un caso más en el estado, que se encuentre a las ví­ctimas y se castigue a los responsables.

Hay quienes desde hace más de diez años confiesan ver el sol y despertar con fe, pero cuando llega la noche vuelve a oscurecerse y, a diferencia de lo brillante de las estrellas, su alma se apaga y el llanto es lo único que queda para limpiar el dolor que a la mañana siguiente se vuelve a convertir en esperanza.

"Mi fe y mi esperanza nunca mueren, todos los dí­as amanezco con que hoy va a ser el dí­a en que reciba una llamada de que ya los localizaron, acaba el dí­a, lloraré de impotencia, pero al otro vuelvo a tener fe" relató Araceli Salcedo Jiménez, madre de Fernanda Rubí­ Salcedo, quien desde hace cuatro años despareció en Orizaba.

Con mantas y cartulinas en las manos, la mirada cansada, y una sonrisa desdibujada pero con fe y esperanza, pidieron sensibilidad por parte de las autoridades para tratar que estos casos que durante "el gobernador oscuro"- como lo llamaron- era el pan de cada dí­a, ahora quede atrás.

Mientras Yunes Linares anunciaba las iniciativas que enviará al Congreso del Estado como la ley estatal de desaparición forzada, misma que se homologará con la federal que aún no ha sido aprobada, la creación de la comisión estatal de búsqueda otra más para la creación de la comisión de la verdad, las madres y familiares exigí­an justicia.

Tras entonar el Himno Nacional, y recibir la medalla y diploma Adolfo Ruiz Cortines, los familiares interrumpieron los aplausos que comenzaron los diputados y el mandatario para exclamar: "Ni un desaparecido más, ni uno más. Fue el estado".

Aunque con dolor, los integrantes de los colectivos de desaparecidos dijeron confiar en el gobierno de Veracruz y su compromiso de resolver los casos y dar justicia en estos crí­menes cometidos durante la administración del prófugo de la justicia, Javier Duarte de Ochoa.