Hoy, día del mesero
•Vivir de la propina
•Salario mínimo vale
EMBARCADERO: Hoy es el día del mesero... Uno de ellos, dice: “El salario es el mínimo. 80 pesos diarios. Pero uno vive de la propina”... Y si el cliente es generoso y cumple con el tabulador aprobado en el Congreso de la Unión, que es de un diez a un quince por ciento, entonces, pian pianito, la gallinita llena el buche y ellos son felices
Luis Velázquez
con todo, y que como todo en la vida hay días buenos (500 pesos libres de la parte que han de entregar a la caja para compartir la propina con el personal de cocina) y días malos (unos 200 a 250 pesos)… Claro, ningún ingreso extra en el día de descanso… Si el mes trae 30 días, menos los cuatro del día de descanso, entonces, el ingreso se redondea, en días buenos, a unos 13 mil pesos al mes… De cada mil pesos que ellos facturen con el cliente han de entregar 25 pesos a la caja… Más cabezones se van si el cliente les da una propina del 15 por ciento… Incluso, son tan felices que hasta abren la puerta del restaurante al cliente para retirarse, y más, mucho más, si la cuenta es elevada, digamos, en una comida o en una cena por el consumo de licor… En la mayoría de los casos reciben las prestaciones médicas, sociales y económicas establecidas en la Ley Federal del Trabajo, incluyendo el aguinaldo (tan importante en estas fechas), así sea poquito… Por eso, incluso, hay meseros a quienes en términos generales va tan bien que una tropa importante se ha comprado su carrito y así llegan al trabajo… El riesgo está, sin embargo, con algunos capitanes, quienes cuando de pronto llega un cliente ultra súper generoso (un político, un líder sindical, por ejemplo), los capitanes le echan montón y ellos mismos se vuelven meseros… Y es que en tales casos la propina resulta insólita, como por ejemplo, en los días de gloria de Javier Duarte que solía propinas de hasta de 5 mil pesos…
ROMPEOLAS: En un antro, los meseros, en muchos de ellos meseras, les va mejor… De entrada, el salario oscila entre 120 y 250 pesos diarios (según el nombre y el prestigio), aun cuando, claro, los días mejores son los fines de semana, pues en los restantes suelen estar vacíos… Pero, pero en un antro entre el gerente y/o el dueño y el mesero roban al cliente, sobre todo, cuando está ebrio… Por ejemplo, en estado etílico en que por lo regular se está en la inconsciencia, si el cliente pide una botella de licor siempre le dan una más barata, pero la cobran a precio de oro… Por ejemplo, una mesera, que también trabaja como fichera, en un antro suele llevarse hasta dos mil pesos diarios de propina… Y más cuando toman al mismo nivel que el cliente… Una cerveza comprada en la distribuidora suele costar, digamos, unos diez pesos, pero en el antro la venden a 120 pesos… Y la mitad de la ganancia es para la caja y la otra mitad para la chica… Y las chicas/meseras/ficheras le entran duro y tupido al consumo de la cerveza… Y aun cuando hacia el amanecer están en la plenitud de la borrachera ya sacaron la noche… Y si el cliente se emborracha, entonces, y en un descuido, le siguen metiendo la fiaca y hasta le cobran dos veces la cuenta… Y en tales circunstancias, y además del salario, se llevan de 1,500 a dos mil pesos por noche… Y si de por medio fichan y se van con el cliente, entonces, el ingreso se multiplica, a tono con la canción cabaretera de Agustín Lara de “cada noche un amor”…
ASTILLEROS: En los casos de las meseras en los antros suelen trabajar doce horas diarias, o más… De 3 de la tarde a 3, 4, 5 de la madrugada… Y todavía, de ñapa, circunstancia insólita y admirable, son madres de familia, amas de casa, que a primera hora están listas para levantar a los niños, preparar el desayuno y llevarlos a la escuela… Y luego enseguida regresar a casa para dormir un ratito, y organizar la comida del mediodía, y estar listas para entrar otra vez al antro a las 3 de la tarde… Hay meseras con otros niveles… Aquellas que laboran en un restaurante de lujín, digamos, y en donde de igual manera, la gran apuesta es por las propinas… Por eso, la propina merece un himno nacional, una canción de “Los tigres del norte” y/o de Paquita la del barrio… Y más, porque con frecuencia el salario mínimo sale sobrando y apenas les alcanza para que los meseros a su vez las repartan en los centros nocturnos donde suelen desfogarse de las tensiones diarias y contratar una galopina para pasar el dulce y fogoso amanecer… Cada cliente suele tener, animal de costumbres y hábitos, su mesa y su mesero favorito… Por eso hoy, ofrézcale una propinita mejor, pero también un abracito, un apretoncito de manos, un besito en el cachete para su felicidad absoluta… Y más, si es una meserita uniformada con ropita folclórica…