El góber que soñó, digamos, con un sexenio pací­fico en el discurso resultó el más sangriento… Por desgracia para él, el ex góber tuitero envejeció antes de tiempo y el alma se le pudrió… Huérfano de padre a los 11 años de edad conoció pronto el mundo resbaladizo y frí­volo de la polí­tica y la fortuna y la riqueza fácil que llevara a la Procuradurí­a General de Justicia de la república a expedir la orden de aprehensión por enriquecimiento ilí­cito y peculado, pero de igual manera, por delincuencia organizada y lavado de dinero… Ahora, es el exgobernador más buscado del paí­s, acusado del más corrupto, corrupto entre los corruptos, que recuerda, por ejemplo, a Calí­gula, quien de acuerdo con Suetonio, ordenaba que los pisos de todas las habitaciones de su palacio fueran sembradas con oro y dinero y luego descalzo caminaba y bailoteaba encima para sentir, él que creí­a en los brujos y los santeros, la buena vibra y el mejor karma en la planta de los pies… Ligado a la historia, JD tiene una vida paralela con Juan Gabriel, quien al morir tení­a cien mansiones, pues la PGR ha descubierto al góber prófugo 14 residencias en Veracruz, la Ciudad de México y el extranjero que ni siquiera, vaya, tiene Barack Obama con todo y ser el polí­tico más poderoso del planeta…

ROMPEOLAS: Muchos años antes decí­a que de niño fue panadero y se levantaba a las 4, 5 de la mañana, antes de que los gallos cantaran, y amasaba la harina para elaborar canillas, que tanto le gustaban, y que luego canasta al hombro se iba a venderlas en la ruta de Omealca a Tezonapa, gritando con su voz de flauta, voz de Francisco Franco, “El panadero lleg󔝅 De niño, en el Instituto Rougier, del puerto jarocho, donde estudiara el primero, el segundo y el tercer año de primaria, le apodaban “El come-moco”… En Córdoba, donde terminó la educación básica tuvo compañeros con apellido de abolengo, riquillos (los Mansur, los Porres, los Franky Garcí­a, etcétera) y quizá por el bullying de entonces y su apellido sin prosapia, cuando trepó al poder polí­tico, dueño del dí­a y de la noche, un ejército de lacayos al servicio, se destrampó tanto tanto tanto que terminó atropellando los derechos humanos como nunca antes en la historia social del Golfo de México… Y es que sólo de recordar el infierno que hemos vivido durante casi seis años la carne y la piel se ponen de gallina… Por ejemplo, el hombre que jugaba con sus seis perros, y que en el Valle de México tiene, se afirma, un rancho con alberca para sus caballos finos de carrera, y que le gustan los frutsis y enviaba el helicóptero oficial a Córdoba para que los escoltas le compraran sus tortas preferidas en “La rielera”, y que estaba seguro que todo gobernador en automático se vuelve sexy para las mujeres, ha terminado “a salto de mata”, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero, que significan delitos mayores, pero además, los peores delitos en la vida de un hombre público… Ninguna ideologí­a justifica, ningún dios perdona, ningún sicólogo ni siquiera avala el tinaco mental tan revolcado en que se volvió la menta de Javier Duarte… Por ejemplo, el hecho de que los carteles y cartelitos tuvieran licencia para matar en Veracruz bajo su reinado… Y menos, mucho menos, cuando entre los muertos hay niños… Incluso, bebés ejecutados hasta con el tiro de gracia en brazos de sus madres, como fuera el caso del niño fusilado con sus padres en una comunidad de Paso de Ovejas… Sólo Himler, el asesino de Adolf Hitler, entraba de puntitas a su casa en la madrugada para que los gorriones que tení­a en su jaula siguieran dormidos sin sobresaltarse…

ASTILLEROS: El duartismo significó un festí­n de buitres, gobernado por vidas torcidas… Con todo, en el rompecabezas falta una ficha para determinar el momento en qué Javier Duarte y los suyos se jodieron y jodieron a Veracruz… Más aún, si se considera que su esposa y su suegro, el gran litigante del sur/sureste del paí­s, callaran ante “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción polí­tica” y aceptaran, cómplices, los desvarí­os y los excesos… Ellos miraron su desenfreno para acumular más y más riqueza, riqueza de todo tipo, y ellos fueron testigos de que se fue despresurizando de la mente al grado de perder el rumbo y ellos, esposa y suegro, nunca levantaron la voz para frenar el descarrilamiento… Muchos meses después, los muertos están muertos y ni el profeta Elí­as, que también tení­a, como Jesús, el poder de resucitar, pues resucitó al hijo de la viuda que le daba de comer de gratis en tiempo de sus vacas flacas, en que, además, andaba de huida, evitarí­a con su fuerza superior el desenlace fatal en que JD está terminando sus dí­as… Javier Duarte ha tenido, no obstante, una vida interesante… Como gobernador recibió todos los halagos del mundo que sólo se hacen a los muertos… Y ahora cuando anda prófugo de la justicia ha recibido todas las maldiciones de la tierra que suelen darse a los enemigos y adversarios y a uno que otro vecino incómodo…