Y aun cuando el presidente del CEN, Enrique Ochoa Reza, se encabritó, FAFE se mantuvo firme, inalterable, bragado… Incluso, amplió su galerí­a de corruptos y deshonestos y les puso nombre y apellidos… Ellos son Érick Lagos Hernández, Jorge Carvallo, Alberto Silva Ramos y Adolfo Mota Hernández, el cuarteto de guardias pretorianos que durante casi seis años tuvo Javier Duarte, el prófugo de la justicia desde hace 90 dí­as, pues en cada evento público o privado los cuatro levantaban un muro Donald Trump a su alrededor y ni siquiera el viento pasaba… Y es que durante los últimos cinco meses, el cuarteto se la pasó rafagueando a Felipe Amadeo hasta que de plano se hartó… Y renunció… Se trata, además, del primer presidente del CDE del PRI en el paí­s que le renuncia a la dirigencia nacional, a pesar, incluso, de que semanas anteriores lo ratificara… Y, bueno, para que “El indio cara dura”, tan reposado y mesurado en el ejercicio del poder y en el arte de gobernar, tan pasiflorine, tal calmado, haya dado el manotazo significa que estaba harto… Harto del complot, de la intriga, de la calumnia, de las zancadillas y de la difamación orquestada desde Barcelona por Fidel Herrera, el polí­tico más insaciable del poder en el Golfo de México, obsesionado con su Maximato en Veracruz y que fue descarrilado por la corrupción manifiesta de Javier Duarte…

ROMPEOLAS: FAFE habló de dos ejes centrales… Por un lado, la deshonestidad, y por el otro, la corrupción… Y, bueno, la fama pública es que el cuarteto de fidelistas (Lagos, Carvallo, Silva y Mota, más otros, como Vicente Bení­tez, Juan Manuel del Castillo, Gabriel Deantes, Tarek Abdalá y Arturo Bermúdez) se enriquecieron a manos llenas tanto en el fidelato como en el duartazgo… Por ejemplo, entre las elites priistas se asegura que el más enriquecido de todos es Érick Lagos, aun cuando apuesta a un bajo perfil para evitar llamar la atención, a tono con su frase célebre de que “hay cosas que ni la esposa ha de saber”… Después, le sigue Carvallo, “el hijo más ruin que he tenido” según dice su padre, y que además es el polí­tico más ostentoso, faramallesco, petulante y engreí­do, a tal grado que con cargo al erario, primero, se operó su naricita, y luego, se aplicó una liposucción a su panza de tacos, tortas, tostadas y refrescos de cola… Luego le sigue Alberto Silva, a quien el gobernador Miguel íngel Yunes Linares ha avisado que junto con la vocera Marí­a Georgina Domí­nguez crearon empresas fantasmas para la ordeña millonaria al presupuesto de la dirección de Comunicación Social y que significó el gasto sexenal de ocho mil 200 millones de pesos… Y en último lugar de corrupción y deshonestidad Adolfo Mota, el ideólogo educativo de Duarte que en la SEV tení­a a nueve familiares (esposa, hermana, primos y las esposas de sus primos) con sueldos de hasta 33 mil pesos mensuales, además de los diez metrosexuales autorizados al subsecretario Nemesio Domí­nguez Domí­nguez para su dicha y felicidad… A esa deshonestidad y corrupción se refirió Fafe a la hora de renunciar a la presidencia del CDE del PRI… Y más, porque nadie en su vida pública, iniciada con don Rafael Hernández Ochoa en 1974, ha señalado a Flores Espinoza de corrupto… Ni tampoco de haberse enriquecido (vida modesta y austera que lleva) con los cargos públicos desempeñados, desde agente del Ministerio Público, director de la Policí­a Judicial y director de Seguridad Pública hasta secretario General de Gobierno, presidente del CDE del PRI y diputado local y federal, lo que nunca, jamás, podrán cacarear Lagos, Carvallo, Silva y/o Motita…

ASTILLEROS: FAFE se fue del PRI harto de la corrupción y la deshonestidad que huele a Fidel Herrera, Lagos, Carvallo, Silva y Mota, por lo pronto, aun cuando su lista negra es más amplia según ha confesado a los suyos… Una corrupción polí­tica que ha ubicado a México en los tres primeros lugares de los trastupijes en el mundo, con todo, incluso, y el Sistema Nacional Anticorrupción que tanto alardea el CEN de Enrique Ochoa Reza… Más todaví­a: si el PRI perdió la gubernatura y la mayorí­a en el Congreso se debió a la corrupción sin lí­mites iniciada por el cónsul en Barcelona y proseguida por Javier Duarte en lo que se ha denominado la Decena Trágica de Veracruz… Con todo, las elites priistas están atrapadas y sin salida en la cloaca nauseabunda, salvo honrosas, honrosí­simas excepciones en las que, digamos, estarí­an Flores Espinoza y el senador Pepe Yunes Zorrilla… FAFE buscó una salida a la caja de Pandora tricolor, pero las tribus y las hordas y las falanges le declararon la guerra, y más ahora de cara a la elección de los candidatos a las 212 alcaldí­as y 3,500 sindicaturas y regidurí­as, en que todos ellos, los fidelistas y los duartistas le pusieron precio durante doce años ininterrumpidos… Pero la corrupción fidelesca lo derrotó… El billete fácil, las empresas fantasmas, la Operación licuadora, la venta de candidaturas a un puesto de elección popular, la ordeña de los recursos federales, el jineteo bursátil de los fondos públicos, el diezmo y el doble diezmo (que tanto conocieron Érick Lagos y Jorge Carvallo como secretarios particulares del par de ex gobernadores) y las compañí­as constructoras a nombre propio y/o prestanombres, fueron más eficaces que la autoridad moral de Flores Espinoza…