De ser así­, lo que se duda, significarí­a que en cada uno de los cuatro puntos cardinales (norte, sur, este y oeste) existirí­an 125 páginas web manejando, digamos, solo digamos, las noticias del dí­a y/o de la semana.
Pero de veras, se antoja inverosí­mil.
Está bien que en teorí­a el Internet ha posibilitado a todos los reporteros del mundo que sueñan con un periódico propio cubrir la utopí­a con un portal.
Pero al mismo tiempo, igual que los medios tradicionales han de apostar al ingreso publicitario ví­a oficial, desde las alcaldí­as y partidos polí­ticos y diputados locales y federales hasta el gobierno del estado.
Y si es así­, entonces, significa una locura, pues ni el presupuesto oficial alcanza ni tampoco los hechos del dí­a para construir un periodismo de calidad.
Además, con 500 portales ninguna duda existe de una excesiva paja, la cochambre del periodismo, la cloaca.
Y por añadidura, su inutilidad para comunicar.
Ningún jefe de prensa tiene espacio y tiempo y voluntad para leer 500 portales al dí­a.

LUNES
Piratas del Internet

Un lector acucioso que navegara durante unas horas en Internet para seguir la pista a los 500 portales se llevarí­a sorpresa cardiaca: la mayorí­a son páginas insustanciales, con una pobreza informativa fuera de serie y que apuesta a piratear los contenidos de otros.
Incluso, y como ninguna ley norma el derecho de autor, se fusilan textos de otros portales y periódicos y los trepan como propios.
Más aún: la mayorí­a de los portales son de páginas de sociales y turismo y muchos hasta de la historia local del pueblo donde están arraigados.
Y por tanto, el peor de los mundos que ni siquiera, vayan, han de tomarse en cuenta.
Además, con puros contenidos de pacotilla, el chisme, la rumorologí­a y el cotilleo como ejes rectores.
Y lo peor, portales con información desactualizada y que suele durar semanas completas sin dar cuentas de los hechos frescos del dí­a.

MARTES
Noticias falsas

Según el Plan Estatal de Desarrollo, “en la región de Veracruz sólo 22.6 de los ciudadanos se informan a través de las redes sociales”.
Es decir, únicamente dos y medio ciudadanos de cada 10 siguen y consultan las redes sociales para mantenerse informados.
Y sin embargo, todos los dí­as suele armarse un escándalo, una faramalla, cuando las redes sociales se ocupan de un tema.
Antes, en el siglo pasado, la chismografí­a solí­a nutrirse en el mercado popular y en el molino de nixtamal y ahí­ quedaba, sin trascender a un mayor núcleo de la población.
Ahora, se da en las redes sociales, y es mayor el reality-show causado en el imaginario social que el impacto en la vida cotidiana.
Se trata de un simple calambre electrónico que se vuelve comidilla efí­mera del dí­a, pero sin trascender en el bienestar común.
El chismerí­o llevado a su máxima expresión.
Nada peor, oh paradoja, que andar en el Twitter y el Facebook y el WhatsApp y demás hierbas con el desprestigio en la calle.
Y más, con las llamadas noticias falsas que se divulgan por tal medio como si fuera la verdad infalible, el gran descubrimiento de América.
Y más, con los memes, donde la persona queda ridiculizada.

MIÉRCOLES
Portales, un fraude

Según el Centro de Estudios de Opinión y Análisis de la Universidad Veracruzana, UV, en que se documenta el Plan Estatal de Desarrollo, la población se informa con los portales de noticias de la siguiente manera:
En Coatzacoalcos, 45 por ciento de los ciudadanos.
En Córdoba-Orizaba, el 36.1 por ciento.
En Poza Rica, el 35.4%.
En Xalapa, el 45.8 por ciento.
Y en la región de Veracruz, el 17%.
De entrada, una población mí­nima lee los portales, aun cuando el Centro de Estudios de la UV omite la calidad de la información.
También soslaya si los cibernautas confí­an en la información publicada en tales medios electrónicos.
Y si al confiar, trasciende en la vida cotidiana, digamos, y entre otras cositas, para construirse una opinión pública.
Bastarí­a referir que en la Decena Trágica que iniciara con el fidelato y terminara con el duartazgo favorecieron la creación de portales al por mayor a cambio de la docilidad, entre otras acciones, para rafaguear “a tiro por viaje” a su enemigo público número uno, Miguel íngel Yunes Linares.
Incluso, el secreto mejor guardado ha sido revelado en el sentido de que solo Javier Duarte se gastó ocho mil 200 millones de pesos en medios en el transcurso del sexenio.
Y de paso, la creación, todo indica, de empresas fantasmas en el tiempo de sus voceros, Marí­a Georgina Domí­nguez Colí­o y Alberto Silva Ramos.
Ahora, en la Yunicidad ha llegado el momento “de reorganizar la comunicación social estatal” a partir de un principio universal:
Si el gobierno de Veracruz lo cree conveniente para el programa social habrá publicidad para los medios previa auditorí­a tanto en la circulación como en el rating.
Parte de los 500 portales electrónicos morirán por inanición…

JUEVES
Dueños de la verdad

El libertinaje llegó a tanto en el duartazgo que, por ejemplo, ene número de portales también ofrecí­an (¿ofrecen?) desde encuestas electorales hasta asesorí­a de comunicación social y polí­tica.
Todo iba en paquete. El portal con el manejo a modo de la información y las encuestas a modo y la asesorí­a a modo.
La ley era así­: “Tú dime el resultado de la encuesta que deseas y te lo justifico con la estadí­stica”.
Incluso, tanto los portales como las encuestas y las asesorí­as fueron prostituidas con el dinero fácil de la secretarí­a de Finanzas y Planeación.
Nunca como entonces floreció el diezmo y el doble diezmo.
La información periodí­stica… al mejor postor, manejando, además, pura basura y que sólo producí­a el vómito.
Lo peor: cada portal, dueño de la verdad.

VIERNES
Redes sociales con jóvenes

En el Plan Estatal asientan la siguiente filosofí­a de comunicación social:
“De los entrevistas, 47 por ciento, casi uno de cada dos, mencionó contar con conexión a Internet para informarse, pero 44 por ciento no consulta nunca portales.
A partir de este dato se enfatiza la necesidad de promover el uso de redes sociales para informar a la población de Veracruz, es decir, implementar acciones innovadoras de comunicación, sobre todo, para incidir en jóvenes, que es la subpoblación menos motivada a participar en temas de ciudadaní­a, gobierno y polí­tica”.
Tal cual, una de los objetivos de la Yunicidad. El gran sentido social de las redes, teniendo como objetivo central a los jóvenes, toda vez que más del 56 por ciento de la población es menor de 30 años de edad, todos, claro, en edad de votar, y quienes habrí­an nacido con un celular, una computadora, un IPAD bajo el brazo, a excepción, y por desgracia, de los jóvenes indí­genas y una parte sustancial de los campesinos.