Aniquilado por las tribus y las hordas sedientas de cargos públicos, con un Rogelio Franco Castán que llamaba “jefe máximo” al priista Érick Lagos, reciclado como panista, el ex priista Miguel íngel Yunes Linares les cumplió el sueño.
Fuera del PRD los fundadores del partido (Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador y Rosario Robles, entre otros), en teorí­a les tocarí­a el 50 por ciento de los dos mil puestos a repartir.
Pero en la práctica, y dado que apenas, apenitas tienen 33 de los 212 presidentes municipales, la mayorí­a pequeños rincones de Veracruz, el abanico se reducirá a unos cuantos.
Por ejemplo, el cargo más alto que ocuparí­a el presidente del CDE será una subsecretarí­a, por ahí­, perdidita en el mapa.
Ni siquiera, vaya, una secretarí­a.
Sergio Rodrí­guez Cortés, el expresidente, y el alcalde de Ciudad Mendoza, a quien el Yunes azul llamó “el demócrata ejemplar”, quizá, acaso, porque trabajó con Fidel Herrera y Javier Duarte, será diputado local. Pago suficiente.
Uriel Flores Aguayo, aquel ex diputado federal que llegara a la curul de la mano de Érick Lagos, incluido el billetito fresco que salí­a desde la secretarí­a General de Gobierno, tendrí­a quizá un carguito chiquito.
Y más, porque hace polí­tica desde el café y para los medios.
Y más, porque arrastra malas cuentas desde que perdiera el distrito.
Agustí­n Mantilla, ex diputado local, también podrí­a colarse. Pero de igual manera, por ahí­, estrellita opaca en el universo, gotita de agua en el océano.
Bastarí­a referir que Yunes Linares, “vieja chucha cuerera” que provocó la ira de Roberto Madrazo, que fue debut y despedida con Elba Esther Gordillo, que entró con Vicente Fox a palacio nacional y repitió con Felipe Calderón, calienta y entibia a su gusto a las tribus perredistas.

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La bolita de cristal de un perredista olfatea que con un PRD en el caudal mí­nimo, sin liderazgo real, con relaciones peligrosas con el PRI, el gobernador de 2 años les jugará con un dulcecito en la boca.
Por ejemplo, Franco Castán estarí­a destinado a la subsecretarí­a de Desarrollo Social, una dependencia que combate la pobreza, pero sin presupuesto, y a través de puras despensitas y laminitas.
Y si, digamos, se pusiera bronco y alebrestado reclamando espacios superiores, entonces, hasta Arturo Hérviz, con tal de ganar un espacio, le sacarí­a “sus trapitos al sol” del tiempo aquel cuando lo decepcionara por su codicia sin lí­mites y lo congelara, asustado con su corrupción.
En todo caso, Yunes ya le habrí­a pagado el favor pendiente a Rogelio Franco desde el momento en que le pidiera una audiencia para Érick Lagos, ahora cuando los priistas están mirando la guillotina afilada de la PGR en contra de Javier Duarte y todos buscan salvar el pellejo.
Y si Hérviz soñara, digamos, con una secretarí­a, dado su pasado como presidente del partido, diputado local y federal y senador de la república, las hordas están listas para resucitarlo aquel fraude de los Sofoles a más de 3 mil personas (desde Coatepec hasta Tierra Blanca) con la venta de unas viviendas.
Freddy Ayala, el “Niño Pí­pila” de Érick Lagos en el PRD, uno y otro chaqueteros con Ignacio Morales Lechuga cuando en 1998 fue candidato opositor a gobernador y lo traicionaran, anda replegado, mejor dicho, ocupado y concentrado en su ranchito en Sayula de Alemán.
Crecido a la sombra de Rogelio Franco, a Jesús Velázquez le quedan doce dí­as como diputado local y que ya serán de simple trámite.
Pero si la fuerza polí­tica débil, anémica y enclenque de Franco ni siquiera le alcanzó para nombrar lí­der de la bancada perredista a Sergio Rodrí­guez en el Congreso y Jazmí­n Copete lo rebasó, entonces, Velázquez podrí­a, digamos, reducirse a cargarle la maleta.
De ahí­ pa”™lante, la militancia perredista, ninguna posibilidad de entrar a palacio al lado del Yunes azul.
Quizá les darí­a para una chambita como agentes de Tránsito y/o custodios en algún penal…, con manos libres para “ordeñar la vaca” y en un descuido hasta llevarse la vaca a casa, dado la fama pública de los negociazos, hasta con los carteles, en los reclusorios.

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La exazafata Alejandra Barrales, presidenta del CEN del PRD, querrá su cuota, pero el Yunes azul la chamaqueará.
“Los Chuchos” también desearí­an su parcela, pero en todo caso el compromiso, si tal existiera, serí­a con Agustí­n Basave, cuyo tiempo directivo terminó harto de luchar con las tribus y las hordas.
Peor tantito si se considera que como partido de izquierda, el PRD en Veracruz, igual que en el resto del paí­s, fue rebasado por Morena, con todo y que Andrés Manuel López Obrador es un polí­tico absorbente y autoritario, populista y mesiánico.
Si Yunes ganó con una alianza del PAN y PRD fue para un simple impacto social, sin mayor trascendencia, fuego artificial, digamos, en el mejor de los casos, para evitar que una parte mí­nima de los votos se fueran con otro candidato.
En el reparto de las mieles apenas y tocarán baranda.