Campeones de la hipocresía...
•Que procuran dividir para vencer y derrocar "al rival más débil"
Reynaldo Escobar
La unión hace la fuerza, mandamiento que no admite argumento en contra, sobre todo, cuando se trata de la actividad política, en donde el pueblo unido, jamás será vencido y por consiguiente las grandes decisiones para construir un estado, con sus elementos constitutivos de población, territorio, instituciones jurídicas y poder público, hacen posible la convivencia pacífica bajo las reglas impuestas por la mayoría, para vivir con tranquilidad y paz, buscando oportunidades que permitan individual y colectivamente la superación personal para una mejor calidad de vida.
Así es como surge el "Poder Soberano" del pueblo, que según nuestra Constitución Política Federal, "radica original y esencialmente" en los ciudadanos mexicanos que desde hace poco más de dos centurias hemos logrado la vida independiente como nación, bajo el lema atribuido al benemérito de las Américas " el respeto al derecho ajeno, es la paz" y llevando como doctrina en el concierto internacional de los países del mundo, la Doctrina Estrada, que reza: propugnamos la "autodeterminación y la no intervención" en la vida política y democrática de cada nación.
Pero si México unido, jamás sería vencido, hoy la desunión y la lucha por el reacomodo de las fuerzas políticas internas, pone en grave riesgo la estabilidad nacional e impide que formemos un frente común contra los enemigos tan poderosos que desde el vecino país del norte han declarado la guerra a nuestros connacionales y han amenazado con levantar un muro que divida nuestra frontera norte con los E.U.; y si a ello agregamos el injustificable error presidencial de invitar y recibir en los Pinos al candidato republicano Donald Trump (un día antes del cuarto informe), hecho que arruinó la poca aceptación y la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto, según las encuestas publicadas por analistas políticos nacionales.
La polarización y la confrontación en el debate nacional, nos pone frente a los intervencionistas extranjeros, como un país débil convertido en presa fácil para saciar sus ambiciosas pretensiones y despojarnos de la riqueza nacional que representan nuestro territorio; los amplios litorales; los lagos, ríos, lagunas y esteros; los yacimientos de oro, plata y uranio; pero sobre todo, los yacimientos petroleros en explotación y las grandes reservas de petróleo y gas recientemente descubiertas en el Golfo de México, en la Sonda de Campeche, Tabasco y Veracruz, que auguran una oferta exitosa futura, para la economía nacional.
Ayer se realizó el primer debate entre el candidato republicano y la candidata demócrata Hilary Clinton, ambos calificados en un empate técnico por las últimas encuestas que impiden en este momento adivinar la identidad de él o la "Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica" quien sucederá al presidente Barack Obama; pero eso es lo que menos debería preocuparnos a los mexicanos de este lado, ya que nuestros paisanos ( 12 millones de mexicanos y 30 millones de descendientes de mexicanos), sumarán su voto al de los migrantes en general, quienes ven en riesgo el reconocimiento de sus derechos y su permanencia en territorio norteamericano.
Hilary Clinton por su parte, desde la afrenta que consideró por la recepción en los Pinos de su contrincante, dejó sentir su verdadero pensamiento sobre los mexicanos y los migrantes en general y con cierto dejo de rencor, expresó que no le interesa entrevistarse con Enrique Peña Nieto y menos visitarlo en los Pinos, pues su soberbia y complejo de superioridad no se lo permiten; sin embargo, se justificó diciendo que no perderá el tiempo en actividades que no sirvan para garantizar más y mejores empleos para sus congéneres norteamericanos.
Queda muy claro que los norteamericanos "no tienen amigos, solo intereses" tal y como bien lo han aprendido y lo practican los ricos de México y todos los miembros de la clase empresarial, quienes aprovechan todas las oportunidades que se presenten para capitalizarlas en su provecho, sin el menor sentido de solidaridad social, bajo el principio que desde siempre ha identificado a nuestros vecinos del norte: business are business.
No dejemos que México sea "el rival más débil", ni tampoco permitamos que los enemigos de México logren el propósito que recomendaba Nicolás Maquiavelo: ""Divide y Vencerás""; pues bajo ese lema y desde el ámbito empresarial, se han formado grandes consorcios que aglutinan empresas privadas y que hacen crecer o desaparecer al competidor que atente contra sus intereses económicos, haciendo realidad el dicho popular de que el Pez Grande se come al chico; solo por poner un ejemplo el Grupo Televisa se acaba de comer a Megacable y lucha en contra del Grupo Azteca y del tercero en discordia que puede convertirse en fiel de la balanza y terminar constituyendo el monopolio de las telecomunicaciones en México, presidido por Carlos Slim Helup.
En el medio político nacional, también se libra una gran batalla entre los cuatro grandes que habrán de definir en 2018 al próximo Presidente de la República, que por lo que se observa hasta hoy no procederá de una candidatura ciudadana, sino más bien de una candidatura del PRI, PAN, PRD, MORENA y de las uniones que pudieran resultar entre estos y el chiquitaje de satélites que tomarán el rumbo que les marque el viento, como simples veletas o alimañas de la política, alimentadas con las sobras del banquete patrocinado por los contribuyentes mexicanos.