las aguas del Golfo de México frente al municipio de Agua Dulce, una avioneta pequeña surcaba el cielo.

La aeronave se trataba de una Cessna modelo P210NII, del año 1978, con matrí­cula XB-NJP y es propiedad del grupo Promessa, una empresa fundada en el año 1981 en el sureste del paí­s y que se dedica a la compra y venta de material eléctrico de alta, media y baja tensión.

El viaje, entonces, era de negocios. El contador público Javier Raúl Caballero Rodrí­guez, de 51 años de edad, gerente de la Sucursal Norte de Promessa, y la joven Trinidad Agama Martí­nez, de 18 años, agente de ventas, se trasladaban desde Mérida, Yucatán, hasta el puerto de Veracruz para visitar a unos clientes y concretar una venta.

La avioneta, con una capacidad para cuatro personas y un precio estimado de 215 mil dólares, debí­a haber despegado a las 9 de la mañana para llegar a las 3 de la tarde al puerto jarocho, pero la salida se retrasó, comentan familiares del contador. Además de los dos trabajadores de Promessa, iban a bordo el capitán del vehí­culo, Rodolfo Garcí­a, “Queri”, y el copiloto, Jorge Torres.

Poco después del mediodí­a, la Cessna habí­a ingresado a territorio veracruzano, pero se encontró con pésimas condiciones meteorológicas. El piloto se comunicó con el aeropuerto de Canticas, ubicado entre Coatzacoalcos y Minatitlán, a poco más de 35 kilómetros de donde ellos se encontraban, y pidió permiso para hacer un aterrizaje de emergencia, pero la aeronave nunca llegó.

Desaparecida en el radar, la última ubicación confirmada por parte del aeropuerto fue entre los lí­mites del municipio de Agua Dulce y la congregación de Villa Allende, de Coatzacoalcos. Protección Civil estatal emitió un comunicado interno a las oficinas regionales y, por la tarde, elementos de Seguridad Pública del Estado (SSP) con base en Las Choapas y de la Policí­a Municipal de Agua Dulce iniciaron la búsqueda por tierra junto con elementos federales.

El segundo viaje

Javier Raúl Caballero Rodrí­guez, de 51 años de edad, tiene 26 años de trabajar en la empresa Promessa, en Mérida, Yucatán. Su esposa, Marí­a Rodrí­guez, y su hijo, Javier Caballero, han iniciado una búsqueda por redes sociales para dar con el paradero del contador público y de los otros tres tripulantes.

“Es angustiante no saber del paradero de estas personas y más de mi esposo”, comenta Marí­a Rodrí­guez, quien agrega las caracterí­sticas de Javier Raúl Caballero: Es un hombre robusto de piel blanca, cabello rizado color castaño, de estatura aproximada de 1.75 metros y de peso aproximado de 95 kilogramos, sin tatuajes y color de ojos café claro.

La última vez que Javier Raúl se comunicó con su familia fue el martes a las 12:35 del dí­a, por WhatsApp. “Me informó que aterrizarán en Minatitlán por el mal tiempo que hay en Veracruz y por lo que considero ellos habrán aterrizado entre Santa Marí­a, Lomas de Barrillas o Estero del Pantano y seria bueno que checaran por esos rumbos”, solicitó Marí­a.

Por otra parte, el joven Javier Caballero, hijo del contador, explicó que era la segunda vez que su padre viajaba en una aeronave de la empresa y también era la segunda vez en la misma semana, por lo que no imaginaban que algo así­ podrí­a suceder. “A las 12 nos reportó que habí­a mal tiempo”, fue lo último que pudieron saber del trabajador de Promessa.

“Por favor, pido toda la ayuda posible su localización”, señala la esposa, quien además agrega que hasta la tarde del martes no habí­an tenido contacto directo con las autoridades veracruzanas, por lo que mucha de la información que han obtenido es a través de medios de comunicación.

Era su primer dí­a

Trinidad Agama Martí­nez es una joven de 18 años de edad que se encuentra en el último año de la Escuela Preparatoria Uno, en Mérida, Yucatán. Apenas habí­a comenzado a combinar estudio y trabajo y su primer empleo era ser agente de ventas en el grupo Promessa. De hecho, el 20 de diciembre, era su primer dí­a.

Trinidad abordó la avioneta que la llevarí­a a Veracruz para ayudar a concretar una venta de equipo eléctrico. Era un trato importante y la joven se encontraba emocionada por su nuevo empleo.

Como muchas jóvenes de su edad, era activa en redes sociales, en donde publicaba fotografí­as y sus gustos de comida, vestido o series de televisión. Su última actualización fue apenas el 18 de diciembre, por la tarde, cuando cambió su fotografí­a de perfil, apenas dos dí­as antes del presunto accidente.

“No nos estamos dejando llevar por cosas de internet”, señala Yady Martí­nez, tí­a de la jovencita, ante las versiones de que la avioneta fue encontrada en villa Allende, sin rastro de los pasajeros, aunque se rehusa a dar más información ante esta situación y sólo apunta que mantienen la esperanza.

Antes de mudarse a Mérida, Trinidad Agama habí­a pasado los primeros años de su vida en la ciudad de Las Choapas, municipio vecino de Agua Dulce, en donde ahora se concentra la búsqueda de la joven y de otros tres tripulantes.

No pierden esperanzas

Un dí­a después de que se reportara la desaparición de la aeronave, el miércoles, se sumaron efectivos de la Secretarí­a de Marina (SEMAR) y nuevamente la Policí­a Estatal y Municipal hicieron recorridos por la lí­nea costera de Agua Dulce, a través de un camino de terracerí­a que cruza ranchos llenos de cocoteros a pocos metros de la playa, pero hasta la tarde, no se habí­a reportado el hallazgo de la avioneta.

Según Protección Civil estatal, la avioneta pudo haber caí­do en el mar. Los pocos pobladores de los ejidos ubicados en la zona, comentan no haber visto la aeronave, por lo que se ha descartado que llegara a tierra; no obstante, los familiares de los tripulantes poseen esperanzas y piden ayuda a través de redes sociales para que no se detenga la búsqueda.

Por la tarde del miércoles habí­a circulado una versión en la que se aseguraba que la Cessna habí­a sido encontrada en villa Allende, pero las corporaciones de seguridad y de emergencias lo desmintieron. La búsqueda sigue desde las costas de Coatzacoalcos hasta las playas de Tonalá y sólo se espera a que el tiempo mejore para iniciar la inspección desde el aire y en las embarcaciones, frente al Golfo de México. “Esperemos en Dios y su bendita misericordia para su localización”, concluyen los familiares de los tripulantes, a más de 24 horas de la última señal.