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Historias de desaparecidos
16 octubre, 2016

Cinco años perdida en una fosa común

•El caso de Gemma Mávil Hernández, secuestrada y asesinada en 2011
•Su padre, Pedro Mávil, descubrió que el cadáver fue enviado a la fosa común en el Panteón de Palo Verde, Xalapa. Y desde entonces, luego de tres exhumaciones, su hija no aparece.
•De tres detenidos, uno falleció en "el interrogatorio", otro obtuvo su libertad y el último no ha querido dar detalles sobre el secuestro de la chica
•Egresada de la Universidad Veracruzana, polí­glota, realizarí­a una maestrí­a en Canadá; pero su vida desapareció en el mundo de Javier Duarte y Flavino Rí­os

Miguel íngel León Carmona

  • Gemma Mávil, secuestrada y asesinada en 2011

  • Gemma Mávil, secuestrada y asesinada en 2011

  • Pedro Mávil, padre de Gemma

El sueño profesional de Gemma Mávil Hernández era estudiar un posgrado en Canadá. Hablaba inglés, francés, italiano y portugués. Sólo necesitaba ahorrar unos meses para emigrar de Veracruz. Pero la secuestraron. Y la asesinaron. Hoy el paradero de su cuerpo es un misterio, Gemma cumple cinco años perdida en una fosa común de la Fiscalí­a General del Estado.

Es el caso de otra joven secuestrada en Veracruz, de 29 años, egresada de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Veracruzana. Pero también el de su padre, Pedro Mávil Hernández, el hombre que a donde va se presenta como una ví­ctima más de la inseguridad que azota al territorio gobernado por Flavino Rí­os Alvarado.

Tras una búsqueda de cinco años en la capital jarocha y sus alrededores, Pedro Mavil comprobó que su hija fue encontrada sin vida desde septiembre de 2011, cuatro meses después de haberla reportado como desaparecida ante la agencia ministerial de Xalapa, Veracruz, carpeta de investigación 844/2011.

El cuerpo de la joven xalapeña en ningún momento fue sometido a confrontaciones de ADN y a los 90 dí­as del hallazgo fue enviada a la fosa común del panteón de Palo Verde, en Xalapa. No obstante que la ley ordena que un cuerpo en calidad de no localizado debe permanecer 365 dí­as en la Dirección de Servicios Periciales por si los familiares reclaman el cadáver.

Fue hasta inicios de 2016 cuando Luis íngel Bravo, Fiscal General, no tuvo otra opción que aceptar y reconocer el trabajo investigador del padre de familia. Prometió desde entonces “voltear el panteón”, de ser necesario hasta encontrar a Gemma Mavil. Meses después, organizaciones civiles exhibirí­an una de las más grandes faltas administrativas en su periodo: Gemma Mávil estaba extraviada entre 192 cadáveres sin reconocer, según reportes de las mismas autoridades del panteón de Palo Verde.

“Es indescriptible el dolor, le pido a Dios fortaleza porque estamos muertos en vida, cada dí­a que pasa sin saber nada de nuestra amada hija es un martirio. A veces uno desea estar en la presencia de Dios, adonde no hay dolor, pero ni modo es nuestra misión y no descansaré hasta recuperarla y darle cristiana sepultura”, comparte Pedro Mávil en entrevista para Blog Expediente.

A continuación se expone la relatorí­a de los hechos en el caso Mávil Hernández. Pero además, se enuncian las faltas que le Fiscalí­a General ha cometido, mismas que pasaron por alto la CIRCULAR 09/2012, oficio PPGJ/88/2012, emitida por el entonces Procurador de Justicia de Veracruz, Amadeo Flores Espinosa, a quien Bravo Contreras responsabiliza de haber entregado “un verdadero cochinero" en el edificio de la procuradurí­a.

