La crí­tica y autocrí­tica del presidente de la república Enrique Peña Nieto sobre la corrupción que ha permeado en todos los sectores sociales de México fue certera; sobre todo porque ha llegado a todos los niveles de los hombres y mujeres dedicados al ejercicio y práctica de la polí­tica, incluyéndose desde luego al principal inquilino de los Pinos, quien en su discurso inaugural de la Semana Nacional de Transparencia, fue contundente al señalar a los detentadores, poseedores o acaparadores de la riqueza nacional, como cómplices de la corrupción y beneficiarios de la impunidad es decir, les puso el dedo en la llaga a los principales quejosos de la inseguridad, corrupción e impunidad que prevalece en todo el territorio nacional.

Parafraseando el lema de campaña que utilizara el ex presidente José López Portillo "la solución somos todos", que al término de su periodo de gobierno el estribillo se cambió por el de "la corrupción somos todos", después de que se hicieran públicas las inmensas fortunas de López Portillo y su familia, incluyendo la colina del perro hoy en manos de su última esposa, la ex reina del celuloide cabaretero Sasha Montenegro; y otros business que le endilgaron a doña Carmen Romano de López Portillo; al "orgullo de mi nepotismo" José Ramón López Portillo Romano; a la dueña sexenal del "claustro de Sor Juana" Margarita López Portillo, mujer temperamental, caprichosa y de gran poder, a tal grado que solo JOLOPO podí­a contradecir sus órdenes; de ahí­ que al pueblo que nunca se equivoca, al verse empobrecido y marginado, no le quedó más que el consuelo de burlarse de la clase gobernante con el señalamiento que hoy retoma el presidente Peña Nieto cuando afirma que :""nadie está libre de corrupción"".

En pasajes evangélicos alusivos a "Marí­a Magdalena", además de reconocer que acompañó a Jesus de Nazareth durante su crucifixión, también se le atribuye en el evangelio de Juan, haber sido testigo de una aparición de Jesus resucitado; se dice también que Marí­a Magdalena ungió con perfumes los pies de Jesus y los "enjugó con sus cabellos" antes de su llegada a Jerusalén. En el evangelio de Lucas se afirma que Marí­a Magdalena alojó y proveyó de cosas materiales a Jesus y sus discí­pulos durante su predicación en Galilea; y se agrega que Jesus curó a algunas mujeres de enfermedades y espí­ritus malignos, logrando sacar de Magdalena siete demonios. Siendo acusada Marí­a Magdalena de practicar el adulterio y ante una multitud embrutecida que pretendí­a lapidarla arrojándole piedras en presencia de Jesucristo; levantando su manto protector Jesus de Nazareth, detuvo a los lapidarios con la expresión enérgica a la que hoy recurre el presidente Enrique Peña Nieto, a saber: EL QUE ESTÉ LIMPIO DE PECADO, QUE ARROJE LA PRIMERA PIEDRA.

Toda la razón le asiste al presidente de la república, aunque la crí­tica lapidaria en la mayorí­a de los medios de comunicación, sepulte a la figura presidencial (hasta en caricaturas irreverentes) que lo exhiben derribado y con un montí­culo de piedras que dejan ver al primer mandatario sucumbir ante los proyectiles de los hipócritas, de doble moral, que se corrompen a la menor oportunidad para recibir dádivas con la mano izquierda, mientras que utilizan la mano derecha para lanzar la primera piedra, con una falta de vergí¼enza que confirma su indignidad y los condena a vivir con la intranquilidad de conciencia y un imperdonable cinismo.

Pareciera que estuviéramos viendo a los secretarios del gabinete peñista y toda su estructura burocrática dependiente del poder ejecutivo; a miembros del Poder Judicial, desde ministros, magistrados y jueces de la federación; y a los en otro tiempo distinguidos miembros del Honorable Congreso de la Unión, senadores, diputados y estructura administrativa, lanzando piedras al presidente y fingiendo estar libres de corrupción. Lo mismo puede afirmarse de los hombres y mujeres que conforman la burocracia polí­tica desde el más alto rango, hasta el último cargo, en los gobiernos estatales y municipales, en los que "sin duda" el presidente Peña Nieto tení­a en mente al acusar que: "" la corrupción está en todos los órdenes de la sociedad y en todos los ámbitos"", por lo que sin recordar al grupo HIGA, a la Ley 3 de 3, a la Casa Blanca, a los suntuosos viajes innecesarios al extranjero en el nuevo avión presidencial, a la vestimenta y alhajas de la corte que acompaña siempre al presidente, y a la vieja tesis profesional atribuida al preciso con un gran contenido de capí­tulos plagiados, estructuró su mensaje como dice el bulgo "escupiendo para arriba".

Otro lema de campaña que recordamos alusivo al tema, en la voz de Miguel de la Madrid Hurtado, quien lo decí­a tan convencido que llegamos a creer que era cierto, cuando expresaba en la búsqueda del voto popular lo siguiente : ""vamos por la renovación moral de la sociedad"", lo que muestra que desde los años ochenta ya era un clamor acabar con la corrupción de los gobernantes; lo que nos lleva a reflexionar que han transcurrido tres décadas sin que nadie haga nada, desde el único lugar en que se puede hacer, es decir, desde el GOBIERNO, para desterrar de una vez por todas la corrupción.

SE LOS FIRMO ANTE NOTARIO PÚBLICO Y SE LOS CUMPLO, ese fue el principal estribillo de campaña del señor presidente Enrique Peña Nieto, quien acababa de dejar el gobierno del Estado de México, sin haber cumplido muchas promesas que sus paisanos mexiquenses todaví­a reclaman ahora al gobernador en turno Eruviel ívila, uno de tantos que suspiran por la candidatura presidencial por el PRI para el 2018. Por el PAN, la contra parte de Peña Nieto fue doña Josefina Vázquez Mota, quien empezó a subir en las preferencias electorales para alcanzar al del PRI y de paso jalar al candidato del PRD Andrés Manuel López Obrador, contrarrestando el lema del tricolor, con la afirmación contundente "Peña no cumple", frase lapidaria que acompañada de algunos ejemplos recomendados por los encargados del marketing polí­tico de Josefina Vázquez Mota, la llevaron al punto de ganar la elección; basta recordar que en Veracruz, Josefina la del PAN le ganó a don Enrique del PRI y a AMLO del PRD, no obstante, que siempre se ha dicho que Veracruz es la reserva electoral del PRI.

Por lo que toca a la pasada elección de gobernador, hoy se puede considerar que el PRI en Veracruz dejó de ser la reserva electoral con la derrota el pasado 5 de junio del candidato a gobernador y de los candidatos a diputados locales que forman minorí­a para la integración de la próxima legislatura local. Y como todo lo que pronuncia el presidente en turno en este paí­s, marca lí­nea para trabajar en la polí­tica, como caja de resonancia no sólo hay que insistir en que el que esté limpio de culpa que lance la primera piedra, sino que habremos de tomarle la palabra al titular del ejecutivo, para acabar de tajo con el mal del nuevo siglo "la corrupción".

La corrupción ha incrementado la inseguridad que se ha tornado insoportable y que ha paralizado a la sociedad en su quehacer cotidiano, por miedo a convertirse en ví­ctima de la delincuencia tolerada precisamente por la corrupción, concluyendo en contrapartida a la convocatoria de Peña Nieto, en que no hay que esperar que lancen la primera piedra ocultando deshonestidad y corrupción, sino que resulta inaplazable a dos años de concluir su mandato, que Peña Nieto ponga fin a la "IMPUNIDAD" que resulta ser la madre de los otros males "la corrupción y la inseguridad".