cargando

En twitter:

8 Columnas
Miércoles 28 septiembre, 2016

Agenda de los candidatos


•Quien ejerce el poder a sangre y fuego termina defenestrado

Reynaldo Escobar

Quien ejerce el poder a sangre y fuego, termina defenestrado.

Por tradición en México, la conquista del poder polí­tico se logra con un pretexto ideológico para luchar enarbolando banderas que justifiquen la insurrección, pero la consumación del empoderamiento, solo se logra a "sangre y fuego"; es decir con la fuerza que inmoviliza al contrario; y una vez obtenido el poder, hay que seguir luchando inteligentemente, con la ley en la mano derecha y con la fuerza pública y el puño cerrado de la mano izquierda.

Basta recordar los principales movimientos armados que registra la historia de México desde la independencia, pasando por la reforma, la revolución y el México de instituciones y del desarrollo estabilizador, cuya máxima expresión se consuma en los albores de la segunda mitad del siglo XX, con el tránsito de un presidencialismo militar a gobiernos civiles, con matices humaní­sticos primero y tecnócratas después, que lo único que logran es desestabilizar al paí­s, engrosando las cifras de la marginación, desempleo, hambre y falta de oportunidades, hasta reducir al máximo el número de quienes detentan patrimonialmente la riqueza nacional.

Por ello se suman ya, por lo menos cinco décadas, de inconformidad social, de protestas populares, de reclamos de las clases sociales empobrecidas que demandan su incorporación al progreso mediante el ejercicio pleno de las garantí­as constitucionales que contienen el derecho a la salud, a la alimentación, a la educación, al trabajo digno y bien remunerado y a la vivienda; esas inconformidades han permitido la participación plural de partidos polí­ticos en los procesos electorales desde los municipios, hasta los gobiernos estatales y la presidencia de la república; pero por más que se ha dado la alternancia, sacando al PRI de la titularidad de los poderes ejecutivo y legislativo, no se ha logrado la estabilidad con justicia y dignidad para el desarrollo de los pueblos, porque el cambio de colores y de siglas en los nuevos gobiernos, no ha resultado suficiente para satisfacer las principales demandas ciudadanas.

Únicamente con el uso de la fuerza pública y derramando sangre, se ha podido silenciar a quienes reclaman la deshonestidad y autoritarismo del gobierno, la desatención a los grupos marginados y el empobrecimiento de más de la mitad de los mexicanos y los hechos, como decí­a Carlos Marx "son testarudos" y para ello basta recordar el movimiento estudiantil de 1968 que aplastó el gobierno de Diaz Ordaz "a sangre y fuego"; el halconazo de 1971 que silenció con muertos y desaparecidos a estudiantes y profesores universitarios, reclamantes también del autoritarismo y abuso del poder del presidente Luis Echeverrí­a ílvarez y del entonces regente capitalino Alfonso Martí­nez Domí­nguez.

De la misma manera a "sangre y fuego" acabaron con la vida de José Francisco Ruiz Massieu; de Luis Donaldo Colosio Murrrieta; y en sospechosos accidentes aéreos, en el gobierno de Fox ocurrió la muerte del secretario de seguridad pública y ex gobernador de Guanajuato Ramón Martí­n Huerta; de Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora, ambos secretarios de gobernación en el gobierno de Felipe de Jesus Calderón Hinojosa, a quien además se le responsabiliza de la muerte de 100 mil mexicanos aproximadamente, ocurridas durante la guerra fallida de Calderón en contra del crimen organizado y los narcotraficantes.

Con Enrique Peña Nieto, basta con señalar a dos años de distancia, muertes y desapariciones en enfrentamientos con policí­as de habitantes de Ayotzinapa, Tanhuato, Tlatalaya y Nochixtlan, más lo que se acumulen en los próximos años, porque a falta de oficio polí­tico y de construcción de acuerdos, lo que importa a los polí­ticos de hoy es mantenerse en el poder "a sangre y fuego"

Una de las recomendaciones a los prí­ncipes hecha por Maquiavelo, dice: "el odio se gana tanto con las buenas acciones, como con las malas"; y la explicación de esa máxima se basa en que para conservar el poder, el que manda está obligado a ser perverso, partiendo de la idea de que la corrupción ha permeado al pueblo y a la policí­a que se encarga de su seguridad; resultando en tal caso la necesidad para mantenerse en el poder, de tolerar y ser partí­cipe de la corrupción generalizada, pues un actuar diferente, convertirí­a las buenas acciones del gobernante, en armas para sus enemigos suficientes para derrocarlo y quitarle el poder que no supo defender "a sangre y fuego".

Esto último es lo que han hecho los polí­ticos mexicanos que gobiernan la república, los estados y algunos municipios, cuyos jefes polí­ticos están siendo descalificados y tendrán que responder ante la justicia por todas sus arbitrariedades cometidas en su gestión, pues el lí­mite de tolerancia de los mexicanos, ya está rebasado y en poco tiempo, a través del sufragio, serán defenestrados.


Deja un comentario

Acerca del blog

Blog de noticias desde Veracruz.
Aquí, deseamos contar la historia de cada día.
Y cada día es un nuevo comienzo.
Y todos los días se empieza de cero...

Portal de noticias de Veracruz.