Incluso, en su paso por la Procuradurí­a Federal del Consumidor, Profeco, Lorena directora nacional, nombró a Elizabeth su delegada en Veracruz, donde reposa luego de su fracaso como candidata a diputada federal.
Lorena es amiga de Miguel íngel Osorio Chong, el presidenciable secretario de Gobernación, y por añadidura, con un vaso comunicante con la delegada federal de la secretarí­a de Desarrollo Social, Anilú Ingram, gente que se ha perfilado de MAO, como llama al jefe del gabinete polí­tico del peñismo.
Ex alcaldesa de Aguascalientes, ex diputada local y federal, derrotada como candidata priista a gobernadora, amiga de Beatriz Paredes Rangel, embajadora de Enrique Peña Nieto en Brasil, Lorena, de unos 50 años, cabildea con los grupos, las tribus y las hordas rojas para elegir al nuevo CDE del tricolor.
Y en el cabildeo, tanto Elizabeth Morales, Elmo, como Anilú, son ejes centrales como fuentes de información, quizá, también, inclinando la balanza.
Elmo ya fue presidenta del CDE del PRI con la bendición de Javier Duarte, el prófugo de la justicia desde hace 92 dí­as.
Y a Anilú, trepada en la delegación federal, la presidencia municipal jarocha se le hace poco. Ahora sueña con la Senadurí­a en el año 2018, camino directo a la candidatura a gobernadora en el año 2024.
Así­, le estarí­a tirando a la luna, consciente y segura como el flechador de que nunca llegará, pero llegarí­a más lejos que otras, entre ellas, Elmo y la articulista Carolina Gudiño Corro, la lideresa del PVEM en la región conurbada Veracruz-Boca del Rí­o.

BALAUSTRADAS: Con ELMO, Beatriz Paredes y Anilú, Lorena Martí­nez estarí­a enfocando el dedazo a favor de Érika Ayala, la lideresa sindical del COBAEV y de la CNOP, senadora suplente, para la presidencia del CDE.
Incluso, ya lo fue, aunque de manera efí­mera, tanto presidenta como secretaria general.
Además, en su tiempo del interinato en el Congreso de la Unión, seis meses, estableció una relación amical fuera de serie con los senadores Manuel Cota, dirigente nacional de los cañeros de la CNC, Emilio Gamboa Patrón y Cristina Dí­az, la legisladora federal tan ligada que estuvo a Veracruz cuando estuviera casada con Tomás Montoya Pereyra.
Más aún: aun cuando en el PRI, como en todos los partidos polí­ticos hay tribus y falanges, según la fama pública, Érika sostiene un buen karma con todos los grupos y con ninguno está enfrentada.
Se lleva y se lleva bien con los presidentes municipales y diputados locales y federales, y su capacidad de movilización es amplia, y con más efectividad, pues su primero y segundo cí­rculo de poder está integrado con mujeres.
Entre ellas, y por ejemplo, Bertha Hernández, amiguí­sima de Beatriz Paredes y su cofradí­a.
Además, seis de cada 10 habitantes de Veracruz son mujeres.
Más todaví­a en estos tiempos de la llamada cuota de género.
Y, por si fuera poco, en un tiempo revuelto y turbulento como lo denunciara Flores Espinoza de que renunciaba al PRI harto de la deshonestidad y la corrupción de algunos actores polí­ticos, entre ellos, Fidel Herrera Beltrán, Érick Lagos Hernández y Jorge Carvallo Delfí­n, “el hijo más ruin que he tenido” según acuñara su padre.

ESCALERAS: En la lista de las pasiones varios han levantado la mano para la silla imperial y faraónica del CDE del PRI.
Entre ellos, los mismos “corruptos y deshonestos” señalados por Felipe Amadeo, Erick Lagos y Jorge Carvallo, empujando a Érika Ayala, quien, y con todo, tiene capital polí­tico propio, y a quien además apoya Juan Carlos Molina Palacios, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias.
El senador Héctor Yunes Landa, jugándosela con su alter ego, Jorge Moreno Puga.
Silvio Lagos junior, ex diputado federal y ex director de SEDATU, perteneciente al pesebre de Rosa Margarita Borunda, y el polí­tico más odiado por Javier Duarte por atreverse a disputarle la candidatura a gobernador en el año 2010.
Patricio Chirinos del íngel, alcalde de Tempoal, ex diputado local y federal, lí­der de un grupo de presidentes municipales del norte de Veracruz, entre quienes figuran los de Tuxpan, Tamiahua, Chalma, Pueblo Viejo, Cerro Azul, Ixhuatlán y El Higo.
Según las versiones, Lorena Martí­nez trae una orden del lí­der nacional, Enrique Ochoa Reza: el nuevo presidente ha de tener un atributo fundamental como es ninguna liga con Fidel Herrera ni con Javier Duarte.
Y, bueno, con todo, y desde esa perspectiva, Érika Ayala tiene varias manchitas en la piel polí­tica.
Según las versiones, antes de fin del mes de enero habrá humo blanco, pues el proceso interno en los partidos polí­ticos para las municipales va caminando.