con el manejo patrimonialista del subsidio federal (y estatal), “recursos ordinarios y extraordinarios, que “debió transferir de acuerdo con un calendario de pagos”.
La rectora, la mujer académica y polí­tica más conocida, polémica y controvertida de Veracruz, declara una vez más la guerra a JD.
Incluso, le adjudica graves sustantivos en base a los hechos. “Faltó a su elemental deber ciudadano. Olvidó su juramento de servicio a la patria. Dejó de lado su obligación de velar por el bienestar ciudadano. Y ejerció de manera innoble el poder”.
En el desplegado la rectora ha sido demasiado indulgente, tolerante en forma excesiva, decente, digamos, para su cargo académico.
Y es que el góber tuitero sólo merece el desprecio y el menosprecio ante “los recursos que comprobadamente desvió” expone la rectora a Peña Nieto en el documento publicado el mismo dí­a en que el CEN del PRI acordarí­a la expulsión de JD del PRI debido al “enriquecimiento ilí­cito, al peculado y al incumplimiento del deber”.
Y es que el gobierno federal, a través de la secretarí­a de Hacienda y Crédito Público, es corresponsable del “latrocinio anunciado” en contra de la JD.
Por lo siguiente:
Antes, mucho antes, la rectora cabildeó a través de los senadores de la Comisión de Hacienda que el subsidio federal fuera entregado en forma directa a la UV, sin intermediarios, pues al depositarlos a la secretarí­a de Finanzas y Planeación los han ordeñado y siguen ordeñando.
Sin embargo, la SHyCP omitió dar el siguiente paso. Y continuó depositando el subsidio a la SEFIPLAN. Y en la SEFIPLAN, con el sexto titular, Antonio Gómez Pelegrí­n, se pitorrearon, crecidos a la versión de que aquí­ “no pasa nada” y el duartismo es más impoluto que cualquier ángel de la pureza.

BALAUSTRADAS: Ya se conocerá la respuesta de Peña Nieto al desplegado de la rectora de la UV.
Y es que en un clausulado la rectora solicita al presidente que “actúe ante la SHCP para que se le retengan al gobierno de Veracruz los recursos… y se le entreguen a la UV para su sostenimiento…antes de que culmine el sexenio estatal”.
“De otra manera, agrega, se caerí­a en la impunidad y los resultados serí­an muy graves para todo el sistema mexicano de educación superior”.
De hecho y derecho, la impunidad ya está consumada.
Por ejemplo, la rectora empujó un movimiento pací­fico en contra de JD (marcha de 50 mil personas, cabildeos en el Congreso de la Unión, la ANUIES y la UDUAL, juntas de aveniencia para calendarizar los pagos, declaraciones periodí­sticas) y la respuesta fue el silencio. Mejor dicho, el menosprecio y el desprecio, el pitorreo y la burla, el sarcasmo y la ironí­a de Javier Duarte.
Por eso, “pasan los dí­as, los meses y los años (desde 2009) sin que se tenga claridad sobre los recursos que la UV reclama como parte de su patrimonio”.
Está claro: a dos meses con dos dí­as del fin del sexenio, JD sólo entregarí­a el subsidio federal y estatal retenido a la UV si Los Pinos retienen el dinero correspondiente al gobierno de Veracruz.

ESCALERAS: Muchas, demasiadas, excesivas puertas ha tocado la rectora y el silencio como respuesta, el mismo silencio en que se ha hundido JD “como fórmula para evadir su compromiso institucional”.
Y es que únicamente la rectora sigue acariciando la posibilidad de que el góber tuitero pague.
Sólo ella cree que el olmo da peras.
Sólo ella confí­a en su cabildeo diplomático cuando, y por ejemplo, por la misma razón el rector de la universidad pública de Morelos se ha ido a una huelga de hambre y en
Guadalajara el rector se lanza a una y otra y otra y otra manifestación hasta estremecer las entrañas del gobernador de Jalisco.
Y es que ante un sátrapa la tolerancia es mala consejera.
Desde hace rato la rectora agotó la posibilidad del diálogo, pero en rara y extraña circunstancia, tan bragada y echada pa”™lante que es según dicen todaví­a cree en milagros.
Nadie dudarí­a que publicó el desplegado, digamos, para seguir desprestigiando a JD, cuando ya está noqueado en el centro del ring y cuando tiene el repudio priista y el rechazo social y popular.
Dirí­amos que la rectora se está metiendo con un muerto en vida…pero un muerto, claro, que dejará la gubernatura asquerosamente enriquecido que por eso mismo la PGR lo ha acusado a él y a Vicente Bení­tez González, diputado local electo, por enriquecimiento ilí­cito y peculado.
“Lejos de cumplir con el pago de los adeudos, Javier Duarte ha agravado la situación al acumular nuevas deudas (estatales) que provienen del incumplimiento de la entrega del subsidio asignado por el Congreso local por los años 2014, 2015 y 2016”.
La rectora (visceral, pero miedosa; impulsiva, sin medir los estragos) dice, no obstante, que la UV “rechaza la impunidad y la desmemoria”.
Pero a estas alturas el discurso periodí­stico resulta innecesario. Sólo queda radicalizarse ante JD con otras medidas sociales y que la rectora estarí­a evadiendo, quizá, porque el FESAPAUV de Enrique Levet Gorozpe la dobló cuando pretendió despedir a Juanita, la delegada sindical en la facultad de Pedagogí­a, y debió recular.
Así­, y ante Javier Duarte sólo se estarí­a emberrinchando para salvar su nombre ante la comunidad académica.
Una palabra de ella a estudiantes y maestros bastarí­a para una gran insurgencia civil en contra de Javier Duarte para que Peña Nieto calibre que están “tirando su espada en prenda”.
Un desplegadito significa una vacilada…