo; y su discurso, difundido a todo el planeta en cuestión de segundos, gracias al avance tecnológico en los medios de comunicación, confirmó que no hay cambio en los anuncios de su proyecto de nación, pues está dispuesto a recuperar los espacios (bases militares e invasiones) que según su visión, Estados Unidos ha perdido por el ablandamiento de sus relaciones exteriores; y porque además, Trump teme perder cotos de poder; al igual que muestra el temor de perder territorios ocupados por la fuerza y posiciones ventajosas suscritas en tratados internacionales, que ya no satisfacen las ambiciones del pueblo norteamericano; ambiciones económicas e imperialistas.
El trato ríspido en el cambio de poder, entre los que llegan y los que se van, no pudo ser más obvio y el fracaso del Presidente Obama en su intención de unificar al pueblo norteamericano, quedó a la vista de todo el mundo; ya que nadie pudo, ni quiso ocultar la xenofobia y el racismo de los triunfadores, en contra de los perdedores y de los migrantes que sin acceso a los espacios de los invitados especiales de la Casa Blanca, escucharon por enésima vez las amenazas de expulsión y repatriación de quienes no cuentan con su legal residencia en los Estados Unidos de Norteamérica.
En los alrededores del Capitolio, una multitud de personas se apostó desde temprano, para reiterar su repudio contra el Presidente Donald Trump y al calor de los enfrentamientos callejeros entre policías y manifestantes, en tanto se servía el almuerzo para Donald Trump y sus invitados, el gas picante y la policía antimotines dieron como resultado un centenar de detenidos y daños materiales cuantiosos, cuyo monto sin determinar, aumentó la molestia (y marcó más todavía) una gran división entre los seguidores y opositores a Donald Trump. La religiosidad de Trump, se impuso en diversos pasajes de su intervención; a tal grado que rompió el protocolo al protestar además de la Biblia utilizada por Abraham Lincoln hace ciento cincuenta y seis años; también lo hizo utilizando la Biblia que Donald Trump recibió de su madre hace sesenta y dos años, cuando se graduó de la primaria en Nueva York.
Sobre el TLC y el TPP, sin duda la furia con que se pronuncia el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, para señalar que han resultado desventajosos para su país; tomará inminentes medidas para detener y si es necesario rescindir ambos tratados por ser nocivos para Norteamérica; en tanto, analistas políticos auguran que una de las primeras tareas a realizar será su revisión por el gabinete económico de los Estados Unidos; encabezado por Peter Navarro, economista "nerd" que goza de las confianzas de Donald y tiene una fijación notable en contra de China, México y sus negocios; y, seguro, la afectación sobrevendrá en los primeros días del próximo mes, con las repercusiones en los mercados financieros. Categórico y persistente lució Trump, cuando afirma que América volverá a ser para los Americanos; y con esa concepción patrimonialista de nación, vendrán desplazamientos masivos de trabajadores migrantes; al tiempo que, las factorías que actualmente operan fuera del territorio norteamericano, serán cerradas, con el claro propósito de repatriar capitales e inversiones en el territorio de la "América Blanca".
Ya se anuncia como "Decálogo de Trump" un conjunto de medidas que en su discurso de toma de posesión anunció, para convocar a su pueblo a estar unidos y velar única y exclusivamente por sus intereses. Veamos en qué consisten: 1.- El 20 de enero de 2017 se recordará como el día en que el pueblo volvió a gobernar esta nación; 2.- Estamos transfiriendo el poder de Washington D.C. y se lo estamos devolviendo a ustedes, el pueblo; 3.- Hemos hecho ricos a otros países, mientras la fuerza y la confianza de nuestro país ha decaído, ese es el pasado, ahora miraremos solamente hacia el futuro; 4.- De hoy en adelante, será solamente Estados Unidos primero, toda decisión será para beneficiar a los trabajadores y familias de Estados Unidos; 5.- El crimen, las pandillas, las drogas, la carnicería en Estados Unidos termina aquí y ahora; 6.- Recuperaremos nuestros trabajos, nuestras fronteras, nuestra salud y nuestros sueños; 7.- Reforzaremos nuestras alianzas contra el terrorismo radical islamico que erradicaremos de la faz de la tierra; 8.- No importa si somos blancos, negros o morenos, todos tenemos sangre roja de patriotismo; 9.- Estamos protegidos por nuestras fuerzas armadas, por nuestras fuerzas policiales y por Dios; y 10.- Seguiremos dos simples reglas: comprar estadounidense y contratar estadounidenses.
Ahora resulta que en el vecino país del norte, los "blancos", "rubios" y "gí¼eros de ojo azul", lloran como la magdalena por haber sido despojados, supuestamente del poder de la fuerza y la sin razón, con los que siempre han avasallado y ultrajado a los pueblos débiles. Y resulta claro también el llamado del presidente norteamericano a sus connacionales, para unirlos en una gran batalla que comienza con su llegada al poder, bajo el esquema de boicotear los productos y manufacturas de otros países, maquiladores de los grandes capitalistas, para implantar por la fuerza, esquemas de comercialización cuya cadena de producción, distribución y consumo, se inicia y termina en territorio norteamericano.
Del dicho al hecho, hay mucho trecho; y seguramente por su inexperiencia absoluta en el ejercicio de la política, Donald Trump se atreve a espantar a quienes se lo permitan, que tendrían que ser igual de ignorantes que el presidente norteamericano, como para pensar que un solo hombre, aunque sea depositario temporal del poder ejecutivo, puede pasar por encima de los poderes legislativo y judicial para hacer y deshacer a su antojo, sintiéndose el Luis XIV del 2017; pero además, sin considerar, que hay otros factores reales del poder, como el ejército, los empresarios, la prensa y medios de comunicación electrónicos; las iglesias; y las redes del narcotráfico y la delincuencia internacional, "que también cuentan y cuentan mucho" parafraseando al Presidente de México don Enrique Peña Nieto.
Casi casi estamos en presencia de un Supermán mundial, a quien la suerte política le favoreció para despachar por cuatro años en la Casa Blanca, periodo tan breve, que no será suficiente para las ambiciosas pretensiones discursivas del nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Donald Trump, a quien vemos disfrutar al máximo su triunfo político inesperado e inaceptado, por la multitud de personas y grupos que han sufrido sus vejaciones.
Los malos sueños convertidos en pesadillas, por fortuna tienen poca duración; unas cuantas horas de mal sueño, y al día siguiente un despertar de luz y sol que borra de inmediato el desasosiego de la noche. Seguro que lo mismo pasará con los discursos bravucones de Donald Trump.