Y es que el lí­der máximo de “Los bembones” (por eso el bigotazo que usa desde la facultad de Odontologí­a de la UV) vive obsesionado con aclarar el desví­o de 117 millones de pesos federales que su antecesor, Emilio Martí­nez de Leo, habrí­a canalizado a otras inquietudes, digamos, con sentido patrimonialista, y con copia, todo indica, a Javier Duarte, JD.
La historia se deriva de un subsidio federal para los productores cafetales que nunca llegaron a su destino, y en donde, de ñapa, también habrí­a “metido las manos” el diputado local, Édgar Dí­az, originario de Chicontepec, amiguito de Érick Lagos, y ex presidente de la Liga de Comunidades Agrarias.
Incluso, y como para un barniz, digamos, democrático, hicieron el remedo de que entregarí­an cuotas de 500 y mil 200 a 1,800 pesos a unos cuantos productores para “tapar el ojo al macho”.
Pero…ante la Secretarí­a de Hacienda y Crédito Público, que exigió cuentas, jamás mostraron documentos, papelitos, recibos, y el dinero “voló al cielo” igual que Remedios la bella en otra novela de Garcí­a Márquez.
Es más, según las versiones hay una denuncia penal en la PGR que ha estremecido al dentista fracasado, Ramón Ferrari, pues nunca interpuso la denuncia como lo establece la Ley de Responsabilidades de Funcionarios Públicos.

RAMÓN FERRARI CALLÓ Y CALLAR ES UN DELITO

Ferrari quiso en su momento traficar influencias en la delegación federal de la secretarí­a de Agricultura, SAGARPA, para arreglar de manera casera el pendiente, quizá, acaso, sin ninguna duda, presionado por el góber tuitero.
Pero nunca encontró respuesta.
Peor tantito, llegó un momento en que amenazó con acciones peores, como fueran, en efecto, los plantones consecutivos frente a la delegación, bloqueando la autopista.
Y falló.
Ahora, el hacha cae sobre él, pues la ley vuelve cómplice a quien calla.
Y aun cuando los 11 7 millones de pesos nada significan ante los 35 mil millones de pesos federales que la PGR investiga en su destino social durante los años 2011, 2012, 2013 y 2014 del duartismo (faltan las Cuentas Públicas de los años 2015 y 2016), de piquito en piquito, como las gallinas comen el maí­z se llena el buche.

FERRARI, LíDER DE LOS CABEZONES…

La historia es la siguiente:
En el paí­s hay dos estados productores de café, que son lí­deres, como son Veracruz y Chiapas, aun cuando también en otras entidades producen la gramí­nea.
Y cuando la SAGARPA dispuso de una bolsa de 600 millones de pesos para repartir, a Veracruz con su liderazgo correspondí­an 167 millones de pesos.
Pero casi al mismo tiempo, y antes de que fueran entregados, el senador Pepe Yunes Zorrilla logró 400 millones de pesos adicionales.
Y en Veracruz, con Emilio Martí­nez de Leo en la SEDARPA y Édgar Dí­az en la CNC enloquecieron.
Y exigieron a la Federación la entrega de los 567 millones de pesos.
Pero en el altiplano pusieron “el grito en el cielo” y dijeron que como a los estados con baja producción les tocaban los menores recursos, entonces, y considerando un acto de elemental justicia y equidad, les darí­an solo 400… para repartir los 167 restantes en otros estados.
Y Martí­nez de Leo y Édgar Dí­az siguieron presionando porque así­ era la instrucción de Javier Duarte.
Hacia el final del dí­a la negociación quedó de la siguiente manera:
La Federación solo entregarí­a los 400 millones de pesos…, para lo que anticipó el enví­o de los 117 millones.
Así­, y cuando la SEDARPA comprobara con papelitos inapelables la entrega del recurso a los productores les darí­an el resto.
Y el resto… quedó en el limbo, porque nunca, jamás, jamás, jamás, los duartistas entregaron los documentos respectivos.
Y Martí­nez de Leo se fue y llegó Ramón Ferrari a la SEDARPA y Édgar Dí­az fue tumbado de la CNC con todo y el cabildeo de Érick Lagos y llegó Juan Carlos Molina Palacios, y al momento actual, el expediente está abierto.
Y en el legí­timo reclamo de los cafetales a la SEDARPA para la entrega del billete, Ramón Ferrari aplicaba su filosofí­a polí­tica de cabecear a todos. “Los vamos a pagar, les vamos a pagar, ténganme confianza” les decí­a cada vez que tocaban sus puertas, incluso, tomando la secretarí­a, y que, por cierto, se volviera la cantaleta de Antonio Gómez Pelegrí­n como el sexto titular de Finanzas y Planeación.
Puro chorizo, pues. Los cabezazos de Ferrari para encubrir el desví­o de los 117 millones donde el góber tuitero habrí­a sido embarrado, pues ni modo que Martí­nez de Leo y Édgar Dí­az quedaran con todo.
La fama pública de Ferrari de agarrar de tontos a todos y de paso “ordeñar la vaca”, está fuera de duda desde, por ejemplo, cuando fuera presidente municipal de Boca del Rí­o y heredara una deuda millonaria al sucesor, Raúl Ramos Vicarte, entre ellas, un impresionante débito con Teléfonos de México, pues todos los dí­as le hablaba a una noviecita boqueña becada en Italia estudiando gastronomí­a.

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