“¿ERES PEDRO MíVIL? TENEMOS SECUESTRADA A TU HIJA”

“Mi hija fue secuestrada el 3 de mayo de 2011, en Xalapa, Veracruz, a los 29 años de edad. Estaba con la mejor disposición de servirle a la sociedad, pero antes probar suerte en el extranjero, en Canadá, me la quitaron de las manos”.

Es el génesis del plagio que enuncia Pedro Mávil. La entrevista se pacta en el interior de su vehí­culo, donde no se filtra el viento ni las voces. El padre comienza a navegar en sus recuerdos y se ubica en aquel dí­a martes, a las 9 horas, cuando su hija recibió una invitación por teléfono para emplearse en la capital. Ese fue el pretexto de sus secuestradores.

Gemma dio aviso a su padre sobre la nueva oportunidad laboral que le habí­a surgido. El pase a Canadá si se esmeraba lo suficiente. “Me dice papá, fí­jate que me acaban de hablar unas personas sobre un trabajo. Déjame 50 pesos para ir a Xalapa”.

Don Pedro para entonces no se encontraba en su domicilio, en Coatepec, adyacente a la capital jarocha. El padre regresó de hacer unas compras a las 13 horas. Fue cuando su celular sonó. La llamada provení­a del celular de su hija, pero la voz que le contestó fue de otra mujer. “¿Eres Pedro Mávil?, tenemos secuestrada a tu hija”.

El padre suplicó que no jugaran con temas como esos y tuvo una respuesta a lo lejos. Un grito. “Si soy yo” era la voz de Gemma presume el padre. Los plagiarios no dijeron más y colgaron.

“Yo no hice caso y me quedé pensando. Sin embargo me volvieron a hablar. Otra vez la voz femenina, esa vez utilizaba el peor vocabulario que pueda tener un ser humano”.

El mensaje de la mujer al otro lado del teléfono fue claro. “Si la quieres nuevamente contigo, tienes un dí­a para reunir un millón de pesos. Haz lo que te digo, o te vas a arrepentir”, luego volvió a colgar.

Don Pedro no creí­a lo que estaba sucediendo. Hasta que recibió una llamada de otro de sus hijos y de un amigo de Gemma. Solo así­ la noticia fue ratificada. Gemma Mávil Hernández estaba secuestrada.

Los familiares acudieron a interponer una denuncia ante la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS). Los afectados narraron los hechos y mientras hablaba con el entonces comandante de la dependencia, Enoc Maldonado Caraza, el teléfono de don Pedro sonó otra vez con lada desconocida. Eran las 18 horas de tres de mayo de 2011. Esta vez el emisor era un hombre.

“No te hagas pendejo, hijo de la chingada. Ya te di tiempo para que reúnas el dinero, si para mañana, antes de las 11, no lo tienes, nosotros vamos a actuar y le haremos lo peor forma que te puedas imaginar”.

“A mentadas de madres me quebró psicológicamente. Yo no he escuchado hasta la fecha a una persona tan soez en su vocabulario”, recuerda el padre mientras remira a todos lados que atraviesan el camino donde su testimonio es grabado.

“Deme tiempo. Entienda que yo no tengo ningún negocio. Si ustedes me conocen saben que voy al dí­a.. No sé por qué se fijaron en mi familia. Quizá ustedes cometieron un error”, pero la voz que escuchaba los ruegos volvió a colgar.

“PEDíAN UN MILLÓN… YO ALCANCÉ A JUNTAR 40 MIL PESOS”

Don Pedro tocó puertas con la familia, conocidos para juntar el rescate millonario de su hija. Dos mil, tres mil pesos cooperaban sus allegados. Sin embargo la hora se aproximaba y don Pedro habí­a juntado apenas 40 mil pesos. Don Pedro querí­a todo, menos que su teléfono celular volviera a sonar.

“Te vamos a dar un chance. Lo que tienes, mételo a una bolsa chica de plástico y luego a una bolsa grande de dama, que sea floreada. El paquete me lo entregarás en el parque de Los Berros, (al centro de Xalapa). A ver si con eso la soltamos”, exclamó el de la voz masculina.

