Un año después, Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora, se ha topado con pared para encarcelar a su antecesor, el panista Guillermo Padrés, y sólo tiene tras las rejas a su jefe de prensa.
En Chihuahua, el panista Javier Corral sigue amenazando a César Duarte con la cárcel.
Y en Quintana Roo, el góber electo del PAN y PRD, continúa amenazando con la prisión a Roberto Borge Angulo, quien soñaba con 30 años de escoltas, con cargo al erario, ahora que deje la silla embrujada del palacio.
Y en tales espejos ha de verse Miguel íngel Yunes Linares, quien en campaña electoral primero dijo que en 4 meses encarcelarí­a a Javier Duarte, después que en un semestre y luego que en un año y ahorita sabrán los brujeros de Los Tuxtlas, pues la bolita de cristal está muy revolcada.
Es más, habrí­a de recordarse una verdad universal: el Yunes azul ganó en las urnas a su adversario Héctor Yunes porque la población electoral votó en contra de Javier Duarte.
Por eso, todaví­a ahora, mejor dicho, más ahora cuando el góber electo llega a un evento, digamos, los foros “democráticos” para elaborar, ajá, el Plan Estatal de Desarrollo, de cada cien gentes, las cien le piden un par de acciones.
La primera, la cárcel para Duarte.
Y la segunda, la seguridad en la vida, más, mucho más en la vida por encima de los bienes.
“Confí­amos en ti” dicen a Yunes.
Y más ahora, por ejemplo, con el secuestro y asesinado del par de sacerdotes de Poza Rica que cometido por cinco malandros, uno de los cuales, ajá, era feligrés en la parroquia, con el único objetivo de robar la limosna.

BALAUSTRADAS: Un hecho está claro: hay más de 50 denuncias penales, sólo de la Auditorí­a Superior de la Federación, en la Procuradurí­a General de Justicia de la nación en contra de Javier Duarte, los suyos y una parte del gabinete legal y ampliado.
Tan es así­ que varios duartistas andan con un amparo federal en la bolsa… por si los apañaran.
Con todo, está claro que las denuncias penales por los presuntos trastupijes en el destino social de los recursos federales han servido para nada.
Digamos, que estarí­an en la lista de espera en tanto el presidente de la república decide su procedencia, sea para aplicar la ley ahora con el Sistema Nacional Anticorrupción y/o para pasar por alto.
Si hacia el mes de junio del año entrante, fecha de la elección de los 212 presidentes municipales de Veracruz, Yunes Linares ni siquiera ha encarcelado a uno de los tres jefes de prensa de Javier Duarte siguiendo la tónica de Claudia Pavlovich, entonces, con todo y que se lance a la yugular de Enrique Peña Nieto por omisión, de nada le servirá, porque la población electoral quiere al góber tuitero en la cárcel.
Si para entonces, Yunes tiene en el penal de Pacho Viejo a uno que otro duartista, con todo, serán simples charalitos, porque el contribuyente quiere al Jefe Máximo del Priismo en la cárcel.
El góber electo quedarí­a entre la espada y la espada y su í­ndice de popularidad y liderazgo social descarrilarí­a, porque ganó en las urnas con el voto del hartazgo que también, y de paso, capitalizó el candidato de Morena, Cuitláhuac Garcí­a Jiménez, un desconocido que lograra, gracias al terrible desencanto que ha significado Duarte, un total de 809 mil 964 votos.

ESCALERAS: Por eso, el sucesor ha de estar buscando otros caminos que le pudieran garantizar la cárcel para el tuitero.
Por ejemplo, al momento hay una posibilidad inexplorada, pues todo mundo se ha concentrado en las irregularidades de los fondos federales en Veracruz documentadas por el Auditor Superior de la Federación y a quien el sexto secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrí­n, amenazó con una demanda por calumnias y difamación, ajá, en contra de Duarte.
Es decir, el rastreo de los fondos estatales, considerando que si hay un (presunto) cochinero con los recursos federales, peor, mucho peor es, ha de ser, con los estatales, pues ahí­ Duarte y compañí­a se habrí­an quedado con “el hacha, la calabaza y la miel”.
Es más, lo ha reconocido el diputado federal, Édgar Spinoso Carrera, con tres palabritas mágicas:
“¡Todo nos chingamos!”.
Podrá el Yunes azul asestar golpes espectaculares en los primeros y tradicionales cien dí­as.
Podrá dar esperanzas luego enseguida entregando en automático las participaciones y el subsidio federal que en los primeros 5 dí­as de cada mes, etiquetados, entrega la secretarí­a de Hacienda a cada gobernador y que en el caso de Veracruz eran desviados por Duarte y los suyos.
Pero si Javier Duarte y parte de su gabinete legal y ampliado bajo sospecha de la ASF, el SAT y la PGR terminan el sexenio y siguen libres y pasan los meses y continúan tan campantes, entonces, Miguel íngel Yunes Linares decepcionará a la población que con un millón 55 mil 544 votos lo eligió el 5 de junio, y de paso, volvió minorí­a legislativa al PRI en el Congreso local.