En entrevista concedida a la gloria del periodismo mexicano don Julio Scherer Garcí­a, quien logró su prestigio y el reconocimiento general de la sociedad, por su lucha frontal en contra de la corrupción, del cinismo, del servilismo, de tantos periodistas que se contagian con polí­ticos "carentes de honestidad y ética"; recién consolidado el triunfo de la Revolución Cubana, el Comandante Fidel Castro le concedió a Scherer una entrevista que "escrita sobre papel" logró la perpetuidad, que nos ha permitido conocer su texto y disfrutarlo plenamente.

El retrato que nos presenta el fundador de la revista Proceso, del recientemente fallecido prócer revolucionario cubano, apenas unos dí­as antes de convertirse en primer Ministro de Cuba en 1959, describe la personalidad de Fidel Castro y plasma su pensamiento, enriquecido con los ideales de Libertad, Igualdad y Justicia; ideas que nunca abandonó durante el largo trayecto en que llevó la conducción polí­tica de Cuba, con los altibajos; contratiempos, oposiciones internas y externas; más los intentos por derrocarlo por soldados norteamericanos y mercenarios que intentaron privar de la vida a Castro; quien permaneció firme en sus convicciones para demostrarse así­ mismo, a su pueblo y a la humanidad, sus inalterables valores éticos-revolucionarios.

Desde muy joven, Fidel Castro lamentaba: ""el gran dolor de los pueblos latinoamericanos por su economí­a quebrantada; considerando el subdesarrollo de Latinoamérica, como la raí­z de todos sus males"". El pueblo cubano, pero sobre todo la juventud de la Habana que precedió a la generación del Comandante Castro, quedó sumamente decepcionada del trato de los norteamericanos con su constante asedio para apropiarse de los recursos naturales, de la producción agrí­cola y de la mano de obra; pues no les importaba que los cubanos quedaran con un palmo de narices, cuando los norteamericanos ya no necesitaban de su alianza y servicios; entonces los gringos los abandonaban a su suerte y sin consideración alguna.

Es precisamente el trato de los norteamericanos hacia Latinoamérica, invasor, explotador y ladrón de todo aquello que le puede servir para beneficio de los gringos, lo que genera un sentimiento de rechazo "bien ganado" en contra de los vecinos del norte; pero también un sentimiento de temor por el espí­ritu belicoso, abusivo y arrogante, que les ha convertido en "policí­as del mundo".

El Comandante Fidel Castro, mostró siempre plena conciencia de que "el gobierno popular", es el único que tiene sustento para mantener en alto las banderas de las demandas más sentidas de la sociedad, porque únicamente los hombres y mujeres convencidos del rumbo de la patria, serán capaces de ofrendar su vida para lograr la meta. De ahí­ que para Castro, el gobierno resulta ser el ejecutante fiel de la voz del pueblo y el lí­der, solo se constituye en el mandatario, ejecutor o mandadero del pueblo.

Siempre se ha dicho que el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, hombre de confianza de nuestro sistema polí­tico, fue el principal contacto del estado mexicano con el de Cuba, por su vinculación (protección, patrocinio y participación) en el regreso del Comandante Fidel Castro para reiniciar su lucha en la Sierra Maestra de Cuba; hecho histórico que sobrevaluo los bonos polí­ticos del ex gobernador veracruzano y hombre leyenda, de quien también se afirma, contribuyó de manera decidida a la visita del Comandante Castro, como un sí­mbolo histórico y representante viviente, de los defensores de la libertad latinoamericana, que acudieron a dar realce a la toma de posesión del licenciado Carlos Salinas de Gortari, como presidente de México el primero de diciembre de 1988.

Los hechos relatados, nuevamente resultan testarudos, frente al dato que registra la entrevista del periodista Julio Scherer Garcí­a al Comandante Fidel Castro, realizada antes de tomar posesión de su cargo en enero de 1959, pues poco se ha dicho que Fidel Castro, invitó personalmente al General Lázaro Cárdenas del Rí­o, ex presidente de México y auténtico cachorro de la Revolución Mexicana, para asistir a tan importante ceremonia, hecho que permitirí­a a Castro, agradecer todo el apoyo al proyecto recibido, a través de don Fernando, pero indiscutiblemente con toda la fuerza y respaldo de los Pinos.

Para Castro Ruz, constituyó verdaderamente un honor, como él mismo lo dijo: "" estrechar la mano del insigne patriota Lázaro Cárdenas, el dí­a de su ascenso al poder""; y de todo este relato " escrito en papel", que el tiempo no ha borrado dijera don Julio Scherer, nos hemos podido informar, para sentirnos orgullosos de Latinoamérica y de los personajes que han honrado a México, por su congruencia, por su forma de vida, por su pensar en los valores que sustentaron al movimiento de izquierda, nacionalista e independiente impulsado por el Expropiador del Petróleo de México.