La familia no sabí­a qué hacer. Entonces Enoc Maldonado Caraza, entonces comandante de la UECS, sugirió desplegar un operativo anti secuestro, que no se alarmaran pues los indicios de la investigación anunciaban que se trataba de una banda de reciente creación.

El padre, temeroso, aceptó. Sin saber que el operativo serí­a un fracaso. Que si bien se capturarí­an a tres personas. Gemma Mávil no serí­a entregada. La comunicación secuestradores ”” familiares se largarí­a para siempre.

El dinero se entregó en el lugar pactado el cuatro de mayo de 2011. Las fuerzas del orden detuvieron a tres personas, dos de sexo masculinos y uno del sexo femenino. Sin embargo los problemas llegarí­an en las siguientes horas. La mujer comprobó ser solo una transeúnte que coincidió en la hora y el lugar del operativo y uno de los hombres detenidos murió en pleno interrogatorio.

Según el reporte asentado en la carpeta de investigación 844/2011, uno de los presuntos agresores falleció de manera instantánea por un paro fulminante al corazón.

“Es un tema que no he querido escudriñar, porque mi prioridad es encontrar a Gemma, pero la persona que murió sabí­a nombres de actores materiales e intelectuales y lamentablemente la verdad se la llevó a la tumba”, se lamenta Pedro Mávil.

En tanto al segundo secuestrador, se le llevó a cabo una radicación por causa penal al juzgado tercero de primera instancia y fue trasladado al Penal de Pacho Viejo, donde cumple una sentencia por 27 años. Sin embargo, hasta la fecha no ha querido declarar detalle alguno sobre lo sucedido con Gemma Mávil en 2011. Lo único que hizo en beneficio de los afectados, fue señalar a un tercero implicado en el secuestro, “El Enano”.

Tras un año de investigaciones, es detenido El Enano. Sin embargo, de poco valieron los señalamientos en su contra, pues luego de dos años preso, también en el penal de Pacho Viejo, obtuvo su libertad mediante un amparo.

“Esta persona, “El Enano” no salió porque hubiera demostrado su inocencia, sino porque la Juez aplicó un criterio equí­voco y ganaron el amparo, por una mala aplicación de la ley, supuestamente la aplicación de una regla prescrita lo dejó en libertad”, reclama Pedro Mávil.

Así­ concluí­a un secuestro fallido a cargo de la entonces Procuradurí­a General de Justicia de Veracruz. Pero a la par, comenzaban cinco años de búsqueda para la familia Mávil Hernández. Hasta que don Pedro se enteró que el cadáver de su hija habí­a sido hallado en la colonia Coralillos, en Xalapa, Veracruz, en septiembre de 2011.

Según dictan las investigaciones ministeriales, Gemma nunca fue trasladada a otra ciudad y la tuvieron privada de su libertad de mayo a agosto de 2011 (cuatro meses). En septiembre de 2011 el cadáver de la joven fue hallado y posteriormente trasladado a la Dirección de Servicios Periciales en Xalapa. 30 dí­as después, en octubre, la enví­an al área de la fosa común en el Panteón de Palo Verde.

Desde entonces, se han practicado tres exhumaciones, siendo el resultado adverso para los afectados, pues Gemma no aparece en el predio municipal. Autoridades del cementerio Palo Verde, aseguran que 192 cuerpos han sido inhumados desde 2011, es el mundo pestilente donde la joven veracruzana se encuentra extraviada.

“La Fiscalí­a del Estado manejó el caso de mi hija como un número más. Desde entonces descubrí­ su falta de capacidad. Pero, ¿por qué a ella?, ¿por qué a mi familia? Si nosotros no dimos motivos. Gemma fue siempre una persona muy entregada a la familia, de principios bien cimentados en la moral, la religión. Hoy solo pedimos nos la regresen, porque merece un lugar adonde la visitemos y le llevamos flores” solicita Pedro Mávil.


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