La mujer obrera laboraba como ayudante de trabajos pesados en Pajaritos, pero desde el 20 de abril, en que Clorados III explotó, ella y otros más fueron echados a la calle sin garantí­as ni promesas de contratación.

Así­, ella y otras mujeres acuden esporádicamente a la caseta del Coatza I con el mismo propósito, lograr unas monedas con las cuales paliar el desempleo.

"Cuando uno es madre soltera, las responsabilidades son más, no hay tiempo ni para uno, y ahora con esta situación, nos las vemos negras; si viera, a penas y sale para darle de comer a los chamacos", retoma Marí­a Lourdes Morales, también habitantes de la Villa de Allende.

Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), indican que este 2016, la tasa de desempleo entre los paí­ses socios, se incrementó notablemente entre jóvenes y mujeres, y México es una de las naciones afiliadas que más ha empeorado en la tasa de desempleo para mujeres en edad productiva, dice el resultado del reporte de enero del 2016.

En este contexto, además de contar con el segundo lugar nacional en secuestros, más que en Tamaulipas, y un incremento dramático el número de homicidios dolosos, la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo señala que en Veracruz, la polí­tica de creación de plazas laborales, no ha resultado efectiva.

Este documento dice que al último trimestre de 2016 (abril-junio), 3 millones 25 mil 857 personas conformaban la Población Económicamente Activa, esto es que al menos el 50% de sus habitantes están contribuyendo con alguna actividad económica; además, al menos el 26.2% de su población económicamente activa, se está en el sector informal, como es el caso de las damas que constantemente acuden a la caseta del Coatza I a buscar la moneda.

Idalia Pérez Solí­s, de 27 años, es madre de dos niños; su esposo también es desempleado de la zona de complejos. Ella quedó en la bancarrota laboral después de la explosión de Clorados III, en la que murieron más de 30 personas, y al dí­a de hoy no hay culpables.

Ella habita -cuenta- en una casa de la colonia El Olvido en La Villa de Allende. No cursó estudios profesionales, ya que se casó, y contrajo responsabilidades en el hogar y se embarazó. Ante la carencia del ingreso de su esposo, aprendió un oficio ayudando obreros especializados en las empresas del margen derecho del rí­o Coatzacoalcos. La situación crí­tica de la falta de trabajo, sin embargo, la ha llevado a tomar toda clase de medidas para sobrevivir. "Por las mañanas me salgo a buscar trabajo sin desayunar, mejor se lo dejo a los niños, o a él, que sí­ tiene trabajo. Hago una comida al dí­a, y en la noche, a lo mucho, un poco de café o coca", relata.

La casa que habitan es prestada por un cuñado, "pero ya nos la quiere pedir, él se casará y necesita el lugar para hacer su familia. No sabemos cómo le haremos con el gasto de los hijos, la escuela, y las necesidades de la casa".

Hasta hace unos dí­as, Idalia pasaba el tiempo consumiéndose en pensamientos para encontrar una alternativa a sortear la carestí­a.

"Unos amigos me invitaron a esto de la caseta, y la verdad, he ido sacando un poco para medio resolver los dí­as, pero esto no dará para mucho, lo sé, al rato nos van a quitar o un buen dí­a, la policí­a nos correrá".

Claudia Torres Pérez, vecina de un sector popular en Coatzacoalcos, dijo que no es obrera, no obstante, hasta hace unos meses, obtení­a ingresos comerciando alimentos a las afueras de los complejos, sobre el bulevar Morelos; pero desde enero, comenzaron a correr personal y a no contratar transitorios, sus principales clientes. "Si la gente no viene a trabajar, no hay ventas, pues luego si hay gente afuera de los complejos, pero son desempleados y no traen más que lo del pasaje, a veces, nada. Mi esposo trabaja en la industria, también lo cortaron, desde lo de Pajaritos, en abril, lo chisparon y ahora estamos peor. Por eso vengo a pedir dinero a la caseta, siento que es mi derecho, aunque otras mujeres que son obreras me insulten por verme pedir. Las trabajadoras sin empleo -dice- se sienten con más derecho a recibir la moneda entregada por los automovilistas, "pero yo también tengo derecho, a mí­ también me está llevando la tristeza en mi casa", ataja.

La señora explica que ha participado en varias tomas de las plumas, "pero hay mucha gente envidiosa, que ni trabaja ni busca para comer, es para drogarse o para tomar, por eso se los he dicho y se enojan".

Ella vive con su esposo en una casa de concreto que en otros tiempos lució bien arreglada, cuando su marido contaba con mejor ingreso, al paso de los años, la situación económica ha empeorado, y con la llegada del 2016, y el recorte de más de 100 mil millones de pesos al gasto de Petróleos Mexicanos, se tornó más crí­tico.

Datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) de la zona de Coatzacoalcos, indican una caí­da considerable en el trabajo para las constructoras. Al menos el 30 por ciento de su contratistas se han visto afectados por la escasez de obra pública, y con ello, no hay contrataciones para albañiles u obreros especializados,(base de la economí­a popular en una ciudad portuaria y petrolera), reconoce Jaime Morales, presidente de ese organismo.

Magí­n Méndez Gaytan, presidente de la Canacintra local, dijo a Liberal del Sur que un mes atrás sostuvieron entrevistas con altos mandos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en donde se les dieron buenas expectativas ante la liberación de recursos oficiales para compras a proveedores, "esperemos que con eso nos podamos ayudar un poco, sobre todo los que hacen provedurí­a", pero los grandes proyectos, siguen paralizados.

Al panorama del desempleo en el sur de Veracruz se incrementó con la llegada de la última etapa de construcción del complejo de Braskem Idesa, al cual le invirtieron más de 5 mil millones de dólares durante los últimos cinco años, y en sus mejores épocas, se ofreció trabajo estable a unas 17 mil personas al mismo tiempo; su culminación, tan sólo en cuotas obrero patronales, significó 20 millones de pesos menos para la delegación Sur del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Tan solo la central sindical CTM de Coatzacoalcos, en ese periodo se allegó de unos 50 millones de pesos por cuotas.

"Estar acá no es fácil, dice Diana de la Cruz Ramí­rez, otra participante de las "botadas" en la caseta del Coatza I, quien hace dos semanas recibió golpes en el rostro de parte de un hombre que sintió invadido su carril en cuando pedí­an apoyo a los conductores. "Me dijo que me fuera a la ·$%& si no me iba a ·$%&$, yo no me dejé, también le respondí­ y esto me saqué por defenderme", dijo mientras mostraba el rostro amoratado del golpe del casco.

En su caso, su esposo también está sin trabajo. En casa hay dos hijos esperando el dinero para el pago de las colegiaturas y lograr seguir con los estudios. "Es muy difí­cil para nosotros ser mujeres, no tener trabajo y venir acá a buscar un apoyo, hay que vender muchas cosas, pero la necesidad y pensar que los hijos esperan, eso te hace echarle ganas", finaliza Cruz Ramí­rez.